Después de meses de presión de movimientos feministas en la calle y denuncias de organismos internacionales, la Corte Suprema de Justicia de Tucumán decidió por unanimidad dejar sin efecto la condena sobre Belén, la mujer argentina que sufrió un aborto espontáneo y pasó más de 900 días en prisión sin pruebas en su contra.
La joven llegó el 21 de marzo de 2014 al Hospital de Clínicas Avellaneda en San Miguel de Tucumán con dolores abdominales. Belén -que no es su nombre real- sufrió un sagrado intenso y le dijeron que sufrió un aborto espontáneo. Lo siguiente que vio fueron policías alrededor de su cama. Inmediatamente fue trasladada a un centro penitenciario.
La abogada de la joven Soledad Deza aseguró que con su absolución se dio «un paso importante para el movimiento de mujeres. En momentos de ofensiva antiderechos, este fallo trae justicia para aquellas mujeres que sufren un evento obstétrico. Además de traer justicia refuerza derechos, como la confidencialidad médico-paciente”.
La propia Belén habló con APA Prensa y señaló sentirse «feliz» y que «puedo respirar tranquila y saber que se hizo justicia (…) yo jamás hice lo que ellos pensaron. Gracias a todas las personas que estuvieron luchando a mi lado ahora podemos gritar hizo justicia”.