Colectivos de ciclistas ya han hecho sentir su preocupación frente a la situación que viven en las calles | Agencia Uno
“La velocidad nos está matando, a todos como ciudadanía, y no puede ser que siga pasando esto. Creo que tiene que haber un respeto a la vida, tiene que respetarse la ley de convivencia vial”, se cuestiona el pedalero Nicolás Riquelme, vocero de Revolución Ciclista Plurinacional, quien denuncia que uno de los problemas primordiales es la impunidad a la que están afectos quienes usan este medio de transporte al alza en tiempos de crisis sanitaria.
Desde hace meses, agrupaciones de ciclistas se han tomado las calles de Chile, particularmente en la capital, para protestar por la falta de políticas públicas que garanticen el derecho a la vida. Bajo la consigna “No Más Ciclistas Muertxs”, los pedaleros denuncian un incremento de muertes en accidentes viales frente a la inacción de las autoridades gubernamentales.
Si bien los «cleteros», como se denominan algunos, se venían organizando para sumarse a las demandas sociales tras la revuelta del 18 de octubre de 2019, esta vez se han unido bajo una misma causa para exigir respecto a quienes cada día usan más este medio de transporte “ecológico, sustentable y económico», cuya demanda aumentó con la llegada del COVID-19 al país.
Pero, ¿estaba el país preparado para un incremento del uso de la bicicleta? Según Héctor Espinoza Cortés, miembro de la agrupación Santiago Norte Pedalea, “netamente, en lo que es la convivencia vial, ha quedado en evidencia y se ha visto en las calles, que la ley de la selva es la que predomina en la vía”.
“Las calles no están preparadas para tantos ciclistas en términos educativos, formativos, donde la ley del opresor es la que predomina”, agrega.
Antes de iniciar uno de sus tantos recorridos en el centro de Santiago, Nicolás Riquelme, vocero de Revolución Ciclista Plurinacional, aseguró que uno de los problemas primordiales es la impunidad. Para el miembro de esta organización, esto viene “de hace muchos años y ahora con la pandemia se han incrementado”, a pesar de la existencia de la normativa vigente.
“La velocidad nos está matando, a todos como ciudadanía, y no puede ser que siga pasando esto. Creo que tiene que haber un respeto a la vida, tiene que respetarse la ley de convivencia vial”, dijo al tiempo que enfatizó que desde las agrupaciones han procurado que todos sus miembros cumplan con utilizar implementos como cascos, luces y artículos reflectantes para ser advertidos mientras pedalean, evitando de esta manera los siniestros.
Según Héctor, independientemente de la variable de la velocidad, “no hay consciencia. De hecho, te tiran el auto encima y la excusa es que ‘tú no tienes que andar acá’. O sea, que porque no tengo que andar acá, tú tienes el derecho de matarme”.
Pero, más allá de la impunidad y el nivel de infraestructura necesaria, los ciclistas consideran que el problema base es la falta de educación y concientización en la sociedad. Nicolás destaca que “eso es parte del Ministerio (Transporte Terrestre) y de Conaset (Comisión Nacional de Seguridad de Tránsito), pero el ministerio no está dando los recursos necesarios para hacer esto, que viene de hace mucho tiempo”.
En tanto, Héctor enfatiza en que “este tema de la conciencia vial tiene que transcender mucho más allá, a nuestra educación, a nuestros niños, a nosotros mismos también. Creo que eso puede generar un cambio más potente aún, de una sociedad mucho más unida y que nos podamos respetar de una vez por todas”.
Adicionalmente, el miembro de Santiago Norte Pedalea propone realizar talleres de formación e, incluso, acercarse como agrupación a los sindicatos de choferes. “Creemos que el sindicalismo es lo fundamental y lo más cercano a nosotros mismos. Somos pares en cierto sentido, ahí podemos generar estrategias para que el microbusero pueda (tomar) conciencia de no pasar cerca de una bicicleta y, a su vez, nosotros comprender un poco la visión de ellos”, planteó.
