Un pequeño balance preliminar en medio de la emergencia climática que sigue atravesando gran parte del país hizo el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila.
Desde el jueves pasado, intensas lluvias con una inusual isoterma cero sobre los 3.500 metros, provocó desbordes de grandes ríos con sus afluentes, dejando más de 15.000 damnificados y sobre los 12.000 aislados entre las regiones de Valparaíso y el Biobío.
También destrozó inmuebles educaciones. “Entre los que tienen algún tipo de afectación, ya sea goteras, filtraciones, inundaciones o daños totales, tenemos 1.074 establecimientos, entre salas cuna, jardines infantiles, colegios y liceos”, declaró a 24 Horas.
Esto ha provocado suspensiones de clases, por la destrucción, porque el colegio sirve de albergue o por decisión de municipalidades y sostenedores, en función de las inundaciones y anegamientos de calles que se vivían en muchísimas ciudades del centro sur.
Ante esto, el ministro Ávila confirmó que “estos son días que tienen que recuperar los establecimientos y que estarán puestos probablemente al final del calendario escolar”.
“Por lo tanto, la salida en diciembre se podría alargar uno o dos días, dependiendo de la suspensión de clases que se haya solicitado”, siguió sobre la misma.
Se espera que este sistema frontal de características cálidas termine esta misma jornada de martes, para luego pasar a temperaturas frías características del invierno, poniendo en riesgo a la población que terminó con daños en sus viviendas.