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La última jugada que le queda al gobierno para salvar la reforma tributaria

Publicado: 08.03.2023

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Una dura derrota sufrió el gobierno de Gabriel Boric tras no alcanzar los votos necesarios para aprobar la reforma tributaria en la Cámara de Diputados y se terminara rechazando la idea de legislar.

En detalle, con ocho parlamentarios ausentes, la iniciativa obtuvo 73 votos a favor, 71 en contra y tres abstenciones. Pese a obtener la mayoría, no alcanzó a tener la votación que exige el reglamento.

El ministro de Hacienda, Mario Marcel, lamentó el hecho y acusó enérgicamente que con el rechazo a la reforma tributaria “la ideología se impuso sobre el pragmatismo y el diálogo”.

“Lo que se rechazó por dos votos de diferencia fue la idea de legislar, es decir, la idea de que exista una reforma tributaria con todos sus componentes. La implicancia que tiene es que no puede volverse a legislar sobre esta materia hasta un año más. Esas son las consecuencias prácticas”, agregó.

¿Qué caminos le quedan al gobierno?

Marcel aclaró que “cualquier paso próximo lo vamos a definir una vez que hayamos evaluado adecuadamente la situación. Por supuesto, nosotros estamos previendo un escenario distinto, un escenario en el cual continuara un proceso de diálogo para tener una reforma tributaria que beneficiara a las grandes mayorías del país”.

“No estamos en condiciones ahora de definir qué pasos se van a seguir, pero no podemos dejar de llamar la atención sobre el significado de esta votación. Independientemente de los pasos que sigan, de los argumentos que se den, de las decisiones que se tomen, creo que el hecho de que se haya votado en contra la idea de legislar sobre una reforma tributaria y todos sus componentes, es un tema de la mayor gravedad política, económica y social”, recalcó.

Sin embargo, las alternativas del Ejecutivo no son muchas y están contenidas en el artículo 68 de la Constitución. Este establece, tal como mencionó el titular de Hacienda, que “el proyecto que fuere desechado en general en la Cámara de su origen no podrá renovarse sino después de un año”.

Sin embargo, el texto agrega que al Presidente de la República le queda una opción: “Podrá solicitar que el mensaje pase a la otra Cámara y, si ésta lo aprueba en general por los dos tercios de sus miembros presentes, volverá a la de su origen y sólo se considerará desechado si esta Cámara lo rechaza con el voto de los dos tercios de sus miembros presentes”.

Esto es lo que se denomina como derecho de insistencia, y el Ejecutivo podría reingresar la iniciativa para que la vote el Senado. Aunque requiere, eso sí, dos tercios de la Cámara Alta, lo que necesariamente implicaría negociar votos con Chile Vamos.

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