El paro fue convocado la semana pasada tras semanas de negociaciones con el Ministerio de Educación y, de acuerdo al Colegio de Profesores, se siguió en las 16 regiones del país, aunque en Santiago no fue tan multitudinario.
A mediodía, centenares de profesores se manifestaron en el centro de la capital, a la espera de que el ministerio entregue una nueva propuesta a sus demandas laborales, que el gremio someterá a votación entre sus bases en los próximos días para analizar si desconvoca la huelga indefinida.
«Seguimos con esta movilización porque no hemos tenido las respuestas satisfactorias ni del ministro anterior ni del actual. Hoy día esperamos una nueva respuesta, estaremos atentos», dijo a EFE el presidente del Colegio de Profesores, Carlos Díaz.
Entre las demandas que reclaman están cambios en la jornada escolar, un bono para los profesores jubilados y medidas para mitigar tanto la violencia en los establecimientos escolares como el estrés laboral.
«Tenemos un modelo generado en dictadura, que nos ha traído muchos problemas, que no ha permitido que los niños más pobres tengan acceso efectivo y real a la educación y que esta se asuma como un derecho. Este modelo tiene que ser cambiado radicalmente», añadió Díaz.
Otra de las demandas es el pago de la denominada «deuda histórica«, el perjuicio salarial que sufrieron miles de profesoras de escuelas públicas durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), cuando la administración de los establecimientos fue traspasada desde el Estado a las municipalidades, lo que impidió que los profesionales recibieran el reajuste salarial que estaba contemplado.
El profesor de Historia Guido Valdés explicó a EFE que, pese a tener 67 años, no se puede jubilar porque su pensión es «insuficiente» y pidió «continuar» con las movilizaciones, aunque valoró la disposición del nuevo ministro de Educación, Nicolás Cataldo, en el cargo hace apenas dos semanas.
«Es un buen augurio que haya un nuevo ministro que ha trabajado en algún momento con el colegio de profesores, eso es auspicioso, pero no podemos seguir esperando. Hay miles de compañeros que han fallecido y que no han podido tener su dinero», agregó.
El presidente chileno, Gabriel Boric, un antiguo líder estudiantil, prometió al llegar al poder reparar la «deuda histórica», pero el pasado junio reconoció en su segunda comparecencia ante el Parlamento que el Estado no cuenta con fondos suficientes y que es necesario aprobar una reforma tributaria para conseguirlos.
«No puede ser que un país que quiere alcanzar el desarrollo, que tiene un gobierno de dirigentes estudiantiles que en el pasado alentaron cambios, no haga el esfuerzo para que los profesores tengan dignidad. Es indigno las condiciones en las que nosotros trabajamos y nos jubilamos», apuntó por su parte a EFE la profesora Daisy Mancilla, quien acudió a la marcha en Santiago.