El miércoles de esta semana, tras seis meses de paralización, la reforma de pensiones reanudó su tramitación en la Comisión de Trabajo y Seguridad Social de la Cámara de Diputadas y Diputados.
La instancia no estuvo exenta de polémica. Luego de un intenso debate, los diputados de oposición decidieron abandonar la sala al momento de iniciar la votación.
El tenso momento se debió a que el presidente de la comisión, Juan Santana (PS) definió que se comenzara a votar de inmediato en particular, pese a que los diputados de derecha solicitaron que se diera el tiempo para recibir nuevamente a expertos y analizar el proyecto que catalogaron como una “nueva reforma”.
“Estamos frente a un proyecto nuevo, esta es una tremenda reforma, y pese a que se han recogido indicaciones, aún hay muchos temas (pendientes)”, afirmó la diputada Ximena Ossandón (RN), instando a Santana a dar el “tiempo necesario” para la discusión. “Si nos fuerza a votar, usted sabe lo que va a suceder”, advirtió la diputada RN.
Pese a esto, el diputado socialista decidió seguir adelante con la planificación del oficialismo y no dio oportunidad para fundamentar el voto. “No estamos disponibles para un show del gobierno, donde no nos dejan fundamentar el voto. Que legisle el gobierno solo su proyecto. Esto no es democracia y el presidente (de la comisión) es el principal responsable de este show”, emplazó el diputado Henry Leal (UDI) al momento de dejar la sala.
Oportunidad para Jara
De esa forma comenzó la votación en particular de la reforma, aprobándose las modificaciones al Decreto de Ley 3.500, aunque esto solo con votos del oficialismo y la DC debido a la ausencia de diputados de oposición.
La eliminación de las AFP, las modificaciones a las disposiciones relacionadas a los entes administradores e inversores de pensiones, junto a las licitaciones de las carteras de afiliados —entre otras normas— fueron aprobadas en la sesión.
Sin embargo, al no contar con los votos de la oposición, la reforma no cuenta con el apoyo suficiente para ser aprobada en Sala.
En ese sentido, el presidente de la DC y diputado, Alberto Undurraga, ofreció una “salida alternativa” a la ministra Jara para reunir los votos necesarios para que el proyecto sea aprobado en particular y en general por la Cámara y así pueda pasar a su tramitación en el Senado.
“Hoy presentamos indicación en reforma de pensiones junto a colegas de 4 bancadas. Señalamos 3% para solidaridad y 3% para cuentas individuales para mejorar actuales y futuras pensiones. Si el gobierno acoge esta indicación tendríamos la mayoría necesaria para aprobar la reforma”, afirmó el timonel DC.
En el documento compartido por Undurraga están presentes las firmas de los diputados Miguel Ángel Calisto (Demócratas), Rubén Oyarzo (PDG), Joanna Pérez (Demócratas), Karen Medina (PDG), Víctor Pino (Ind.) y Yovana Ahumada (Ind,).
Transar para aprobar
Si bien la propuesta de los diputados “no alineados” va en línea de lo que el Ejecutivo ha impulsado desde un comienzo en la reforma de pensiones —un mecanismo de solidaridad— aceptar la propuesta de Undurraga sería retroceder en la fórmula 3-2-1 propuesta por Jara.
El mecanismo impulsado por el gobierno propone que el 2% de la cotización extra con cargo al empleador vaya a la cuenta de cotización individual, el 3% al seguro social y el 1% al programa de Sala Cuna Universal.
Es precisamente este último aspecto de la reforma el que ha causado mayor polémica. Desde la oposición se alegó que en las mesas técnicas nunca se habló de que un porcentaje de la cotización extra fuera destinado a una política independiente a pensiones, como lo es la sala cuna.
Misma duda plantearon parlamentarios de centro, quienes afirmaron no estar informados de la propuesta del gobierno de separar el 3% de la cotización restante al seguro social.
Es por esto que las indicaciones que presentaron los diputados liderados por Undurraga van en la línea de sacar de la ecuación el 1% destinado para la sala cuna y dejar un “3-3”, similar a la reforma presentada por el expresidente Sebastián Piñera.
Ahora, la pelota está en el terreno de la ministra Jara, quien se ha caracterizado por su pragmatismo en la tramitación de, por ejemplo, la Ley de 40 Horas y sueldo mínimo. Pese a esto, la secretaria de Estado expresó prviamente que el gobierno no tiene intención de moverse del “1-2-3”.