Voces

VOCES| El 10% negado: Un temor permanente al presente, al día de mañana, al próximo mes

Por: Pía González Suau, escritora | Publicado: 21.04.2021
VOCES| El 10% negado: Un temor permanente al presente, al día de mañana, al próximo mes |
Aparece el 10% y las reglas del juego se invierten. Pasamos de perseguidos a ganadores. Por primera vez, en más de treinta años, tenemos en la mano, un dinero que nos pertenece y somos libres de guardarlo o gastarlo o comer mejor o comprarnos un plasma o pagar un tratamiento. Somos libres de elegir, esa premisa que nos vienen repitiendo desde hace décadas, la estamos experimentando.

¿Se han preguntado cómo habrían sido nuestras vidas si cada vez que necesitáramos enfrentar una enfermedad, nos hubiesen acogido igual que al vacunarnos? Todo listo, dispuesto, sin distinciones y muy organizado.

¡Qué peso más inmenso no tendríamos en la espalda! No más caridad, no más bingos, todo siendo claro y el enfermo/a y su familia, confiando en salir adelante, porque no está solo/a, hay un sistema que lo acoge.

Si esto lo llevamos a otros aspectos de nuestra vida, podemos terminar flotando de gusto, nos reímos solos/as de imaginarlo. Que nuestro trabajo rinda frutos y la casa, la escuela para los hijos/as, el descanso, sean aspectos de la vida que se dan por sentado. Y en vez de llevar el abatimiento en la mochila, caminemos confiadas/os por la vida. 

Tanto nos han repetido que es imposible, que ese mundo no existe. En vez de eso, tenemos miedo. Un temor permanente al presente, al día de mañana, al próximo mes. Es un miedo instalado desde siempre, funcionamos según su pulso.

 Cuando nos olvidamos de su compañía, nos lo recuerdan de mil maneras. Una de ellas es la amenaza de aumentar nuestra pobreza. Estamos siempre al borde de la catástrofe. Nunca fue ni es momento de los cambios que nos quiten la soga del cuello.

De pronto, comenzamos a darnos cuenta que nos estaban timando

En los remedios, en la comida, en los servicios básicos. Aparecen una gran cantidad de pequeños y grandes robos. Que el dinero nunca fue nuestro y lo obteníamos fraccionado, de a poco, ni siquiera alcanzaba para vivir. No importaba el esfuerzo, siempre estábamos en contra a fin de mes.

Aparece el 10% y las reglas del juego se invierten. Pasamos de perseguidos a ganadores. Por primera vez, en más de treinta años, tenemos en la mano, un dinero que nos pertenece y somos libres de guardarlo o gastarlo o comer mejor o comprarnos un plasma o pagar un tratamiento. Somos libres de elegir, esa premisa que nos vienen repitiendo desde hace décadas, la estamos experimentando.

Pero es peligrosa esta libertad. No porque no seamos capaces de discernir lo que necesitamos. Es peligrosa porque cortamos los lazos con un sistema que se alimenta de nuestra dependencia. 

¿Y si seguimos buscando y logramos soltar las amarras?

¡Vamos a querer cambiar las reglas de la cancha! Sí, es cierto, para allá vamos. 

Se viene una revisión de todo y las reformas están a la vuelta de la esquina. Si los legisladores/as no lo entienden, se quedarán sin trabajo. Si el próximo presidente/a no lo entiende y se olvida de sus cantos de campaña, lo botamos. Si se aplican nuevas leyes y las farmacias, las grandes empresas, los consorcios poderosos no las cumplen o usan resquicios, salimos a la calle a exigirlo, las veces que sea necesario.

Por eso es inútil que sigan resistiéndose. Que Piñera quiera defender su ideología económica al igual que el marxismo fanático, en el siglo pasado, impuso por la fuerza su sistema político, es inútil. La gente terminó gritando no más, salió a la calle, destruyó sus símbolos, botó las estatuas y exigió derechos.

Eso pasa tarde o temprano con el fanatismo ideológico

Sus representantes y celadores se vuelven ciegos/as, insensibles y desconectados con la gente que gobiernan. Se empeñan en defender un sistema económico que hace agua y en vez de soltar los salvavidas, sacan las armas, las frases amenazantes, prometen castigos y encierros.

Piñera sabe lo que hace, y su grupo selecto, también. Otra cosa es que no pueda decirlo abiertamente porque resulta inmoral. Es lo que pasa en las dictaduras. Construyen un relato que se aprenden de memoria para responder preguntas incómodas. Si eso es insuficiente, mienten de manera sistemática, mientras reprimen en silencio. 

El control de los medios es fundamental, porque la información ha de ser una, al menos en temas esenciales, como las Fuerzas Armadas. La protección a rajatabla de sus fechorías es necesaria para contar con su apoyo. No hay dictadura que no las tenga de su lado. Si dejas entrever que la vida de una persona está en tus manos, entonces tienes el poder. Así se logró instalar la esclavitud.

Pero ya nos dimos cuenta. Porque ahora, al contrario de antaño, la información nos pertenece. Les está resultando muy difícil manipularla o esconderla. También nos dimos cuenta que contamos con dinero nuestro, no prestado, y que podemos usarlo en nuestro beneficio. 

Nos resta permanecer firmes, no ceder más. No doblarnos, porque así como las crisis sirven para salir de ellas más enteras y enteros, los cambios son posibles en la medida que entendamos que ha sido el miedo la principal herramienta utilizada para mantenernos silenciosos/as. Las diversas maniobras de ese miedo, se nos han ido develando. 

En nosotras y nosotros está el reconocerlas.

 

MIRA ACÁ UN NUEVO VIDEO DE “LA KALLE SABE”

Déjanos tus comentarios
La sección de comentarios está abierta a la reflexión y el intercambio de opiniones las cuales no representan precisamente la línea editorial del diario ElDesconcierto.cl.