Las elecciones en Italia finalmente ratificaron los pronósticos: Giorgia Meloni se convirtió en primera ministra y confirma la tendencia al alza de la extrema derecha en Europa.
El ascenso de la exparlamentaria neofascista marca el peak de movimientos populistas, conservadores y nacionalistas que han ido en ascenso, al menos, en 18 de los 27 países de la Unión Europea.
El Desconcierto conversó con Alberto Van Klaveren, exsubsecretario de Relaciones Exteriores y académico del Instituto de Estudios Internacionales (IEI) de la Universidad de Chile, para conocer más sobre el nuevo mapa de poder en Europa.
– ¿Cómo podemos interpretar el triunfo de Giorgia Meloni en Italia?
Es una respuesta a la crisis del sistema político italiano, que se arrastra desde hace muchos años. Italia ha tenido 23 gobiernos en los últimos 35 años. Con alguna excepción, los gobiernos, todos de coalición entre fuerzas que suelen disputarse el poder entre ellos, no alcanzan a terminar los períodos de las legislaturas. Es un sistema muy disfuncional y naturalmente provoca el rechazo de la población, favoreciendo esta vez a fuerzas de ultraderecha.
– ¿Cómo podríamos describir a la coalición que ganó el gobierno en Italia? ¿Tiene similitudes con otros movimientos y partidos crecientes en Europa?
Será una coalición de derecha, dominada abiertamente por el partido más extremo del sector, los Fratelli d’Italia. En otros países europeos con partidos de ultraderecha fuertes, normalmente éstos se quedan en los márgenes del gobierno, presionando desde fuera por sus causas. Incluso en Hungría, el partido del primer ministro Orban no es el más extremo. Este es el primer caso en que un partido de estas características llegará a presidir el gobierno en Europa Occidental, uno de los países fundadores y de mayor peso de la UE.
– ¿Qué factores explican el auge de la extrema derecha y los gobiernos nacionalistas en Europa?
Hay varios factores. El estancamiento económico en muchos países, la presión migratoria, una sensación de inseguridad y el distanciamiento de la población respecto de sus sistemas políticos y de las instituciones de la Unión Europea. En el caso italiano, la centro izquierda actuó dividida, en contraste con la coalición de derecha. Y el régimen electoral aportó su cuota, al premiar al partido ganador y permitir que la coalición triunfante obtuviera el control de ambas cámaras.
– ¿Cómo se explica el retroceso en el continente de los partidos de izquierda y centro izquierda?
Los ciclos políticos se van agotando. En algunos casos, hay una falta de renovación ideológica y en otros, como Italia, una historia de frecuentes divisiones. Sin embargo, tampoco hay que exagerar la tendencia. En Alemania, el país más importante de Europa, gobierna la socialdemocracia, al mando de una coalición amplia. En España gobierna el PSOE en una compleja coalición con Podemos. Portugal tiene un gobierno socialdemócrata particularmente exitoso. Tres países nórdicos son gobernados por partidos socialdemócratas. La política europea es cíclica y las fuerzas políticas se van alternando.
– ¿Qué implicancias podría tener este auge de la extrema derecha en Europa? ¿Estamos asistiendo al fin de la Unión Europea?
No. La UE será un freno para el gobierno de Meloni. Italia está fuertemente endeudada, requiere de los fondos europeos y se ha beneficiado históricamente de su participación en la UE. Esta es una de las razones por las cuales Meloni moderó su inicialmente duro discurso antieuropeo. Sin embargo, es obvio que la presencia de un gobierno dirigido por la ultraderecha en la tercera economía de la UE generará tensiones en las instituciones comunitarias.