Chile: El precio del agua contra el precio de la vida

La semana pasada en el Senado se votó un proyecto para que el Agua fuera considerado un bien de uso público. Como la normativa que rige el agua en Chile es de carácter Constitucional y de este desprende el fatídico «Código de Aguas», requería 2/3 para su aprobación, es decir, 29 de los 42 votos de la Cámara alta; el resultado fue 24 a favor y 12 en contra, que se resumen en una negación del oficialismo por devolver el agua a las comunidades y solucionar el grave problema que está generando el saqueo del recurso en los territorios, principalmente al interior de la Región de Valparaíso en su Provincia de Petorca.

El resultado de la votación no es una sorpresa, obviamente genera cierta indignación, pero que se va esperar de la derecha que no solamente le protege los títulos de agua a los empresarios, sino que ellos mismos los poseen, es más, el gobierno en su ministerio de agricultura tiene a un encargado de solucionar la problemática que a su vez se ve beneficiado por esta ¿Cuál conflicto de interés? Y si, hablo del ministro Walker en, quien posee títulos de agua hace más de 20 años mientras la comunidad de Petorca se seca y muere tanto económica como vitalmente producto de la gran industria del agro y que el ministro al llamar a racionar el agua no solamente defiende, sino que día a día se beneficia.

Y es ahí uno de los principales problemas e impedimentos, históricamente desde que el agua se privatizó con la actual constitución quienes han llegado a diferentes puestos de poder han sido personas con títulos de agua, por ende como impulsar una política pública que vaya a favor de las comunidades si quienes deben realizar las políticas se ven beneficiados por cómo está la normativa ¿Hay alguna motivación de cambiarla o de derrocar el Código de Aguas si este me beneficia? Ninguna, lo que genera un eterno círculo vicioso que ha impedido avanzar a una real solución y que incluso ha profundizado un modelo en donde quien tiene para pagar tiene agua y no en pocas cantidades, sino que en grandes y que impiden que quien no puede pagar acceder al agua.

Por ende, lo que más indigna es que luego de la votación, el ministro (al que le importan más sus manzanas que la gente) y los senadores de derecha que tienen títulos de agua o familiares con dicha propiedad, nieguen que el agua en Chile es privada e incluso insinuen que es pública cuando hay gente, hay comunidades que tienen sed, que quieren bañarse, que quieren regar su cosecha, que quieren alimentar a su ganado; y que no pueden por personas como ellas que no solamente tienen títulos de agua, sino que utilizan su posición política para asegurar ese privilegio.

Por lo que, el Agua es privada y hay que luchar contra eso, y no aceptaremos mentiras, porque se viene un proceso Constituyente en donde, tal como dije en la columna con mi compañera Nataly Campusano, debemos luchar para que sea pública, sea de las comunidades y no del gran empresariado chileno. Por ende, no nos confundan diciendo que no es necesario cambiar la constitución para que sea pública, cuando si es necesario y vamos a luchar por eso, desde Convergencia Social, los movimientos sociales y el Frente Amplio en este proceso Constituyente levantaremos la consigna del agua y la ganaremos!