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VOCES| ¿Qué buscas, Patricio Guzmán?

Por: Constanza Ulloa | Publicado: 13.09.2021
VOCES| ¿Qué buscas, Patricio Guzmán? |
Patricio Guzmán no perdona ni quiere olvidar. El aporte de su filmografía a la historia de Chile es inconmensurable. Sus documentales nos prohíben perder la memoria, y nos obligan a tener presente nuestro pasado para poder ver hacia el futuro.
“Un país que no tiene cine documental es como una familia sin álbum familiar”
Patricio Guzmán 

Chile es un país sin memoria. Más bien, muchos lo prefieren así. No son muchas las personas que se encargan de recordar la importancia de nunca olvidar nuestro pasado. Patricio Guzmán es una de ellas. El destacado cineasta chileno vive en una constante batalla contra el olvido y la historia fragmentada que muchos prefieren contar. Mediante su arte crea un universo cinematográfico únicamente dedicado a narrar la historia a través de su único protagonista: el pueblo. 

La memoria es un acto de resistencia a la insurrección de las fuerzas opresoras. Los registros audiovisuales de Patricio Gúzman son aportes históricos que hacen imprescindible la visualización de aquellas piezas filmográficas. Su trilogía, La Batalla de Chile I, II y II, documenta los últimos días del Chile de Salvador Allende a través de las personas que estuvieron allí. Las huelgas, los paros y las movilizaciones de ambos bandos protagonizan aquellos documentales sobre uno de los acontecimientos más trascendentales de nuestra historia.

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Otra trilogía en su universo cinematográfico comienza con Nostalgia de la luz, documental que crea una analogía entre la búsqueda que realizan los astrónomos y la incesante búsqueda de las familias de los detenidos desaparecidos en el desierto de Atacama. Un lugar mágico que esconde entre sus grietas el horror que ocasionó la dictadura militar. Es difícil comparar ambas indagaciones, porque los primeros tienen más posibilidades de descubrir o hallar lo que anhelan, sin embargo, la posibilidad de localizar los restos de las personas que fueron asesinadas en dictadura es casi nula. A pesar de esto, las viudas de los detenidos no pierden la esperanza de algún día encontrar a sus desaparecidos. 

En El botón de nácar, segundo documental de la trilogía, el agua es protagonista, escenario y testigo del masivo exterminio a los pueblos indígenas de la Patagonia. También de la tortura y desaparición de los opositores a la dictadura de Pinochet. 

“Se dice que el agua tiene memoria. Yo creo que también tiene voz”, afirma Guzmán con su inconfundible voz, recordándonos que el agua siempre devolverá lo que no le pertenece, en este caso, los cuerpos que fueron cobardemente arrojados al mar para encubrir los horrores cometidos por el Estado chileno durante la dictadura. El “botón de nácar”, al que se refiere el documental, es el símbolo para entrelazar dos historias: la del sistemático exterminio de los indígenas en el extremo sur de Chile, y el asesinato y represión a las personas que luchaban en contra de la dictadura de Augusto Pinochet. Un botón de nácar fue entregado a un indígena de la etnia yagán, nativo de la Patagonia, a cambio de que se subiera a un barco rumbo al viejo continente. Y un botón de nácar fue encontrado en un riel al fondo del mar como último vestigio de lo que alguna vez fue la prenda de vestir de una persona, víctima de la masacre ocurrida en dictadura. 

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El aporte de la filmografía de Patricio Guzmán a la historia de Chile es inconmensurable. Sus documentales nos prohíben perder la memoria, y nos obligan a tener presente nuestro pasado para poder ver hacia el futuro. En palabras de Guzmán, La cordillera de los sueños es un poema visual, una investigación histórica, un ensayo cinematográfico y un magnífico ejercicio personal en la búsqueda del alma”.

Patricio Guzmán no perdona ni quiere olvidar. Batalla siempre contra el olvido de la historia. Recorre Chile documentando su incesante búsqueda de respuestas a las infinitas incógnitas que dejó la dictadura de Augusto Pinochet en el país. La fuerza y solidez fílmica de su trabajo audiovisual está en el silencio oportuno, en su voz en off, en la poética forma en que crea analogías y en la crudeza con la que relata (nuestras) historias. 

«Tiempo presente y tiempo pasado
Están ambos quizás presentes en el tiempo futuro, 
Y el tiempo futuro contenido en el tiempo pasado. 
Si todo tiempo es eternamente presente
Todo tiempo es irredimible.
Lo que podía haber sido es una abstracción
Y permanece como posibilidad perpetua
Solo en un mundo de especulación».
– T. S. Eliot, Cuatro Cuartetos
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