Ana Llao |
La lideresa mapuche de la organización Ad Mapu, que desde los años 80 viene estando a la vanguardia de las distintas movilizaciones y planteamientos del mundo indígena, criticó duramente el nombramiento de Cristián Barra, ex jefe de Estadio Seguro, como delegado del gobierno para La Araucanía. Un enfoque que claramente sólo se concentra en la seguridad, liderado por un polémico servidor público en cuya trayectoria se observa un rotundo fracaso en esta misma materia, son los dos principales antecedentes que hacen que la werkén exprese su profundo rechazo al nombramiento de este miércoles.
Con décadas de experiencia en el liderazgo mapuche y en las discusiones con el Ejecutivo, la werkén de la organización Ad Mapu, ex consejera de la Conadi y miembro del Trawun de Temucuicui, Ana Llao, es una de las voces más autorizadas para evaluar el momento actual del conflicto histórico entre el Estado de Chile y el pueblo mapuche.
Llao trabaja desde los años 80 activamente por la “recuperación de las tierras mapuche”, y en los últimos años ha liderado también un activismo mapuche de índole más feminista, al alero del surgimiento del movimiento a nivel nacional.
A un día de que el nuevo ministro del Interior, Rodrigo Delgado, se desligara de la problemática histórica que se vive desde el Bío Bío al sur, designando para que se encargue de esa tarea al ex encargado del fracasado plan «Estadio Seguro», Cristián Barra, Llao conversó con El Desconcierto, expresando su profundo rechazo a este nombramiento.
«Coordinación policial con foco en delitos conexos y también en violencia rural, robo de madera, ataques incendiarios a camiones, a viviendas, a predios, a maquinaria y cualquier otra manifestación de violencia rural», son los focos en los que la nueva autoridad se concentrará, detalló este miércoles el ministro del Interior. Luego, Barra -quien ha sido criticado en diversas oportunidades por tener altos cargos habiendo solo cursado cuarto medio- agregó que viene «con el afán de poder conversar con todas las autoridades«.
El nombramiento del señor Barra, que sabemos que no ha tenido una buena gestión ni ha hecho bien su pega, es difícil que le venga a resolver un problema al gobierno que como hemos visto se enfrenta a la gran movilización social del país y del pueblo mapuche. Es difícil que este señor venga a resolver los temas, más aún cuando el gobierno, con su visita relámpago de hace dos semanas con su nuevo ministro del Interior, justificó y anunció que la represión y la militarización van a continuar en las comunidades. Entonces la responsabilidad de él es la de venir a coordinar las fuerzas represivas de la zona macro sur, del Bío Bío al sur, coordinar a las policías y a los intendentes. Aunque no sé qué podrá venir a coordinar con el Intendente cuando hemos visto que depende 100% de lo que le digan desde Santiago.
Qué podemos esperar de un representante que viene así. Aquí las respuestas a las demandas territoriales, a las demandas de autodeterminación, son políticas. Y cuando vemos una clase política que en todos los sentidos no nos quiere dar determinación, no nos quieren dar los espacios, es difícil que podamos construir ese Chile nuevo, cuando aquí los gobiernos la única forma que han tenido de resolver el problema es militarizando a las comunidades. Y nosotros ya despertamos hace rato, por lo tanto a esta altura ya no vamos a creer en este razonamiento de traer personas especiales.
Juan Francisco Galli, subsecretario del Interior, Rodrigo Delgado, ministro del Interior, Cristián Barra, delegado, Víctor Manoli, Intendente de La Araucanía.
Claramente. No hay un interés de resolver el tema de fondo, el tema político. El gobierno no quiere asumir esa responsabilidad. Es un gobierno ciego, sordo y mudo ante las problemáticas sociales. Es un gobierno indolente que se ha desentendido totalmente frente a las demandas sociales, políticas, y de participación de la ciudadanía y, en especial, del pueblo mapuche. Y eso quedó claro con este señor que no viene con ninguna herramienta política para resolver la temática, porque a lo que viene aquí es a coordinar las fuerzas represivas. Coordinar al Ejército -porque hoy día ya están los militares en las comunidades- y coordinar a los Carabineros, que prácticamente nadie sabe qué andan haciendo porque ya perdieron el control acá.
