A más de tres años de ocurrido el fatal accidente, la justicia condenó al dueño de la empresa Línea Azul, Marcelo Hernández, a cinco años de libertad vigilada, por su responsabilidad en el fatal accidente protagonizado por un bus de su empresa, en agosto del 2019.
Aquella ocasión, una máquina con múltiples problemas mecánicos, volcó a la altura de San Francisco de Mostazal, provocando la muerte de seis personas, una de ellas, una pequeña niña de sólo 9 años.
En tanto, la jueza Verónica Encina condenó a 3 años de libertad vigilada a Daniel Guajardo, el jefe de taller de Línea Azul, por su responsabilidad en la ocultación de los desperfectos mecánicos del bus interprovincial.
“Se condena a Marcelo Hernández a la pena única de 5 años de presidio menor en su grado máximo, por los cuasidelitos de homicidio y lesiones graves gravísimas, lesiones graves y lesiones menos graves”, precisó la magistrada, según consignó radio Biobío.
“Los sentenciados cumplen los requisitos para sustituir la sanción privativa de libertad por la pena de libertad vigilada intensiva”, añadió.
Durante el juicio, de acuerdo al abogado querellante, Franklin Bustos, “todo lo que ocurrió en este accidente fue bajo la autorización y el consentimiento de este empresario. La adulteración de las placas patentes, es de un bus que no podía estar circulando y pese a todo, protagonizó este accidente”.
“Se podría haber llegado a prisión efectiva. Eso no se logró y creo que sería bueno analizarlo”, se quejó Andrés Fernández, familiar de dos de las pasajeras fallecidas.