El gobierno de Chile ha rechazado «enérgicamente» la vandalización de una estatua del expresidente Salvador Allende ubicada en la comuna de San Joaquín, en la capital, Santiago.
El portavoz del Ejecutivo chileno, Jaime Bellolio, ha tildado la vandalización de la estatua de «atentado» y ha instado a la ciudadanía a «recordar el valor de la democracia» porque «protege la dignidad de las personas, los Derechos Humanos, la que protege la diversidad de opiniones».
«Debe ser la tolerancia, el respeto a los distintos pensamientos lo que nos lleve adelante», añadió.
Un grupo de desconocidos ha rayado, lanzado pintura y escrito «asesino» y «ladrón» en la estatua de Allende en cuestión, algo que ha generalizado un rechazo generalizado en la clase política chilena. El Partido Socialista, incluso, ha anunciado acciones legales contra los autores de la vandalización.
Condena transversal
Cabe recordar que esta vandalización a la estatua de Allende fue condenada por todos los sectores, incluyendo al candidato de la extrema derecha, José Antonio Kast.
“Nosotros nunca hemos actuado con violencia, a diferencia de la izquierda intolerante (…) si hay personas intolerantes que no aceptan que esté la figura de un ex presidente, bueno, que hablen con el alcalde, que vean con el Concejo Municipal y que retiren como corresponde la estatua que no les parece”, comentó.
Por su parte, Gabriel Boric indicó que “este tipo de actos son inaceptables en el país que queremos construir. Podrán atacar el monumento de Allende, pero no podrán mancillar su legado ni tampoco la memoria histórica de nuestro país”.
Finalmente, el presidente del PS, senador Álvaro Elizalde, comentó que «el Presidente Allende es una figura fundamental de nuestra historia, reconocida en Chile y en todo el mundo por su inclaudicable compromiso con la democracia, lo que constituye un ejemplo, especialmente, para las nuevas generaciones».