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La parlamentaria de Izquierda Libertaria habla con El Desconcierto sobre la acusación constitucional al ministro de Salud, su postura frente al Estatuto Laboral para Jóvenes Estudiantes, feminismos y de cómo se ve en las futuras convergencias de Frente Amplio.
Pasó desapercibida durante los primeros meses de la nueva legislatura, pero la puesta en marcha de la acusación constitucional contra el ministro de Salud, Emilio Santelices, que aceptó coordinar le ha entregado un rol más protagónico como diputada de la oposición.
Gael Yeomans (29) llegó al Congreso por sorpresa, incluso para ella misma. Vinculada a la política estudiantil, donde empezó a militar en 2006, fue una de las artífices que participó en la conformación del Frente Amplio (FA) como secretaria general de Izquierda Libertaria (IL). Antes pasó por las Juventudes Comunistas y el Frente de Estudiantes Libertarios (FEL).
De sus primeros meses como parlamentaria, destaca la “expectativa” que ha levantado el FA y “los nuevos diputados” en la ciudadanía. “Lo veo hablando con los vecinos que ven un poco de luz en la desazón que se vive al día a día en nuestro país”, asegura.
La parlamentaria libertaria fue electa por el distrito 13, que comprende las comunas de El Bosque, La Cisterna, Lo Espejo, Pedro Aguirre Cerda, San Miguel y San Ramón, donde obtuvo 13.686 votos (5,5%). “Era necesario tener una persona nueva y una mujer en el distrito. Yo soy la única mujer electa en el 13”, señala. Entre sus prioridades territoriales está reservar un espacio para las organizaciones sociales existentes en las comunas. “Hay un capital muy potente ahí y tienen que haber un rincón para ellas”.
Egresada de Derecho -a la espera de la revisión de su tesis-, Gael Yeomans ha sido una de las parlamentarias más críticas con el actuar de Santelices por el protocolo de objeción de conciencia que lo llevó primero a una interpelación y luego a la acusación constitucional. La legisladora llama a las bancadas de la oposición (y en especial a los hombres) que “han levantado las banderas del feminismo a hacer eco de esto en la acusación constitucional”, porque está convencida de que al ministro de Salud “no le interesan los derechos de las mujeres”.
Lo mismo opina de la Agenda de Género impulsada por la administración Piñera en el marco de las protestas del movimiento estudiantil feminista. “No hay modificaciones reales que permitan avanzar”, asevera.
– ¿Cómo cree que avanzará la acusación constitucional al ministro de Salud que está coordinando?
– Hay un apoyo de todo el bloque de las diputadas de la oposición a la acusación constitucional. Sin embargo, no hemos visto ese mismo apoyo tan tajante y definitivo por parte de los diputados de la oposición. Ahora, a nivel personal, conversando de uno a uno, nos hemos dado cuenta de que la acusación constitucional ha ido agarrando más fuerza, pero falta un apoyo más definitivo por parte de las bancadas. Estamos a la espera del PS, que falta que se pronuncie, para saber bien si la oposición, o al menos los partidos que hemos levantado las banderas del feminismo, vamos a hacer eco de esto en la acusación constitucional.
– Observamos esta comisión con bastante recelo porque son puros hombres, y además tres de ellos del actual gobierno y que han tenido pronunciamientos que dejan bastante que desear en materia de derechos de la mujer. Ahora, igual hay que circunscribir su función: la comisión revisa los argumentos de la acusación constitucional y escucha también a la otra parte. Luego hace una recomendación a la sala sobre si es admisible o no dar lugar a la acusación constitucional. Finalmente, el voto de la sala es a conciencia de cada uno de los diputados. Por lo tanto, esperamos del resto de la sala un gesto y en esto vamos a estar insistiendo.
– ¿Es optimista en poder lograr los votos necesarios para destituir al ministro, o con un resultado simbólico que ponga de manifiesto la indignación y malestar se conformaría?
– Lo que se escucha por parte de la derecha en el Congreso es que el ministro tiene los días contados. Entonces, más allá de la acusación constitucional, los errores con el protocolo de objeción de conciencia, sus dichos, el tema de la Agenda de Género en materia de isapres, el nombramiento del director de un hospital involucrado en casos de violencia intrafamiliar, todo este tipo de hechos dan cuenta de un perfil al que no le interesan los derechos de las mujeres. Así de simple. Por lo tanto, no da garantías y es nuestro deber, si somos feministas y queremos cambiar el modelo de salud existente, ser consecuente con ello. Esta acción está directamente relacionada con esta consecuencia. Con esto estamos interpelando al resto de la oposición para saber en qué lugar van a estar en este tipo de hitos. Hacemos la acusación para que la oposición tome una postura política. Es muy fácil criticar, pero queremos ir más allá. Las diferencias con el gobierno no son solo errores de forma, sino también de fondo y hay que ponerlas sobre la mesa.
– El gobierno se está apropiando de una agenda feminista y de género que tradicionalmente ha sido defendida e impulsada por la izquierda, en un contexto -en Chile y en el mundo- de movilizaciones feministas y protestas generalizadas. ¿Hablamos de una suerte de aprovechamiento?
– Sí. De hecho, los dichos del presidente actual cuando fue candidato electoral dan cuenta de una mirada que no tiene que ver con lograr avances en la perspectiva feminista. Hay un cierto oportunismo y se intenta buscar que la derecha diga que tiene una agenda pro-derechos de la mujer, pero si uno va al trasfondo de la agenda no hay modificaciones reales que permitan avanzar en una sociedad donde a las mujeres se nos considere sujetas de derecho en igualdad de condiciones y en nuestras libertades. Esto último, sobre todo, a la derecha le complica porque en su interna no tiene coincidencias con este tema. A pesar de que uno pueda ver una pronta respuesta, eso no quiere decir que vaya a haber una pronta conclusión, porque las transformaciones tienen que ser mucho más de fondo. La mirada de la agenda de Piñera es muy distinta a las necesidades que ha levantado el movimiento estudiantil feminista.
