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Juan Cristóbal Peña, editor de Joyitas, sobre casos de corrupción: «Joaquín Lavín también recibió platas de SQM y pasó colado en esta historia»

Por: Elisa Montesinos | Publicado: 21.03.2021
Juan Cristóbal Peña, editor de Joyitas, sobre casos de corrupción: «Joaquín Lavín también recibió platas de SQM y pasó colado en esta historia» |
Convocados por Juan Cristóbal Peña, los periodistas Alberto Arellano, Gabriela García, Benjamín Miranda, Tamy Palma, Paulina Toro junto Sergio Jara y Claudio Pizarro –director de prensa y editor general de El Desconcierto, respectivamente– trabajaron cerca de dos años en recopilar información y seguir a los protagonistas de los casos más graves de corrupción reciente en Chile. El resultado es «Joyitas». El libro da cuenta de una serie de situaciones irregulares y desfalcos al erario público que no fueron debidamente investigados por la justicia, explicando en parte el estallido social del 2019. El libro será presentado este jueves 25, a las 18 horas.
El libro Joyitas, recientemente publicado por Editorial Hueders, reúne una serie de perfiles sobre protagonistas de algunos de los casos más emblemáticos de corrupción en Chile. Desde el «pacogate» al tráfico de influencias en el poder judicial; del escándalo en la FIFA tras el paso de Sergio Jadue, a las bambalinas de las operaciones de inteligencia para llevar a cabo el montaje del caso «Huracán» y la máquina pagadora de favores en que se convirtió SQM.
Conversamos con el periodista Juan Cristóbal Peña, editor de Joyitas y autor de Jóvenes pistoleros (2019), La secreta vida literaria de Augusto Pinochet (2013) y Los fusileros (2007), sobre la producción del libro y los alcances de la investigación desarrollada por cada uno de los cronistas convocados.

-¿Cómo fue el proceso de escritura e investigación de este libro, y tu rol como editor guiando el trabajo en cada uno de los textos ?

-Este es un proyecto que llevó cerca de dos años, en el que los autores y autoras trabajaron a fondo el perfil de personajes que no eran fáciles de abordar. Mi papel fue apoyar y discutir con cada periodista los alcances de las historias que estábamos contando, los puntos de vista, los personajes secundarios, la narrativa de los textos. Todos los personajes se vinculan a casos complejos, que nos interesaba que quedaran bien explicados. También nos interesaba explorar en su complejidad, los claroscuros en su vida cotidiana, familiar y social. Perfilarlos, en definitiva, como seres humanos, y procurar desentrañar cómo son en su intimidad y qué explica que llegaran a hacer lo que hicieron.

-Frente a la actual crisis del periodismo chileno, ¿existe espacio en los medios para dar cabida a textos sobre casos de corrupción como los que se incluyen en Joyitas? ¿Cuál puede ser el lugar para este tipo de denuncias en los medios cuando muchos de ellos son controlados por grupos económicos que también están implicados en favores económicos o corrupción?

-Frente a la irrupción creciente de medios digitales independientes, algunos poco más grandes que otros, creo que cada vez existe más espacio –y demanda del público– por temas que confronten al poder y saquen a la luz hechos de corrupción. A fin de cuentas, ese fue uno de los grandes detonadores del estallido social de octubre de 2019. Cosa distinta es que los grandes medios, los de siempre, no cubran con igual persistencia o empeño esos temas, ya sea por intereses comerciales y políticos que a estas alturas son bastante evidentes. Pero eso siempre ha sido así y, la verdad, esos grandes medios tienen cada vez menos influencia.

-¿Como los casos de corrupción más emblemáticos (Penta y SQM, entre ellos) marcan la crisis institucional en que nos encontramos y el descrédito de la clase política?

-Como decía anteriormente, esos casos explican el movimiento social iniciado en octubre de 2019 y vienen a abrir una puerta hacia un portal desconocido, como en las Crónicas de Narnia, en el que asoma un país –y una sociedad– mucho más degradado de lo que creíamos y de lo que mostraban los índices internacionales sobre corrupción. Fue como una pérdida de la inocencia, el fin de un mito, en que Chile asomaba como una isla en la región. Fue un despertar, un mal despertar, que llevó a debates, a reformas legales y a procesos judiciales.
Pero esos procesos, que en principio hicieron mucho ruido, dejaron mucho que desear, en gran parte por el accionar del Ministerio Público y el Servicio de Impuestos Internos, que a fin de cuentas, en este último caso, depende del gobierno de turno. Los dos últimos, tanto el de Bachelet como el de Piñera, tuvieron complicidad en la impunidad en que quedaron muchos de los responsables. Hay casos agravantes, como el del senador Jorge Pizarro, que salió libre de polvo y paja gracias a que sacrificó a sus hijos, quienes sí pagaron ante la justicia, poco, pero pagaron. Y ya vemos: Pizarro acaba de ser elegido vicepresidente del Senado. Y Joaquín Lavín, el alcalde, que también recibió platas de SQM y pasó colado en esta historia, lidera las encuestas como candidato a la presidencia de la República.

«El Gobierno de Bachelet tuvo gran responsabilidad en el descrédito de la justicia»

-¿De qué forma el Gobierno de Bachelet al enterrar las denuncias de financiamiento irregular a la política (pues sus propios representantes estaban envueltos) genera un precedente que lo vincula con este descrédito y crisis política generalizada?

-El gobierno de Bachelet tuvo gran responsabilidad en el descrédito de la justicia, del Ministerio Público y de la política en general. En el perfil a Julio Ponce Lerou, el periodista Sergio Jara da cuenta del modo en que el exministro de Interior de Bachelet, Peñailillo, presionó al entonces director del Servicio de Impuestos Internos, Michel Jorratt, para que se inhibiera de presentar querellas en contra de los políticos involucrados, porque claro, había que cuidar las instituciones y el sistema político, porque el país, se decía, se iría al carajo. Y claro, poco después, con el estallido social, se fue al carajo porque, precisamente, las instituciones no habían hecho lo que tenían que haber hecho.

-¿Quién es a tu juicio la máxima «joyita» en los años recientes en Chile y a quiénes otros incluirías en un Joyitas 2 si se realizara?

-Sin duda, la gran joya es Julio Ponce Lerou, el gran corruptor de la política de los últimos veinte o treinta años, que sacrificó a sus gerentes a cambio de quizás qué y salió impune y probablemente sigue manejando algunos hilos de la política. Ponce Lerou entendió que para consolidar su imperio económico debía corromper a políticos de casi todo el espectro con representación parlamentaria. Y hacerlo a través de terceros, porque por cierto, él no se ensució las manos. Y claro, para un Joyitas 2 los candidatos sobran, hay una fila larga esperando, partiendo por Natalia Compagnon, los Carlos (Lavín y Délano), Rafael Garay, Pablo Longueira, el general Fuente-Alba… Uf, hay tantos.

Joyitas será presentado este jueves 25, a las 18 horas, vía online en la Universidad Alberto Hurtado. Si quieres participar, inscíbete acá. La presentación estará a cargo de Juan Cristóbal Peña y contará con Paula Molina, periodista y editora, y Carlos Gajardo, abogado y ex fiscal, como invitados.

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