A la edad de 77 años y víctima de un aneurisma, falleció este miércoles Manuel Araya, el exsecretario, chofer y colaborador personal del poeta Pablo Neruda, siendo testigo clave en la investigación por el asesinato del Premio Nobel de Literatura.
Araya se encontraba desde hace varios días internado en el Hospital Claudio Vicuña de San Antonio, recinto al que llegó de urgencia debido a un accidente cerebrovascular.
En su calidad de colaborador directo Araya siempre sostuvo sus dudas sobre la muerte de Neruda, por lo que se transformó en una persona clave en las indagatorias que confirmarían que el poeta fue víctima de un asesinato.
En una rueda de prensa dada en febrero recién pasado, Manuel Araya indicó que “Neruda era un peligro para Pinochet. Acuérdense de la guerra española y de los refugiados que se llevó en el Winnipeg. A Pinochet no le interesaba que se fuera del país por ningún motivo”.
Fue en el año 2011 que el chofer de Neruda denunció que la dictadura asesinó a Pablo Neruda mediante una inyección letal aplicada en septiembre de 1973, por lo que se inició una investigación.
En las pericias se confirmó la presencia de la bacteria clostridium botulinum en el organismo del poeta, por lo que en febrero de este año se entregaron resultados claves de los estudios hechos en Europa.
“Ahora esperamos que la señora ministra de la Corte de Apelaciones, Paola Plaza resuelva. Soy la persona más feliz hasta el momento, porque llegamos a esta parte, Neruda fue asesinado por esta inyección”, dijo Araya en ese entonces, cuando se entregó dicha investigación a la justicia.
La Corte Suprema aún no ha dictado una fecha de entrega de resolución en esta causa.
Partido Comunista lamenta su muerte
Mediante un comunicado de prensa, el Partido Comunista de Chile lamentó el deceso de Manuel Araya, diciendo sobre él que “que clave con su testimonio, su gestión y su valentía para que existieran los elementos que dieron pie a la querella por la muerte del poeta que presentó el Partido junto con su familia y que da origen a la investigación judicial, aún en curso, pero que acerca la verdad sobre las reales causas de la muerte del poeta”.
“Manuel Araya estuvo siempre a disposición de esa investigación judicial y bregó con todas sus fuerzas para que no sólo el legado de nuestro Premio Nobel perdurara, sino que también se impusiera la verdad sobre su muerte, investigación que aunque aún está en desarrollo, y nos arroja importantes luces sobre la partida física del poeta”, añadió el PC.
Para cerrar, expresaron sus “condolencias a su familia, a quienes le conocieron y acompañaron, los que seguramente estarán también presentes con nosotros en sus funerales en la ciudad de San Antonio, precisamente en lo que llamamos el litoral de los poetas”.