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Boris Johnson, cada vez más en la cuerda floja por culpa de sus fiestas

Publicado: 19.01.2022

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El primer ministro británico, Boris Johnson, afronta fuertes presiones para dimitir, tanto de sus filas conservadoras como de la oposición, por el escándalo de las fiestas en su residencia oficial durante la pandemia y que ha llevado este miércoles a un diputado «tory» a pasarse al Laborismo.

En la sesión semanal de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes, el líder conservador eludió todas las preguntas de los diputados sobre las controvertidas reuniones sociales que tuvieron lugar en Downing Street en 2020, cuando el Reino Unido mantenía restricciones de movimiento para contener el COVID-19.

Johnson pidió esperar a conocer las conclusiones de la investigación de la funcionaria Sue Gray, a cargo de establecer qué pasó en el 10 de Downing Street y si el primer ministro sabía que se trataban de eventos sociales y no de citas de trabajo.

El momento más sorprendente de la sesión, que sufrió varias interrupciones por los reiterados gritos de los diputados, llegó cuando el diputado conservador David Davis, exministro del Brexit y firme aliado de Johnson, le dijo: «En nombre de Dios, márchate».

Oposición pide dimisión

Aunque el «premier» ha pedido reiteradas disculpas, los partidos de la oposición y varios diputados conservadores exigen que Johnson presente la dimisión a la reina Isabel II, jefa de Estado.

Starmer llegó a calificar de «increíbles excusas» las dadas por Johnson sobre si estaba o no al tanto de las fiestas, sobre todo porque había «botellas (de vino) y platos con bocadillos».

Ante estas fuertes presiones, Johnson buscó contrarrestar esta situación con el anuncio de la supresión de medidas restrictivas -conocidas como Plan B- fijadas a finales de 2021 en Inglaterra para frenar la rápida propagación de la variante Ómicron.

No se descarta que el enfado en las filas conservadoras se traduzca en un proceso interno para destituir a Johnson como líder.

Según los medios, el denominado Comité 1922, que agrupa a los parlamentarios conservadores sin cartera, ha recibido ya algunas cartas de diputados en las que manifiestan que no tienen confianza en el líder de su partido, pero se necesitan un total de 54 misivas para que el proceso que decida el futuro de Johnson salga adelante.

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