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Piedras, latigazos y balazos: Los atentados de la extrema derecha en el sur de Brasil contra Lula y sus seguidores

Por: Victor Farinelli | Publicado: 28.03.2018
Piedras, latigazos y balazos: Los atentados de la extrema derecha en el sur de Brasil contra Lula y sus seguidores atentado lula | Marca de bala al bus de Lula
Tres balas quedaron emboscadas en la caravana que trasladaba a Lula da Silva por el sur de Brasil. A semanas del asesinato de Marielle Franco, la violencia política se toma el país. “Lo que vemos ahora es casi como el surgimiento del nazismo», apuntó el ex mandatario tras la agresión.

Desde mediados de marzo, el ex presidente Lula da Silva empezó a hacer eventos políticos en el sur de Brasil, tratando de posicionarse como candidato presidencial en el país, pese a ser poco probable que la Justicia de ese país le permitirá oficializar su fórmula.

Sin embargo, diferente de lo que pasó el año pasado en las caravanas realizadas por las regiones Noreste y Central del país, esta vez el clima de confrontación y de violencia se hizo presente en muchas de las ciudades por donde pasó la comitiva de Lula.

El caso más grave ocurrió este martes 27, cuando los dos buses que trasladan la caravana -uno trayendo a Lula y sus colaboradores cercanos y otro llevando la prensa que acompaña los eventos- sufrieron un atentado a tiros en la ruta rumbo a la ciudad de Laranjeiras do Sul, en el Estado de Paraná.

Los testigos se contradicen respecto a la cantidad de tiros que escucharon, pero en los hechos fueron tres los que acertaron a los buses: dos de ellos golpearon el carro de los periodistas, frontal y lateralmente, mientras el tercero perforó la lateral del bus que trasladaba a Lula. Pese al pánico generado, no hay registro de heridos.

Según la senadora Gleisi Hoffmann, presidenta del PT (Partido de los Trabajadores, de Lula) que estuvo en el carro junto con el ex presidente, los vehículos sufrieron una emboscada: “Había clavos en la pista que obligaron los buses a disminuir la velocidad justo antes de los disparos”. Horas después, la ex presidenta Dilma Rousseff difundió una nota sobre los hechos, diciendo que “el atentado a tiros en contra del presidente Lula remonta a un Brasil de mediados del siglo pasado hasta la dictadura militar, cuando la eliminación física de adversarios políticos era algo común”.

Tanto Rousseff cuanto Hoffmann defendieron que el PT presente a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y otras instancias internacionales una denuncia formal sobre el atentado a Lula de este martes, incluyendo también a otros ataques promovidos por grupos de extrema derecha a la seguidores de la caravana de Lula.

Piedras, latigazos y otras agresiones

El ataque de este martes fue el más peligroso de todos pero no el único registrado durante la caravana. En la ciudad de Chapecó -la misma donde reside el equipo de fútbol Chapecoense, víctima de una tragedia aérea el año 2016-, un grupo de extremistas le lanzó una piedra al ex presidente mientras salía de un hotel. Lula se salvó porque el ex diputado Paulo Frateschi saltó sobre él. Frateschi recibió el piedrazo en su oreja y tuvo que ser internado de urgencia. Tuvo su oreja aplastada, y su estado de salud según los médicos es de atención pero sin riesgo vital.

Entre los que asistieron a los eventos de Lula hubo casos de agresiones de los más variados: latifundistas atacando a grupos de simpatizantes lulistas a latigazos, tractores impidiendo el avance de la caravana, grupos extremistas emboscando y golpeando a mujeres ligadas al MST (Movimiento de Trabajadores Sin Tierra), entre otras ocurrencias.

En Foz do Iguaçu, un sacerdote católico, el Padre Idalino Alflen, recibió una piedra en la cabeza cuando se acercaba a un evento, y luego fue arrollado por una moto -igual logró sobrevivir al ataque-.

Los autores de los ataques son grupos de extrema derecha, muchos de ellos defensores de candidaturas como las del ex militar Jair Bolsonaro y de Geraldo Alckmin (actual gobernador de São Paulo, del PSDB, el icono de la derecha financiera neoliberal de Brasil, pese a llamarse oficialmente Partido Social Demócrata Brasileño), además del grupo MBL (Movimiento Brasil Libre), otro que se presenta como liberal pero defiende posturas de agresividad y violencia política. También se manifestaron algunas agrupaciones extremistas que defienden que los tres estados del Sur (Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná) se separen del resto de Brasil.

Padre Idalino Alflen

De hecho, el gobernador y candidato presidencial Alckmin comentó el atentado diciendo que Lula y el PT “están plantado lo que cosecharon”, afirmando que el partido provocó a los extremistas al realizar eventos en las localidades donde ellos actúan.

Algunos de esos grupos llegaron a publicar cartas y a extender lienzos amenazando a Lula y sus seguidores antes de que llegara la caravana a las ciudades. La senadora Hoffmann denunció que los gobernadores de los estados de Rio Grande do Sul, Santa Catarina y Paraná se negaron a ofrecer seguridad a los buses pese a los pedidos del PT. “Incluso cuando nosotros mostramos las amenazas que nos enviaron por e-mail y los casos que ya habíamos visto en otras ciudades, destacando que la violencia venía en ascenso, ni así accedieron”, reclamó la parlamentaria.

Lula: “Lo que vemos es el surgimiento del nazismo en Brasil”

A través de sus redes sociales, el ex presidente Lula da Silva comentó el hecho diciendo que pese al susto que sufrió no pretende dejar de seguir con la caravana y con la candidatura presidencial.

“Lo que vemos ahora es casi como el surgimiento del nazismo. No es política, porque el que quiere derrotar políticamente al PT lo tiene que enfrentar en las urnas. Si ellos creen que nos van a amedrentar se equivocan. Nos están motivando. No podemos permitir que esos grupos hagan lo que quieran”, dijo Lula. Luego completó: “No soy de los que huyen de la pelea, aunque lo hago defendiendo la democracia en mi país. Todos tenemos que saber convivir en democracia”.

Latigazos contra simpatizantes de Lula

Brasil suma 16 asesinatos políticos en 2018

Lula y Gleisi Hoffmann escaparon de tener el mismo final trágico de la concejala Marielle Franco, asesinada a tiros en Río de Janeiro hace dos semanas.

Marielle fue el 16º caso de asesinato político en el año de 2018, según estudio de la Universidad Federal del Estado de Río de Janeiro, con el apoyo del Comité Brasileño de Defensoras y Defensores de los Derechos Humanos, y que fue publicado justamente este lunes 26, un día antes del ataque al ómnibus de Lula, que podría haber aumentado las cifras.

Contando desde el inicio de este siglo, Brasil ya suma 79 políticos asesinados durante años electorales, entre candidatos y precandidatos – como era el caso de Marielle, quien postulaba a una candidatura a diputada por el Estado de Río de Janeiro. Los casos incluyen a víctimas de 25 partidos diferentes, ocurridos en 22 estados – aunque los más violentos son Río de Janeiro (13 ocurrencias) y São Paulo (10).

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