Botes que salen a buscar merluza, adentrándose cada vez más en el mar y volviendo con las redes vacías es la situación que están viviendo pescadores artesanales de Valparaíso y Biobío por la crisis que vive la pesquería de merluza en el país.
“Tenemos una cuota asignada y no la podemos capturar toda, porque el pescado no está”, comenta el presidente del sindicato de pescadores de Caleta Colchogüe en Biobío, en el recién lanzado corto documental “Pobreza en las redes”.
La pieza audiovisual reúne testimonios de pescadores en Colchogüe y de la caleta Portales en Valparaíso.
“El crítico escenario de la pesquería se debe a una sobrepesca histórica, donde hay actividad ilegal, y en donde la pesca de arrastre de fondo también tiene responsabilidad en la crisis”, explica Cesar Astete, director de pesquerías de Oceana.
Según declaran desde Oceana, la pesquería de merluza de destina en 60% a la pesca industrial, que utiliza grandes redes que los buques transportan a ras del suelo.
“A nosotros nos hace mucho daño la pesca de arrastre de fondo”, opina Rodrigo Gallardo, Director del Sindicato de Pescadores Arteanales, quien también da cuenta del calvario que implica para ellos y sus familias las penurias y desgracias por las que atraviesan al salir a la mar en busca de un recurso que les es esquivo por lo escaso.
Pesquería en crisis
La merluza común ha transitado entre los estados de sobreexplotación y agotamiento en los últimos años, según los informes anuales de la Subsecretaría de Pesca. Para Cristian Astete, es urgente implementar programas de recuperación de esta pesquería como lo establece la ley.
“Llamamos a las autoridades a trabajar con celeridad con la pesca artesanal de merluza común y considerar las recomendaciones que se han entregado desde los gremios de pescadores, así como el mundo científico y la sociedad civil”, declara.
El pescador de Valparaíso Alexis Medina recuerda que en el pasado había abundancia de merluza. “En agosto llegaba harta cantidad, luego en septiembre parábamos por la veda para mantener el recurso, y en octubre y noviembre nuevamente abundancia”, recuerda.
“Había hartos botes, llegaba la gente de los cerros de Valparaíso y Viña, comerciantes, y vendíamos pescado. Pero ahora eso no se ve y cuando llegamos con pescado es carísimo porque está lejos, hay muchos gastos y poca producción”, lamenta.