Con la llegada del verano, miles de personas se ponen a buscar arriendo para pasar sus vacaciones; mientras que quienes tienen una segunda vivienda, aprovechan la demanda propia de la temporada para rentabilizar su inversión.
Sin embargo, lo que puede hoy parecer un «match» perfecto no necesariamente podría terminar bien. Como las palabras se las lleva el viento, lo mejor, para ambas partes, es formalizar un contrato de arriendo, aún cuando se trate de un acuerdo por pocos días.
No es difícil toparse con atractivas ofertas asociadas a propiedades que no existen, o con personas que, tras un acuerdo de palabra, se arrepienten de arrendar el inmueble un par de días antes de la fecha reservada, lo que, sin duda, genera perjuicios para quien contaba con el ingreso asociado a la renta por días o semanas.
«Basta con invertir sólo unos minutos y poco más de dos mil pesos por firmante, para reducir significativamente el riesgo de ser víctima de una estafa. De esta forma, la persona que arrienda su casa o departamento garantiza que cumplirá con lo prometido; mientras que el arrendatario que hizo la reserva y se arrepiente a última hora de concretar se compromete a pagar la suma acordada”, explica el CEO de FirmaVirtual, Christian Rodiek.
En el de arriendo, por ejemplo, deben consignarse, al menos, los siguientes datos: nombre completo, número de identificación, dirección de ambas partes, ubicación del inmueble, plazo de arriendo, monto y la forma de pago.