Simone Biles conmocionó a seguidores de los Juegos Olímpicos de Tokio, al retirarse de la final por equipos en gimnasia, disciplina donde es considerada una de las mejores de la historia.
La joven atleta de 24 años acusó estar luchando contra un problema emocional para explicar su renuncia a la decisiva instancia. “Demonios en mi cabeza”, dijo justificando su decisión debido a que privilegiará cuidar su «salud mental”.
“Físicamente me veía bien, me veo en buena forma, pero necesito dar un paso al costado y necesito unos días para un nuevo inicio”, señaló en zona mixta a NBC News.
Ya el día lunes había encendido las alarmas, al postear en su cuenta oficial de Instagram que “no fue un día fácil ni el mejor, pero lo superé. Realmente siento que a veces tengo el peso del mundo sobre mis hombros”.
“Sé que lo olvido y hago sentir que la presión no me afecta, pero maldita sea, ¡a veces es difícil jajaja! ¡Los Juegos Olímpicos no son una broma! Pero estoy feliz de que mi familia haya podido estar conmigo virtualmente, ¡significan mucho para mí!”, añadió.
Comunicado oficial
Por su parte, la Federación Estadounidense de Gimnasia explicó que «Simone Biles se ha retirado de la competición final por equipos debido a un problema de salud. Será evaluada diariamente para determinar si tiene autorización médica para futuras competiciones«.
El comunicado confirma su desestabilización y pone en duda la participación de Biles en el resto de las finales que tenía pendientes: la del concurso completo y las de salto, suelo y barra.
Sin lesiones aparentes, pero insegura desde que empezó a competir el domingo, Biles salió con un gesto serio al gimnasio Ariake, hizo su ejercicio de salto, que no clavó, e intercambió miradas de desconcierto con sus entrenadores.
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Tras ver en el luminoso la nota de 13,766, la peor entre las integrantes de su selección, la vigente campeona olímpica abandonó el escenario con un médico del equipo. Regresó unos minutos después, enfundada en un chándal (tenida deportiva) y con su mascarilla puesta.