El caso del asesinato de Melissa, la menor de sólo 12 años que fue encontrada sin vida tras un incendio en su vivienda de Coquimbo, está impactando a la población luego que su madre, Mirta Ardiles, fuese detenida e imputada como la principal sospechosa de un crimen que, las pruebas científicas, la sindican como culpable.
Así lo informó el medio local ElDía, asegurando que, en la audiencia de control de detención, los elementos mostrados por el Ministerio Público fueron contundentes, debido a que se comprobó que el ADN de la mujer estaba en el arma homicida, el cuchillo cocinero de la casa.
Mirta Ardiles, madre de Melissa, fue imputada por los delitos de parricidio e incendio, pues en su intento de ocultar el macabro homicidio, prendió fuego a la habitación donde estaba el cuerpo, aún con vida, de la menor de 12 años.
Días después de conocerse la muerte de Melissa, tanto Mirta Ardiles como su pareja, Luis Santander, padrastro de la niña, dieron una extensa entrevista en Chilevisión, mostrando su pesar por lo sucedido, buscando culpables y pidiendo justicia.
Sin embargo, todo indica que sólo uno de ellos era sincero. “Me imagino que esa persona (el homicida) estaba ahí cuando le hablé en la mañana (…) Es mi hija, es mi vida, yo la parí, y la he sacado adelante”, dijo con total frialdad.
Por su parte, Santander reflejó el cariño de padre que tenía por Melissa, a quien crio desde pequeña. Sin embargo, Fiscalía desestimó totalmente el testimonio de la madre.
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Hasta el momento, sólo Mirta Ardiles se encuentra detenida y el padrastro no, aunque la investigación sigue su curso, pues la justicia dictó 180 días para ello.
Por este crimen, la madre de Melissa arriesga presidio perpetuo, el que incluso podría ser calificado, pasando el resto de sus días en la cárcel.