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Mauricio Redolés sigue disparando a sus 66 años: «Creo en Daniel Jadue, pero no en el Partido Comunista»

Por: Gonzalo Espinoza | Publicado: 12.07.2019
Mauricio Redolés sigue disparando a sus 66 años: «Creo en Daniel Jadue, pero no en el Partido Comunista» D-vRkumXoAAd1Zx |
El poeta y músico, que ha dedicado toda su vida al arte, festejará sus 44 años de carrera en un concierto único el próximo 13 de julio, en el Teatro Nescafé de las Artes. En medio de los preparativos de su celebración, Redolés se dio el tiempo para analizar el panorama político con su mirada irreverente.

Mauricio Redolés ya alista su presentación para celebrar sus 44 años de trayectoria. Con nueve discos publicados y uno en camino, el poeta y músico se muestra más activo y crítico que nunca, como si viviera un renacimiento de su carrera.

A sus 66 años, el artista parece no querer retirarse de los escenarios y mantiene más viva que nunca su faceta como creador. De hecho, este mes lanzó su último single llamado «San Pedro«, que tiene como invitados en las voces a Pancho Sazo (Congreso) y Lissa Kai, y que formará parte de su décimo álbum. La canción también estará en setlist que presentará el autor de «¿Quién mato a Gaete?» en «Redolés en Shile», su concierto de celebración que se realizará el próximo sábado 13 de julio, en el Teatro Nescafé de las Artes.

Pero Redolés no sólo está preocupado de afinar los últimos detalles de su show; también mira de reojo las movilizaciones de los profesores, quienes continúan en paro tras rechazar las propuestas de la ministra de Educación, Marcela Cubillos.

A juicio del músico, Cubillos es una representante viva del «fascismo pinochetista».

Esa mala evaluación también se replica en otras figuras de la derecha, como el alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, quien amenazó con cerrar el Instituto Nacional si es que no se terminan las manifestaciones de los estudiantes.

«Si él pudiera, transformaría la comuna en una penitenciaría. Pero eso es un mal que está en el ADN de la derecha«, dice Redolés.

-¿Crees que el fascismo está vivo en Chile?

– El fascismo pinochetista está vivo en la Evelyn Matthei, en Alessandri, en Marcela Cubillos, gran pinochetista, que ven en la represión la solución a los problemas. Está vivo en Piñera, quien además tiene el componente de la corrupción en su quehacer, en su familia. 

Yo me pregunto, qué preocupación ha mostrado Piñera por la situación en Hong Kong. Qué va a decir de Hong Kong, si tiene negocios con los chinos. Si tuviera negocios con Maduro, tampoco se preocuparía de Venezuela. Piñera tiene el doble discurso de tener a familias venezolanas en Chacalluta y no abrirles la puerta para que pasen, transformándose en un Trump del sur de América. Además, no dejando entrar a gente por motivos ideológicos, a gente que le puede parecer de dudosa procedencia política. Todo lo que sea derecha venezolana, pa’ adentro. La gente de izquierda, que no entre.

-¿Cuál es tu opinión de la derecha chilena?

 – La derecha chilena es como la derecha mundial; una derecha deleznable, que no tiene concepto de patria. Su concepto solamente es el dinero. Lo decía Recabarren hace más de 100 años: «el capitalista tiene una sola bandera: la libra esterlina». Hoy día es el dolar, mañana va ser el Yuan.

– Hace algunos días Zurita dijo que en Chile se está dando la mezcla perfecta para el ascenso del fascismo. ¿Crees que en algún tiempo más pueda llegar Kast a La Moneda?

-Obviamente, sí. Creo que el análisis de Zurita es certero. Mira, eso lo vengo diciendo hace un par de años en relación a lo siguiente: en el Chile de los 70′ se elige un presidente marxista en una elección democrática, respetando todas las normas de la democracia burguesa. Eso hace que Allende sea más peligroso que Fidel Castro para Nixon, quien se vuelve loco porque el ejemplo puede cundir. De hecho, cunde, con sus diferencias y sus maneras, en Venezuela, en Bolivia, en Ecuador. Correa, Chávez y Morales llegaron al poder con las reglas de la democracia burguesa. Entonces, ¿qué hace la derecha? Desprestigia la política. Ellos dijeron que el gobierno de Allende era incapaz de gobernar y qué empezó a hacer, sacó a las huestes fascistas a la calle. Al comando Rolando Matus, al grupo Patria y Libertad, que hicieron apagones, botaron torres de alta tensión y crearon un estado de desgobierno y se transformaron en un agente de desgaste. Los sectores menos politizados de la izquierda reaccionaron violentamente. El MIR, llamando a nacionalizar todas las fábricas, todos los fundos. Estos grupos llamaron a Allende presidente socialdemócrata, cuando en realidad Allende era un revolucionario. Ellos también lo eran, solo que tenían las cabezas demasiado caliente. 

-¿No hay que tener la cabeza tan caliente?

-No, jamás. En la guerra, en la política y el amor, la cabeza caliente no te sirve. 

