Brasil: Dilma se defiende y opción de referéndum por nuevas elecciones agarra fuerza

El Senado brasileño se encuentra investigando las causas del juicio político contra la suspendida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. El 20 de agosto -un día antes de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos- se realizará la votación final sobre el impeachment. Se requiere dos tercios de los senadores, es decir, 54 votos a favor. Si no se logran, la líder del PT volverá a la presidencia.

Ayer, Rousseff presentó sus descargas – a través de un escrito- ante la comisión especial del impeachment del Senado. Hace una semana había recibido un fuerte espaldarazo de parte de la comisión técnica del Senado, que determinó que no existen pruebas de corrupción por parte de la mandataria así que el impechment no debería ratificarse.

Dilma volvió a insistir en su inocencia y en su estrategia para salir de la crisis política: una vez que vuelva al poder, convocar a un referéndum para consultar a los brasileños si es necesario adelantar las elecciones presidenciales.

¿Salida a la crisis o golpe legitimado?

Las voces que hablan de «golpe institucional» en Brasil no son pocas. Y razones no faltan tampoco: Rousseff no está implicada en ninguna causa de corrupción, a diferencia de la gran mayoría de los parlamentarios que votaron por desplazarla del poder.

Pero la desplazada mandataria ya ha señalado que hará dos cosas si vuelve al poder: «repactar con el empresariado» para políticas de crecimiento y un plebiscito sobre nuevas elecciones.  «La población, se quiera o no, deberá ser consultada. Es fundamental para que termine el golpe, lo que significa ganar el Senado. No creo que sea posible rehacer el pacto con el presidente Temer. En cualquier caso, el referéndum es la única manera de lavar y aclarar este lío que es el gobierno de Temer», dijo en una entrevista.

La idea ya fue oficializada por un grupo de 30 senadores, que proponen la realización de la consulta en las elecciones municipales de 2016, que consulte al electorado sobre la necesidad de nuevas elecciones para presidente y vice presidente. “Tenemos que colocar en las manos del pueblo la resolución de esta crisis tan profunda por la cual estamos pasando”, dijo en su momento la senadora Vanessa Graziottion, una de las autoras de la propuesta.

La cuestionada gestión del presidente interino Michel Temer aumentan las posibilidades de la consulta. Criticado por quitar ayudas sociales, tener un gabinete compuesto solo por hombres blancos y diversas causas de corrupción contra sus colaboradores cercanos, Temer tiene hoy un apoyo de solo un 13% de la población según las encuestas.

Sin embargo, no todos ven con buenos ojos la idea del plebiscito. El dirigente del Movimiento de Trabajadores Sin Tierra (MST), Alexandre Conceição, aseguró a Brasil de Fato que «no apoyamos la idea porque no aceptamos que la presidenta, que no cometió crimen de responsabilidad, acorte su mandato. Eso estaría legitimando el golpe”.

Lo mismo piensa Valter Pomar, profesor del departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal del ABC. Para él, se trata de una «trampa inmensa», pues debilita el discurso de que el impechment se trata de un golpe de Estado.  «Lo que está siendo propuesto es decidir si el mandato de Dilma va a ser ejercido hasta el final o no. Es el plebiscito del impeachment”, afirma.