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CRÓNICA| Rosal Organizado o cómo hacer política desde el barrio

Por: Diego Valdés, periodista y booktuber de Letras en Tinta. | Publicado: 21.12.2021
CRÓNICA| Rosal Organizado o cómo hacer política desde el barrio Gentileza de Rosal Organizado |
Con la intención de incidir en el territorio y ser actores responsables de la vida local, un grupo de vecinas y vecinos del Barrio Lastarria se reúne periódicamente a hablar de temas contingentes, coordinar actividades y servir como red de apoyo.

Se escuchaban drones y un helicóptero sobrevolando el sitio a baja altura. Eran las 19:45 horas y ella caminaba hacia su casa luego de haber estado en una manifestación disuadida por Carabineros. No estaban pasando autos. A menos de una cuadra de distancia un militar la apuntó a su abdomen con un rifle con mira láser. Era la primera vez en su vida que Lía Godoy vivía un toque de queda, como gran parte de las y los chilenos que para la revuelta social vieron que sus vidas también se revolvían.

De los 30 pesos al toque de queda permanente

Un aumento de 30 pesos en el valor de la tarifa del transporte público fue la mecha que encendió la revuelta social más grande que ha existido en Chile desde la vuelta a la democracia. Primero las y los estudiantes iniciaron las protestas evadiendo el pasaje en diferentes estaciones de Metro. Luego, la ciudadanía se sumó a las manifestaciones, las que poco a poco nos iban diciendo que esto era por mucho más que una alza en el pasaje.

Las evasiones comenzaron el 14 de octubre de 2019 y en esa semana las protestas fueron de menos a más, especialmente por la fuerte represión dentro de las mismas estaciones de Metro. Asimismo, personas que iban viajando sin ser partícipes de las manifestaciones también fueron alcanzadas por las lacrimógenas que Carabineros lanzaban al interior.

El viernes 18 de octubre fue el punto cúlmine del movimiento social. Ese día los hechos se radicalizaron y hubo estaciones de Metro incendiadas, fuimos testigos de la quema de la escalera de emergencia del edificio de Enel y la fuerte represión que seguía en las calles. Esa misma noche el Presidente Sebastián Piñera decretó Estado de Emergencia. Al día siguiente las manifestaciones comenzaron a expandirse a otras regiones y el Ejército comunicó el inicio de un toque de queda, algo inédito en democracia.

Rosal Organizado

Gentileza de Rosal Organizado

El conflicto social no se detuvo y se siguió viviendo con el pasar de las semanas. Además, cientos de videos difundidos por redes sociales mostraban lo que la televisión y la prensa escrita no: represión y violación de derechos humanos.

Enfriando las noches con cerveza en Nueva Rosal

Mientras era apuntada, Lía Godoy veía difícil “volver a la normalidad” anterior al 18 de octubre. En estos momentos los toques de queda eran los protagonistas de las noches. Pero algo pasó y la resistencia de ella y de tantas y tantos se empezó a llamar «organización ciudadana» y así en un lugar cercano a la «zona cero» de las protestas de Santiago, en pleno Barrio Lastarria –un área residencial y cultural– la gente decidió reunirse para hacer frente a esta nueva realidad.

Así, en días posteriores al inicio de la restricción de libertades, diferentes grupos que viven en aquel sector se empezaron a juntar todas las noches al fondo del pasaje Nueva Rosal con la intención de romper el toque de queda, acompañando las noches con unas cervezas. Primero eran cuatro a cinco personas que de forma permanente asistían al lugar, entre ellas Lía Godoy. Luego, poco a poco se fueron plegando más y más.

Durante esos días, en redes sociales estaba circulando una publicación que llamaba a realizar cabildos. Estas vecinas y vecinos vieron una oportunidad para reunirse a conversar sobre los temas que proponía dicho anuncio. “Encontramos que la pauta del cabildo nos quedaba corta. Acá comenzamos a hablar sobre lo que podíamos hacer nosotros. Nos dimos cuenta de que necesitábamos ser una organización territorial”, comenta Lía.

Sin saberlo, lo que estaban realizando en aquel momento era la primera reunión de lo que hoy se conoce como Rosal Organizado, una organización territorial autónoma del Barrio Lastarria que nace al alero de la revuelta en pro del cambio y de la justicia social.

En la actualidad existen también otras organizaciones sociales en el sector, entre ellas Winkul Bellas Artes, El Barrio que Queremos, Comité de Adelanto Parque Forestal y Junta de vecinos 1 y 2. 

Contención, apoyo y política

Un grupo de carabineros en el Barrio Lastarria enfrentándose a las y los manifestantes, uso indiscriminado de gases lacrimógenos, obstaculización del movimiento. El escenario se repetía casi sin pausa alguna desde el 18 de octubre de 2019 hasta el inicio de la pandemia. Eso recuerda Paula Sierralta, vecina del barrio, respecto de la primera motivación que la llevó a unirse a Rosal Organizado, en noviembre de 2019: fue porque se trataba de un espacio de autocuidado y comunitario necesario ante la violencia que el Estado estaba ejerciendo en contra de manifestantes de este territorio. “Muchos de nosotros y nosotras vivimos solas, entonces la vida cotidiana era muy pesada en aquel instante”, comenta hoy sobre esos días.