Y el discurso de Pinochet apenas asciende, y lo mantiene durante 17 años, es contra los señores políticos, saca tus conclusiones. Hoy día, hay una campaña enorme contra la política y los políticos por dos razones. Una, por los errores que han cometido, por las inconsecuencias que han prodigado, con las promesas no cumplidas, con la debilidades frente a la derecha. Y por otro lado, la corrupción, que en Chile, comparada con otros países, no creo que sea tan grande, pero ya hay visos de corrupción y eso se ve reflejado en las Fuerzas Armadas, en Carabineros, en la Policía de Investigaciones. Por otro lado, también está el deseo del capital financiero que ve un peligro en la democracia burguesa; el peligro de perder control de un país para despojarlo de sus riquezas básicas, de su capital humano, de sus trabajadores. 

-Estaríamos en una encrucijada porque tenemos a una clase política muy cuestionada por sus propios errores. Pero, ¿cómo podríamos criticarlos sin desprestigiarlos? ¿Cuál es el punto medio?

– Cuando aparece el Frente Amplio, se da un punto importante en el desarrollo de la política post dictadura y surge la preocupación, porque si estos cabros hubieran sido más inteligentes políticamente y generosos, se habrían transformado en una fuerza increíble. Si hubiera pasado eso, en este minuto tendríamos un candidato presidencial del Frente Amplio, pero ahora estamos muy lejos de eso. Este tipo de errores son criticables y la política chilena es muy criticable. Y criticar no significa que uno esté aumentando el caldo de cultivo para el fascismo.

Se está criticando en función de terminar con esos errores y trazar un rumbo sin corrupción, sin peleas intestinas, sin traiciones a los trabajadores. En donde no haya un partido demócrata cristiano que esté votando a favor del TPP-11, ni votando a favor de la reforma tributaria de la derecha. ¿Qué puede pensar la gente cuando políticos como Lagos Weber votan a favor del TPP-11?, ¿Qué puede pensar la gente cuando se vean las consecuencias del TPP-11 de este tipo de tratados? Entonces, cuando uno hace estás criticas, las hace en función de que, ojalá, se puedan enmendar rumbos.

-Hace un tiempo dijiste que pensabas que la gente del Frente Amplio se sentía como que había inventado el café con leche. ¿Qué piensas de las opciones de cambio que hay en el país?

-Yo no dije eso. Yo cité a Carmen Hertz. Eso lo inventó un periodista de La Tercera y me lo adjudicó. ¿Por qué? Por comodidad o porque es un pésimo periodista. También me adjudicó otra frase que yo comparto, pero yo no la dije. «Al Frente Amplio le falta calle». Eso lo dijo Raúl Zurita en una entrevista en CNN. Y es tercer periodista que me dice «tú dijiste en La Tercera tal hueá».

Creo que han sido criados entre algodones. Han sido criados en buenas casas con calefacción. No saben lo que es una casa en la que se cuela el frío. Han sido criados con vacaciones en buenos lugares, con seguros de salud. Y además vienen con este discurso de que saben cómo hay que hacer las cosas. ¿Qué ocurre? Se masacran entre ellos, caen en una lucha de poder en el jardín infantil. Si estos hueones todavía no terminan la educación básica en política, pero recién creados se terminan acuchillando entre ellos. 

Efectivamente, creo que el Frente Amplio se presentó a la sociedad como un movimiento con nuevas y transparentes prácticas en la política. Y no eran ni tan nuevas, ni tan transparentes. Y con respecto al panorama político actual, yo soy bien escéptico. Creo más en personas que en partidos. Creo en Daniel Jadue, pero no en el Partido Comunista. Creo en Carmen Hertz, creo en muchos demócrata cristianos también que han tenido una actitud muy consecuente. Fui un gran admirador de José Aylwin, de Radomiro Tomic. Esto va más allá de la izquierda tradicional. Sin embargo, no tenía ninguna simpatía por Carlos Altamirano Orrego y ni por los sectores estalinistas de la izquierda chilena.

-Independiente del color político, hay algo que está detrás de eso…

A propósito de esta relación de narcotráfico con el Partido Socialista (PS), alguien me contaba el otro día que en una conversación entre amigos y amigas, se criticó esta situación. Y una persona militante del PS que estaba allí le dijo: «tú cállate, porque no eres socialista». Es decir, para criticar hay que ser socialista. Con esa política ahí uno empieza a entender cuál es nuestra responsabilidad frente a la gente, frente al pueblo. Esa responsabilidad de gente como Luis Emilio Recabarren, de José Miguel Varas, de transparentar ante la gente los problemas políticos.

