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Portavoz: “Vengo del Chile común y corriente, de ese que no sale en comerciales de TV”

Por: Bastian Fernandez | Publicado: 02.09.2021
Portavoz: “Vengo del Chile común y corriente, de ese que no sale en comerciales de TV” Portavoz |
Jorge Andy Ferrer Milanao no solo tiene una de las rimas más punzantes de la música urbana, también representa al Chile de las poblaciones, el que antes del estallido social no era visto. A través de su arte representó la vida de barrio y adelantó la revuelta en su álbum “Rap con R de Revolución”.

“Vengo del Chile común y corriente, de ese que no sale en comerciales de TV” cuenta Andy Ferrer Millanao, más conocido como Portavoz, quien se crió en la casa de sus abuelos en Recoleta y durante su adolescencia se cambió a Conchalí. Ahí, entre los sonidos de Cypress Hill, Tiro de Gracia y Beastie Boys, se comprometió con la vieja ética del rap: retratar la realidad. Con letras directas, y uno de los mejores flows de la historia de la música urbana nacional, se consolidó rápidamente como un nombre importante en la escena.

Andy, como le dicen sus cercanos, vivió en carne propia lo que es ser clase media baja en Chile. Esa parte de la sociedad que, según el Estado, tiene mucho para ser pobre y para los privados está demasiado endeudada para optar a algo. Supo de los colegios municipales en los que hay más de 40 alumnos por sala, vio los patios que se inundaban en invierno y de los grifos abiertos cuando el calor quemaba en verano.

Todo lo que lo rodeaba decía algo. Hablaba de un sector abandonado, oculto tal cual dice en ‘El otro Chile’. Le contó a MúsicaPopular.cl que “donde fuera, yo andaba buscando el rap. Salía a la calle a jugar a la pelota o a andar en skate y trataba de cacharlo. Todos mis amigos eran raperos. Había vecinos que ya estaban haciendo sus propios versos (el Scooby, el Confidencial, el Rucio) y así aprendí a hacer mis letras, a cantar frente a la gente”.

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A pura autogestión, comunidad y con los implementos que tenía a mano fue registrando su música. Todo autogestionado y bien punk- en el sentido de hazlo por ti mismo-. Así fue sumando experiencias, consiguiendo tocatas y se subió a cuanto escenario encontró, los que podían ser micros, paraderos o plazas. Lo importante es que se pudiera colocar un parlante o que su voz se hiciera notar.

En 2011, durante el movimiento estudiantil, Portavoz fue a presentar sus canciones a las tomas. Ahí, entre grupos de Facebook, videos grabados con celulares en pésima calidad, Youtube y el boca a boca, su nombre comenzó a hacer cada vez más ruido. Tal vez sin quererlo se convirtió en parte importante de la banda sonora de esa revuelta. Sus letras las escucharon las personas que pensaban lo mismo que él, de ahí en más su nombre es sinónimo de ideales y rap combativo.

Para el periodista musical y asesor creativos en Microasesorias (@Microasesorias) Andrés Pannes, “Portavoz va a las heridas de Chile, hizo su diagnóstico de la sociedad y sus canciones hablan de problemas que en este país parecen no tener época. Es como lo que pasa con Violeta, sigue sonando muy actual”.

Al año siguiente liberó su bomba: “Rap con R de Revolución”.

«Es cierto, ser un revolucionario es mi proyecto»

Un 2 de enero del 2012 se publicó “Rap con R de Revolución”, un álbum clave de la música urbana chilena. Mientras el indie pop de Javiera Mena y Astro rotaba en las radios, las canciones de Portavoz sonaban en la población.

Andy representó en 20 canciones lo que es vivir en el Chile real; un Chile que el Gobierno no conocía, y que cuando dijeron -durante el estallido social- “no lo veníamos vivir”, es muy probable que no habían escuchado ni una canción de este álbum.

Tocando temas como el sobreendeudamiento, el conflicto mapuche, el miedo a la revolución y la frustración de no sentirse representado por las personas que están al mando, Portavoz hizo un gol a estadio lleno en el minuto 90.

Se consagró como genio del rap y logró la masividad sin la necesidad de estar en la radio o en la televisión. Lo hizo “a lo clase media baja”: con los recursos que tenía, el boca a boca y el trabajo en comunidad -algo muy propio de la música urbana-.

Andrés Panes comenta que Portavoz es importante porque “representa el mundo de la asunción de las periferias y las poblaciones como punto del que emana arte. Tiene mucho que ver con el hip-hop, la revolución casera y ahora el trap, romper ese círculo de que la música chilena viniera de las mismas partes, acomodadas por lo demás. Es un mundo crítico, pensante y de izquierda. Es de esas personas que cree que el hip-hop es una herramienta de educación para formar a los niños y para entregar un mensaje”.

Cuando fue hospitalizado de gravedad el 6 de agosto -no se saben las razones- se llenó de muestras de cariño por sus pares y seguidores en redes sociales. Hasta un evento hicieron en su honor. Ahí se evidenció su transversalidad y el respeto por su obra, la que ha llegado a lugares impensados como Lollapalooza Chile.

El 30 de agosto volvió a aparecer con un mensaje muy fiel a su estilo, aunque después lo borró: “Acá estamos más machucados que membrillo, pero nunca tan feos como Lucía Hiriart”.

Portavoz

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