Esta organización vecinal es horizontal, por lo que cualquier persona que tenga una idea para proponer lo puede hacer en las asambleas. En este espacio se han realizado diferentes acciones que han aparecido gracias a los comentarios de vecinas y vecinos como el tótem solidario, lugar en el que se dejan alimentos para quienes lo pudiesen necesitar o la cooperativa que se levantó para comprar más barato, orgánico y directo a los proveedores; también existe un equipo comunicacional. 

Rosal Organizado comenzó a articularse con otras organizaciones del barrio. También a participar colectivamente de manifestaciones, a armar intervenciones culturales y mediales, a hacer entrevistas, foros y debates. En otras palabras, tomaron la posta de la participación ciudadana, siendo conscientes de que la organización vecinal es la forma que tienen para incidir activamente en la vida barrial y en la vida política en el contexto en que se estaba viviendo.

Agendaban reuniones presenciales en la semana para analizar el proceso que estaban experimentando y lo que se vendría con el trabajo de la Convención Constituyente. También designaron comisiones donde diferentes vecinos y vecinas se hacían cargo de temas específicos.

Municipalidad «desde abajo»

El 18 de octubre Daniel González estaba trabajando como mesero en un bar. Luego de su turno acompañó a una prima a su casa. En Merced con José Miguel de la Barra fueron testigos de una micro en llamas. Esta situación los alertó. Daniel sabía que no vendría nada bueno. 

Unos días después Daniel se encontró en la calle Monjitas con la en ese entonces concejala Irací Hassler (Partido Comunista) y le comentó que le gustaría comenzar a hacer cabildos ya que era la tónica que se estaba viviendo en distintos lugares del país. La intención de Daniel era que ella le ayudara con sus contactos para poder mover la información y, a la vez, atraer gente. Llegado el día del evento eran más de 750 personas las que se reunieron en el Parque Forestal, cerca del Museo de Arte Contemporáneo.

Debido a diferencias de opinión el grupo grande se disolvió a lo largo del tiempo. Daniel estaba consciente de que la única manera de hacer cambios era incidiendo en las determinaciones que hicieran las autoridades políticas, por lo que en pequeños cabildos se fueron organizando para levantar nuevas autoridades comunales desde aquellos grupos.

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En una de esas reuniones Daniel escuchó que había personas que se estaban juntando en la calle Rosal. Al llegar al lugar tuvo la oportunidad de conocer a sus vecinos y vecinas. “Los otros cabildos se estaban quedando mucho en hablar y no hacer nada. En cambio, a la gente de Rosal la vi mucho más en acción”, cuenta.

Fue en aquel momento en que Daniel González se unió a Rosal Organizado y comenzó a ir a marchas junto con quienes estaban reuniéndose semana a semana a hablar de lo que se seguía viviendo en el país. Todo esto hasta que llegó la pandemia.

Durante las cuarentenas del 2020, las diferentes organizaciones que ya existían en aquel momento siguieron trabajando bajo el proyecto Alcaldía Constituyente vía reuniones virtuales con el objetivo de instalar a actores de sus grupos en la Municipalidad de Santiago. Cincuenta y dos organizaciones, entre ellas Rosal Organizado, eligieron a través de una primaria ciudadana abierta a todos los habitantes de la comuna a Irací Hassler para ser la representante de estas organizaciones con el fin de llegar a la alcaldía. Y así fue.

Línea 7: que se respete el parque

Una de las luchas actuales de Rosal Organizado es la línea 7 del Metro de Santiago que conectará Renca con Vitacura. Lo que quieren es que este proyecto no pase por debajo del Parque Forestal y que «el recorrido sea por Santa María hasta Pío Nono y tengan su estación en Bellavista; que haya Metro, que mejore las vidas de las personas, pero que se respete el parque”, comenta Daniel González.

La construcción de la línea 7 por debajo del Parque Forestal contempla mantener un agujero abierto por casi 10 años en las inmediaciones de la «zona cero» y una tala de árboles. “Es un espacio que se llena de niñes, de mascotas, de familia. El metro es un impacto feroz para el parque, por eso la idea es que se realice por otro sector y no que afecte la zona”, dice Paula Sierralta.

Para lograr su cometido harán todo lo que esté a su alcance. La organización vecinal es clave para hacer frente a estos problemas  y otros que vayan surgiendo. “Las opiniones individuales se tienen que unir para poder incidir y hacer eco en instancias políticas. Tenemos que ser protagonistas de los territorios. En Rosal Organizado vamos a seguir, ya que es una organización super horizontal y los liderazgos se rotan. Mientras haya vida y queramos seguir, vamos a seguir”, enfatiza Lía Godoy.

Cuando en las calles se coreaba “Chile despertó” era en serio. Desde el 18 de octubre las y los chilenos pidieron que tomaran en cuenta sus peticiones. Sin embargo, esto no será posible sin la participación de juntas de vecinos, cabildos, foros. Para empezar a cambiar las cosas no basta con marchar o ir a votar una vez cada cuatro años: hay que incidir activamente en la política desde todos los frentes de participación posibles y en Rosal Organizado han aprendido la lección.

Esta crónica fue producida en el Diplomado de Periodismo Cultural, Crítica y Edición de Libros del Instituto de la Comunicación e Imagen, Universidad de Chile
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