Hoy día tenemos un gran problema en la educación y de qué se hace responsable Camila Vallejo, Giorgio Jackson, Gabriel Boric, Karol Cariola. De qué se hacen responsables ellos. Yo no los he visto en ninguna marcha de los profesores y ellos llegaron al hemiciclo gracias a su cuento, si antes no eran conocidos. Eran estudiantes de geografía, de ingeniería, de cualquier cosa. Y a dónde están ahora cuando los problemas de la educación siguen. Muy cómodos sentados en el hemiciclo, calentando con sus culos esos asientos de la Cámara de Diputados y, además, abandonando a grandes sectores de estudiantes, a los cuales la desesperación los lleva a ponerse overoles blancos y lanzar bombas molotov.

La celebración de sus 44 años de música

En el concierto que brindará el músico en el recinto de Providencia se incluirán canciones clásicas de su repertorio, como «Eh rica» y «Llegando a Yungay». Sin embargo, Redolés también promete tocar rarezas de su repertorio, que ya acumula más de 80 canciones.

Antes del show también se proyectarán dos documentales. Uno de ellos es «Redo, la película» (2010), de Cristián Parker y Camila Flores, en el cual se hace un seguimiento al poeta rockero durante tres años. El otro es «Las hebras de un poeta» (2015), donde el músico narra su experiencia como prisionero político en Valparaíso.

A pesar de que muchos músicos estarían felices de tener el curriculum de Redolés, el escritor afirma que no se siente uno de ellos y revela que nunca se destacó por tener dotes musicales.

-En una entrevista mencionaste que eras un poeta entrometido en la música. ¿Podrías explicar eso?

El oficio del músico, yo no lo logré. Tengo 66 años y creo que ya no lo logré. Y, ¿cuál es el oficio del músico? Es quien cacha de música, todo un lenguaje que bien puede dominarlo o no, desde el punto de vista conceptual. Puede ser un analfabeto en esos términos, pero sí cacharlo. Saber qué es una escala, aunque le diga otro nombre. Por otra parte, no tengo el oído acondicionado para desarrollar aptitudes musicales, como, por ejemplo, ser afinado cuando canto, reconocer cuando se desafina la guitarra, afinarla, cosas que la gente, que son músicos, desde su más temprana infancia, logran hacerlo. Y por otra parte, perderse en el pulso, en la cifra musical, entrar al revés como se dice, en lenguaje coloquial.

-¿Te pasa eso en tus presentaciones?

-Mucho. Por eso tengo dos guardianes: Takuri Tricot y Sebastián Redolés, que en algunas presentaciones cantan encima mío para que yo agarre el pulso correcto. Lo que sí tengo a favor es que puedo generar un pulso musical a partir de pérdida. Es decir, transformar el error en un no-error, si se quiere.

Y bueno, también tengo una voz no muy bien dotada. Mi voz es más bien una voz gritada, una voz de tarro; una voz muy natural de la calle si se quiere. Cuando estaba en el Liceo Amunátegui, el profesor de música, que era gay, que era conocido con el maravilloso apelativo del maricón Guerra, me echaba de las clases de música cuando trataba de formar un coro o algo, y me decía que no tenía oído ni voz para nada. Supiera el maricón que grabé 10 discos a los 60 años.

-Pero en la música popular hay estilos donde los cantantes no se caracterizan por tener una voz agradable…

-Yo puedo pertenecer más bien a esa tradición. Bob Dylan, tampoco; Bono, tiene muy mal pulso; Silvio Rodríguez, desafinado. Hay muchos casos que se podrían nombrar.

La música, en tanto lenguaje universal, es un lenguaje democrático, que le pertenece a todos y todas. Por lo tanto, cabe la posibilidad del error. El jazz está basado en el error, lo que se transforma luego en una norma. El, arte en general, y la poesía, en particular, presuponen una dosis de libertad ilimitada. Pero, obviamente, en todas partes existen los censores, los campeones del protocolo que te dicen: «eso no se hace, está malo». 

-¿A qué músicos de la escena chilena destacarías?

-Siempre me he preguntado cuándo va a haber un programa de televisión en que esté Emilio Santana y Greta Cerda. Es un dúo folclórico que ha estado trabajando por años. Cuándo va a tener un espacio en televisión Reverendo Du y las Ratas de Harlem. Cuándo van a tener un espacio en el Festival del Huaso de Olmué. Pero eso no se da porque invitan al imitador del imitador del imitador. Van a una hueá hedionda a peo, hediondo a abusadores de niñas y niños jóvenes.

Ahora, yo no fui ingenuo para pensar que debería haber tenido un espacio mayor en la cultura chilena. Yo soy un francotirador y tengo que vivir el destino de los francotiradores.

-¿Asumiste una trinchera?

-Por supuesto. Por eso no me voy a poner a llorar ni a reclamar, pero tengo que decir las cosas que veo. Veo a grandes artistas que nunca se les dio la posibilidad. Ojalá tuviera más espacio Andrés Castro y su grupo Casa Blanca. O Tito Escárate, quien tenía muy buenas cosas y creo que ya no está cantando. Ellos dicen cosas, como que no hay que decir cosas. Para empezar a surgir no hay que decir cosas; hay que tener buen culo, hay que tener buenas tetas, hay que ser mino. Y claro, hay que tener un poco de calidad musical, lo suficiente.

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