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La periodista reflexionó en el día en que se conmemoraron 70 años del voto femenino en nuestro país, sobre los el avance de las demandas feministas, pero también de los primeros femicidios que se marcado las primeras semanas de enero.
Mónica Rincón, la periodista y conductora de CNN Chile, reflexionó durante la tarde de ayer martes, día en que se conmemoraron los 70 años del voto femenino en nuestro país, sobre los el avance de las demandas feministas y de los primeros femicidios que han marcado las primeras semanas del 2019.
«El día en que celebramos 70 años del derecho universal a sufragio femenino en Chile es también motivo de tristeza. Porque a una semana de iniciado el 2019, ya hay tres víctimas de femicidio: María, Sandra y Laura», comenzó diciendo la conductora de Marca Registrada unas horas antes de que se diera a conocer el cuarto asesinato de una mujer en Chile en lo que va de enero.
Es por eso que la comunicadora indicó que «aún somos, como decían Los Prisioneros, ciudadanas de segunda clase a las que se nos mata porque hay hombres que nos menosprecian y nos creen de su propiedad».
«Hay una cultura que termina desvalorizando a las mujeres y así algunos creen que pueden violentarlas. Mientras, el sistema penal y de seguridad (o de inseguridad), no da el ancho para protegerlas», añadió.
Junto a esto, recordó que a «María Barría la asesinó su esposo después de 20 años violencia, después de sus denuncias en el Servicio de la Mujer que se negaba ratificar en Fiscalía»; «para Sandra Pozo, el principal sospechoso es su esposo que se autodenunció, molesto porque ella buscó trabajo fuera de casa y sólo su hija fue capaz de ir a una comisaría»; y «se Laura se cree que fue lanzada escaleras abajo por su conviviente que luego se suicidó».
«A quienes tratan de cambiar las cosas se las trata de exageradas. Se las cataloga de “mujeres solteras, sin mayores problemas económicos. Otros alegan diciendo ‘las sufragistas sí que se preocupaban de cosas importantes como el voto, las de hoy le ponen color’, advirtió Rincón.
Finalmente, concluyó que «así es que no se asombren, pero tampoco se acostumbren ni a la violencia de la descalificación ni a la que un día podría incluso costarles la vida. Como en este año ya le costó a María, a Sandra y a Laura».