– ¿Cómo interpretan desde IL lo que está pasando hoy?
– Tenemos el desafío de hablar no sólo de las temáticas de educación, sino de la realidad de las mujeres del país desde una perspectiva de clase. El feminismo tiene que dar lugar a ello. A los actuales poderes económicos les conviene tener a una mujer trabajando puertas adentro, en su casa, sin que eso sea valorado ni recompensado económicamente. Hay un modelo que cuestionar que va más allá de una igualdad formal hacia la igualdad material. Eso no va a ser nunca respondido por la derecha.
– Esta semana votaste a favor de la idea de legislar del Estatuto Laboral para Jóvenes Estudiantes. Tu voto ha recibido algunas críticas, ¿por qué apoyaste este proyecto?
– Este proyecto lo presentó el gobierno y tenía una serie de disminuciones respecto a los derechos que estaban garantizados a los trabajadores. Con la flexibilidad que se quería dar a los estudiantes para trabajar y compatibilizar sus horarios de trabajo se estaba buscando flexibilizar sus derechos. Hemos trabajado nuestra posición conjuntamente con las organizaciones sindicales, -con la CUT, con la ANEF, el sindicato Starbucks, la Consfecove (de trabajadores del comercio). Nosotros le planteamos al gobierno la necesidad de modificar este proyecto e ingresar indicaciones porque si no sería de plano rechazado. El día lunes el gobierno ingresó las indicaciones correspondientes y nosotros como diputados también lo hicimos.
– ¿Y cómo quedó?
– Reconozco que no estamos garantizando más derechos que los que los trabajadores tienen actualmente, pero sí nos permiten al menos tener los mismos que los que están en el Código del Trabajo actual, que es lo que estaban solicitando las organizaciones sindicales, y tener la posibilidad de compatibilizar los horarios de trabajo y estudio sin perder beneficios sociales como becas universitarias u otros a nivel de crédito. Comparto que este modelo perpetua la necesidad de los estudiantes de ir a buscar trabajo, pero decidimos aprobar la idea general de legislar -y ojo, que solamente es eso- pero rechazaremos todas las indicaciones que sean retrocesos para los estudiantes trabajadores. Nos estamos haciendo cargo de una realidad existente: los estudiantes trabajadores existen en nuestro país, no van por la modalidad de contrato y, de hecho, si van por esta modalidad pierden beneficios sociales, por lo tanto, es una cuestión muy concreta y específica. Ahora, si las indicaciones ingresadas no quedan como estamos pensando, lo vamos a rechazar en Sala. El próximo lunes se despachará en su totalidad el proyecto.
/ Agencia Uno
– Hace unos meses que se viene hablando del tema de las convergencias o fusiones. ¿Vamos a ver la fusión Movimiento Autonomista (MA), IL, facciones de Nueva Democracia (ND) y el movimiento Socialismo y Libertad (SOL)?
– Es un proceso que está en trabajo. MA, nosotros y ND hemos señalado públicamente la voluntad de converger, pero la tenemos que acercar en un proceso que a todos nos dé la certeza del proyecto que queremos construir. Estamos viendo la forma de llegar a acuerdos, pero esto implica concordar en trabajos y en las coyunturas: tener un trabajo más articulado en el Congreso, a nivel estudiantil, de nuestros frentes feministas. Que no sólo sea decretada esta convergencia.
– ¿Se sentiría cómoda en la suma IL + MA + ND + SOL? ¿Sobra o falta alguien?
– En realidad, nosotros con los que hemos conversado de esto es con ND y MA. Con el resto no hemos hablado de convergencias. Está reducido a estas organizaciones.
– Sin embargo, pese a estas combinaciones, usted entró al Congreso con un cupo de RD.
– Las elecciones del FA son un proceso en evaluación muy complejo. Efectivamente, yo salí porque estaba el FA y Beatriz Sánchez detrás, no solo porque me apoyó IL. El resultado de cada una de las diputaciones son fruto de un proceso colectivo y no hay que perderse en eso. La fuerza nuestra es la fuerza del total del FA.
– Dando por sentado que el rival del FA no está dentro sino fuera de la coalición, estas fusiones reflejan también una cierta disputa de fuerzas al interior del conglomerado. ¿Coincide?
– Tiene que ver con las distinciones sobre cómo salir del modelo neoliberal, es decir, el proyecto post-neoliberalismo. El programa del FA llega hasta terminar con el sistema actual, pero no va más allá. Y ahí es donde desde la izquierda tenemos el desafío. Los compañeros de RD o de otras coaliciones no tienen esta posición política tan clara y prefieren tener proyectos más amplios. Esa es nuestra gran diferencia y por eso no queremos construir un partido político con ellos. Pero sí vemos que hay otras organizaciones con las que tenemos estas coincidencias.
– Ahora que ya ha pasado un tiempo, y con más distancia, ¿cómo observa la fractura que se produjo entre IL y SOL?
– Todos los procesos son difíciles cuando uno arma desafíos tan complejos. Viéndolo en perspectiva, todas las organizaciones tenemos que velar por fortalecernos y por construir el proyecto que realmente queremos ser. No hay recetas, pero me parece que las posiciones de fondo y políticas van dando luces de las decisiones que se toman. Hoy, IL está fortalecida y tenemos el desafío de construir un partido más grande y tener un proyecto de izquierda que identifique a nuestro vecinos.