“Acá nadie es iluminado en la calle. Tenemos que construir nuestra visión entre todos, porque si no existe la empatía no vamos a poder llegar al puerto que queremos”, dijo quien asegura no tener esperanza en “las autoridades de turno”.
Johanna Vollrath , secretaria ejecutiva de Conaset, recordó que desde hace dos años se implementó la Ley de Convivencia de Modos, que modifica la Ley de Tránsito y cuya finalidad es equiparar el espacio vial y evitar las discusiones en las calles, apuntando a un cambio de conducta de las personas.
Además, precisa que el programa de “educación y la concientización” que ejecutan desde el gobierno es “permanente y es importante que siga siendo permanente a través de campañas, de programas educativos que estamos realizando para que los niños, de la más temprana edad, aprendan a ser peatones y luego buenos conductores”.
La autoridad subrayó además que la seguridad vial se encuentra “formalmente en el currículum, pero es importante ahora trabajar fuertemente con los docentes para que tengan las herramientas necesarias para educar a los niños”.
Sin embargo, planteó que “un cambio cultural siempre toma varios años. Un cambio en las personas de respetar uno al otro, empatizar con el otro, es un cambio que probablemente va a tomar un tiempo”. Tiempo que los ciclistas aseguran no tener.
Según cifras entregadas por Carabineros y otros organismos a CONASET, entre enero y septiembre del año en curso, se han registrado 85 ciclistas fallecidos en un total de aproximadamente 2 mil siniestros con ciclistas involucrados. Esto se traduce en un alza del 28% en comparación al mismo período del año anterior.
Vollrath reconoce que si bien durante la pandemia ha aumentado más aún el uso de la bicicleta, visualizada como un “modo que ayuda a prevenir contagios”, en el mismo tiempo bajó la cantidad de vehículos debido a las cuarentenas. “Y por eso se han visto más excesos de velocidad en nuestras calles”, asegura.
“Al tener las calles más vacías y al tener a automovilistas excediendo la velocidad, inmediatamente pone en riesgo a los más vulnerables en las calles, no solamente los ciclistas, también los peatones”, ilustró.
Sin embargo, resaltó que sumado a los programas educativos, también están “fortaleciendo estos días, la fiscalización de la velocidad junto a Carabineros, a nivel nacional”. Paralelamente, recordó que “ya se encuentra en el Senado un proyecto de ley que busca implementar una fiscalización automatizada de velocidad”, para complementar la labor policial.
A pesar de las herramientas implementadas desde el gobierno, los ciclistas aseguran que seguirán en las calles hasta ver resultados concretos.
“Si nosotros nos organizamos, podemos dejar un atochamiento muy grande en la ciudad. No queremos llegar a esos extremos, tienen que hacer ellos la alternativa”, aseguró el vocero de la Revolución Plurinacional Ciclista.
Héctor transparenta, además, la amarga sensación de enterarse de un nuevo accidente conforme van transcurriendo las semanas. “Empezó a doler mucho el estómago saber que murió alguien. Nos llega mucho el tema de las ciclistas y los ciclistas, porque además pueden ser nuestros amigos, (eso) nos hace mucho más conscientes de nuestra vulnerabilidad en la calle”, comenta.
“Pamela pudo haber sido tu hermana, Pamela pude haber sido yo. O cómo lo que pasó con Emely, fue bien trágico, cómo alguien que ocupa la bicicleta como medio de transporte para trabajar y pagar sus estudios, tiene que morir de esa forma”, se cuestiona con pesar recordando algunos casos de personas que se han convertido hoy en una bandera de lucha.
“Ha sido bien complejo todo este proceso. Esperemos que la campaña de ‘No Más Ciclistas Muertxs’ sea, de una vez por todas, un mal recuerdo porque no podemos, cada semana, tener que ir a despedir a una con pedal”, concluyó.
