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A las mujeres que enseñan a amar los libros

Por: Meribel González | Publicado: 26.01.2018
A las mujeres que enseñan a amar los libros woman-reading-with-peaches-1923 |
«Leo y olvido» de Andrea Palet es un libro que reúne sus columnas de opinión escritas durante quince años de trabajo. En un mismo texto, la autora relata el día trágico en que perdió los dientes, deriva en una crítica sobre la importancia desmedida a las apariencias en nuestra sociedad y termina con la relevancia de la dignidad humana y el lugar de las mujeres en esa batalla, “La historia de Chile es la historia del privilegio. Y la historia de los pobres de Chile es en gran medida la de las privaciones, el aguante, la postergación de sus madres.”, señala Palet.

Rara vez me detengo en las columnas de opinión. La verdad es que me aburren los intelectuales que juegan a rebeldes en los diarios conservadores del país. Sus ideas deslavadas no son más que un traje con el que pretenden ocultar convicciones inamovibles de una sociedad que limita entre Santiago y Providencia. Sin embargo, Leo y escribo es la excepción.

La trayectoria de esta destacada editora lleva a la pregunta, ¿un buen editor es sinónimo de buen escritor? “Están los editores que quieren escribir pero les sale espuma, y también —estos son los imprescindibles— los que escriben mejor que los autores que publican, pero que de forma inexplicable, acaso narcotizados por el pudor o la cortesía, prefieren escribir poco, casi nada. A esa última categoría pertenece Andrea Palet”, responde Alejandro Zambra.

¿Por qué Andrea Palet se esconde detrás de los libros?, creo que eso ocurre generalmente con las personas que aman tanto un arte o un oficio, y se encargan gran parte de sus vidas a reproducirlo. La primera vez que lo experimenté fue con mi madre a los cuatro años. Fue en una tarde calurosa sentadas en el sillón viejo de la sala cuando me enseñó a escribir mi nombre. Ella observaba con atención los movimientos mi mano mientras sostenía entre sus manos un paño de cocina. Cuando terminé, sonrió, algo escaso para las dueñas de casa, comprendí así que algo especial había comenzado. Pero tendría que pasar mucho tiempo para que ese impulso tomara un verdadero sentido. En los primeros años de colegio no atendí a sus invitaciones a leer los primeros libros, prefería jugar con mis barbies y soñar con algún día ser azafata, escribí muchas cartas a Julio Videla para que cumpliera mi deseo en su programa de televisión, pero nunca tuve respuesta. Tampoco alcancé esa conexión durante la adolescencia bajo la enseñanza en un liceo de excelencia para alcanzar la movilidad social que tan bien nos vendieron. De la universidad me quedo con el recuerdo amargo de nuestros padres firmando pagarés en bancos para que algún día llegáramos a ser profesionales.

El vínculo con los libros comenzó a tomar sentido cuando conocí a Andrea Palet. En la sala de clases me pareció más desafiante que acogedora. Pocas veces llegamos a un acuerdo cuando discutimos sobre la situación de la industria editorial en Chile, pero de ella aprendí lo necesario para comprender el amor por los libros. Un arte que requiere tiempo y dedicación, donde la curiosidad no puede ser reemplazada y las respuestas siempre están en leer y leer.

Al abrir Leo y olvido, una serie rebuscada y hasta fome se convierte en un gran relato. Su prosa directa interpela y sacude ante la indiferencia de una sociedad que ha construido su éxito con el dolor de otros. “No sé si he sido clara: donde más se necesita ser brillante es en la vida diaria, en el contacto con los demás. Así, tal como la decisión valerosa es inteligencia , y la dignidad es inteligencia, la compasión, sobre todo, es inteligencia.”

Leo y olvido  es el primer libro de Andrea Palet, es el paisaje desnudado por una mujer con que no apuesta por las verdades inamovibles ni los manifiestos, sino en la curiosidad sin límites, “No tengo opinión sobre todo, y menos una opinión inteligente sobre todo; por eso me limito a divagar en torno de lo que me gustaría comprender, o bien a glosar la inteligencia ajena, siempre más límpida y rutilante que la propia”.

Las columnas fueron escritas a lo largo de quince años pero guardan la riqueza de quien se esfuerza por mirar más allá de la superficie, donde el tiempo solo es un mero accesorio, “Por eso celebremos. Aunque estemos aún a medio camino, aunque experimentemos grandes dolores nuevos, las mujeres de hoy, llenas de contradicciones, aguantaremos los peñascazos propios de todo movimiento de tierra. Porque esto es grande. Porque esto es realmente nuevo. Y porque es la única forma de vivir en libertad”, responde la autora a la lucha de las mujeres a lo largo de la historia.

Andrea Palet odia los homenajes, pero afortunadamente olvida rápido. Dejo esta huella en un mar de información porque creo que aquellas mujeres que enseñan el amor por los libros merecen ser recordadas. “Leer y limpiarse de lo leído, raspar la borra, emerger cándidos de nuevo, para asombrarnos, una y otra vez, con el poder de la palabra”, sentencia Andrea.

Leo y olvido
Andrea Palet
Ediciones Bastante
120 páginas
Precio de referencia: $14.000

Meribel González