Uno de los temas que eran mirados con atención en la votación en la sala del Senado por el candidato a Fiscal Nacional, Ángel Valencia, era cómo actuaría el presidente del Senado y militante del Partido Socialista (PS), Álvaro Elizalde.
Elizalde y Valencia son amigos y excompañeros de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile desde los tiempos de la dictadura. Luego, sus caminos se dividieron, con Elizalde optando por la política y Valencia por el ejercicio de la profesión.
Pero no solo eso: ambos tienen una relación de “compadres” tras apadrinarse recíprocamente a sus hijos menores.
Si bien a Elizalde no le afecta ninguna causal de inhabilidad, puesto que no tienen vínculos consanguíneos, su postura abrió un debate si correspondía éticamente que votara.
Por eso, antes de proceder a la votación, Elizalde tomó la palabra. “Quiero anunciar formalmente mi decisión porque he sido interpelado por algunos de mis colegas por mi amistad con el señor Ángel Valencia, que me inhabilite”, dijo el presidente del Senado.
Tras dar argumentos reglamentarios, el presidente recalcó que su caso “no se somete a la causal de inhabilidad que está en la ley” e “inhabilitarme sentaría un precedente a futuro”.
No obstante recalcar las capacidades profesionales de Valencia para conducir el Ministerio Público, el presidente de la Corporación recalcó que por “prudencia”, finalmente “tomé la decisión de abstenerme”.
La posición de Elizalde era esperada con atención, dado porque se preveía un resultado estrecho, tomando en cuenta que Valencia requería un quórum de dos tercios para ser designado, equivalente a 33 votos. Sin embargo, finamente su voto no fue decisivo porque el abogado sumó 40 votos, con 3 en contra y 6 abstenciones.