Consejo General de la Udi y Proclamacion de Jaqueline Van Rysselberghe | FOTO: RODRIGO SAENZ/AGENCIAUNO
El año 2012 el ex senador enviaba una carta al Ministerio Público que declaraba que su sobrino pertenecía a una familia «muy unida» y daba fe de «su buen comportamiento, de su espíritu amistoso y de sus buenas relaciones humanas».
A inicios del 2012, el sobrino de Hernán Larraín, recientemente nombrado ministro de Justicia del gobierno de Piñera, se encontraba en prisión preventiva, recluido en la cárcel de Santiago 1 e imputado por el delito de tráfico de cocaína. El hombre de 41 años llamado Benjamín Echeverría Larraín, según el OS7 de Carabineros, contaba con pruebas contundentes en su contra para ser penalizado.
Por esos años, su defensa era encabezada por el abogado Gabriel Ruiz, quien reunió distintos certificados para acreditar la irreprochable conducta anterior del imputado. Dentro de estos documentos se hallaba una carta del ex senador Larraín -la que fue publicada en El Mostrador– donde éste declaraba que Echeverría «pertenece a una familia muy unida; que desde siempre se han reunido los domingo, donde sus padres, por lo que ha visto crecer a sus sobrinos».
La misiva continuaba declarando que podía dar fe de «su buen comportamiento, de su espíritu amistoso, de sus buenas relaciones humanas» y «de su carácter tranquilo y de su buena voluntad». «Siempre ha sido un hombre de familia, trabajador y responsable», agregaba.
La carta del nuevo ministro contrastaba con sus dichos cuando el caso se hizo público, donde indicó que “la justicia tiene que hacer lo que corresponda, sin distinción alguna”.
Finalmente en julio de 2012, el tercer Tribunal Oral en lo Penal falló a favor de condenar a Echeverría a una pena de 5 años bajo libertad vigilada, además del pago de 40 UTM, pese a que la fiscalía exigía una condena de 10 años de cárcel.
Este es el documento que reúne el testimonio de Larraín y que fue recogido por El Mostrador en ese tiempo.