En resumen, no hay una voluntad estructural de hacer cambios. Ellos sólo quieren implementar más o sofisticar más la represión en Wallmapu, que es justamente lo que viene a hacer Cristián Barra, que parece estar especializado en eso, porque era el encargado de la seguridad de los estadios donde parece que no le resultó mucho.
Justamente, el viene a intervenir y a coordinar las fuerzas represivas. Esto es estrictamente seguridad, viene a hablar con el Intendente sólo sobre ese tema. Todos los convenios y tratados firmados y ratificados por Chile se los pasan por el bolsillo y no sé por dónde más, respondiendo solamente con fuerza represiva. Nosotros creemos que no correspondía nombrar a este coordinador, eso es algo que se hizo solamente para darle gusto a su sector. Porque el sector de Piñera fue el que pidió a ese coordinador.
Cristián Barra en 2019, cuando ejercía como jefe de la Unidad de Gestión, Riesgo y Emergencia de la Subsecretaría del Interior.
Creo que el Presidente debería dar un paso al costado y decir «definitivamente no soy capaz de terminar mi segundo gobierno, por lo tanto, hágase cargo aquí alguien que sea capaz de comenzar a enmendar todas las problemáticas que han existido», y no solamente con el pueblo mapuche. Cuando hoy día estamos viendo que están trabando la entrega del segundo 10%, de nuestros recursos, que hemos trabajado, y que hoy tenemos que prácticamente arrebatárselos a las AFP, vuelve el gobierno a amenazar y a decir que no nos va a entregar ese recurso que es nuestro, estamos en presencia de un gobierno indolente, y derechamente dictatorial y fascista.
Lo primero es que la nueva Constitución tiene que ser plurinacional. Sería impresentable que la nueva Constitución, en plena sociedad chilena tolerante, que no se reconozca la existencia de diez pueblos originarios. En ese contexto, los escaños reservados tienen que estar. Y hoy la clase política -como dice el dicho popular- ha estirado el chicle hasta lo más posible. Este tema debería haberse resuelto antes del Plebiscito del 25 de octubre. Sin embargo, han buscado unas y otras razones, e incluso ahí han caído personas de la Nueva Mayoría o de la ex Concertación, que también se han perdido, han desechado la oportunidad de poder jugársela, porque nosotros no podemos estar en el Congreso por el tema de la pandemia. No podemos estar presentes para poder discutir nuestros derechos.
Mi organización ha estado discutiendo, y yo estoy dentro del listado de las posibles futuras candidaturas, pero no me voy a autonominar. Estamos haciendo trawün (asamblea) al interior de nuestras comunidades y una vez que este conversado el tema, seguramente mi organización va a elegir a una persona. El próximo sábado probablemente tendremos novedades.
Yo creo que la autodeterminación, la autonomía y la libre determinación fueron conceptos que levantamos en los años 80 por nuestra organización Ad Mapu. Entonces no son conceptos nuevos, ni conceptos a los que hayamos estado ajenos.
Aún así, a veces no logro entender que personas que tienen tanta mente para pensar estén llamando a algo que ellos mismos saben que va a fracasar. Yo no le tengo miedo a la disidencia, en el mundo mapuche siempre se ha dado, es más, la disidencia si es buena sirve para fortalecer al mundo mapuche. Pero lamentablemente hoy día pareciera que algunos están intentando empujar en contra, y precisamente hacia el mismo lado de los poderes fácticos y los poderes económicos, y de la derecha, que quieren que fracase el establecimiento de espacios de participación.
Por eso, yo hago el llamado a que no sigamos haciendo trabajo paralelo, el trabajo paralelo lo único que hace es frenar las demandas de los pueblos.
