La ministra habla de derechos laborales como si los artistas estuvieran contratados por el Estado o los municipios o las grandes empresas.
¿En qué mundo vive?
Solo unos poquitos músicos tienen contrato en la Orquesta Sinfónica; los artistas plásticos no tienen cabida, los escultores, los cineastas, los cantautores, nada.
Conozco el rubro de los escritores que a veces boleteamos para algún canal de TV, pero jamás nos contratan.
¿De qué habla la ministra?
De quitarnos a los autores nuestro exiguo 10% que no tenemos cómo diablos controlar que sea efectivamente lo que dicen las editoriales ( solo fe). Mis libros, señora ministra, son fotocopiados anillados y digitalizados por municipios y los CRA, y son impresos en ediciones «alternativas»: robo pirata y nadie hace nada.
Ahora resulta que si defiendo ese 10% me transformo en un agente que está en contra de que las masas lean literatura. ¡Por favor! Es mi único premio por más de 40 años de oficio y producción.
Mis libros han sido mi aporte a la cultura de este país y yo mezquinamente abuso de ellos. Por favor. Nino García, músico brillante se suicidó luego de ir a cobrar derechos de autor de su música.
Sus palabras, señorita o señora ministra me ofenden, me agravian y enrabian. Ahora resulta que yo soy el obstáculo para que las grandes mayorías postergadas tengan acceso a la cultura. Por qué no se preocupa mejor de que de una vez por todas recuperemos una gran editorial estatal en que los escritores nacionales seamos tratados como agentes culturales y no como un engranaje del negocio editorial. Bueno, capaz que creen esa editorial y nos obliguen a a los escritores a renunciar a nuestro 10% por el valor del libro so pena de ser declarados antipatriotas, antipueblo y agentes proempobrecimiento del alma humana.
Los derechos de autor se contraponen al derecho a la cultura: ¿De qué está hablando? No entiendo que una ministra diga tamaña barbaridad.