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Presidente Asociación de Fiscales y lazos de Ángel Valencia con el poder: «Efectivamente es un problema»

Por: Camilo Espinoza | Publicado: 07.01.2023
Presidente Asociación de Fiscales y lazos de Ángel Valencia con el poder: «Efectivamente es un problema» Francisco Bravo presidente Asociación de Fiscales | Foto: Agencia UNO
El fiscal Francisco Bravo valora los pergaminos del elegido por La Moneda para asumir como próximo Fiscal Nacional. Sin embargo, asegura que su mayor debilidad pasa por no dar garantías de independencia del poder político. «El pasado y las relaciones pueden jugarle en contra a Ángel Valencia», dice en entrevista con El Desconcierto.

“No creo que haya ningún temor”, dice tajante Francisco Bravo, presidente de la Asociación de Fiscales, sobre la sensación que hay al interior del Ministerio Público ante la eventual elección de Ángel Valencia, la tercera apuesta de La Moneda para ocupar el cargo de Fiscal Nacional.

Valencia no es un nombre desconocido para la institución. A inicios de la década del 2000 conformó la unidad coordinadora de la reforma procesal penal, que justamente creó el Ministerio Público, y hasta 2006 se desempeñó como fiscal. Sin embargo, hasta ahora, el cargo lo habían ocupado siempre fiscales de carrera y Valencia es visto como un forastero que estuvo más de 16 años fuera

Si dos tercios del Senado lo ratifican en el cargo este lunes, sería un hecho inédito. Sin embargo, Bravo insiste en que no hay temor ante su llegada.

“Yo creo que hay mucha conciencia al interior de la Fiscalía que hay que hacer un giro respecto de lo que fue la administración anterior. Puede que algunas personas tengan alguna resistencia, personas que han ocupado cargos durante muchos años, no lo sé. Pero entre los que estamos en el trabajo operativo, no pasa nada. Los fiscales adjuntos vamos a seguir siendo fiscales adjuntos”, plantea el dirigente gremial. 

– ¿Por qué lo dice?

La llegada del Fiscal Nacional es importante en términos de la fijación de la política de persecución penal, pero los fiscales adjuntos tenemos una situación que llamamos de una inamovilidad relativa. Nuestra vida cotidiana no cambia. Pero sí puede significar un gran giro y cambie la forma en cómo se ha desarrollado la política de persecución penal durante los últimos años.

Tengo la impresión que no hay ningún temor con el nombre de Valencia, ni tampoco lo hubo con Marta Herrera ni José Morales. Puede que en ciertos aspectos uno haya tenido ciertas aprensiones, resquemores u objeciones pero, en términos gruesos, lo importante es que haya un giro.

“El pasado y las relaciones pueden jugarle en contra a Ángel Valencia”

– La Encuesta CEP reveló que el Ministerio Público es una de las instituciones que genera mayor desconfianza en la ciudadanía. ¿Cree que Valencia pueda darle un giro a eso?

Él manifestó, al igual que muchos candidatos, la necesidad de hacer un cambio y sus prioridades están en ámbitos en que todos concuerdan: crimen organizado, violencia de género, delitos violentos, armas. Naturalmente ahí están las grandes preocupaciones de la ciudadanía y los grandes problemas de las investigaciones penales.

Por ejemplo, los homicidios no solamente se han duplicado en la última década, sino que tenemos un problema con los imputados. Las causas con imputados desconocidos han aumentado, lo que es un problema para el esclarecimiento de los casos. Yo escuché a Valencia en su exposición y él manifestó una preocupación de ese tema. Si eso se va a lograr o no, hay que verlo. 

Creo que no es tan simple, pero un Fiscal Nacional sí tiene que comprometerse a aumentar las tasas de esclarecimiento de los hechos. Nosotros probablemente no vamos a evitar que los delitos se sigan cometiendo, pero un Fiscal Nacional sí puede comprometerse a que van a haber menos casos que queden en impunidad. 

– Una de las preocupaciones que dejó el fiscal Abbott es que él no daba garantías de autonomía e independencia respecto del poder político. Esto es algo que también se le critica a Ángel Valencia, a quien se le ha cuestionado desde su compadrazgo con Elizalde hasta la cena que tuvo en casa de Andrés Chadwick. ¿Cuánto ensucia eso su nombramiento? 

  Bueno, yo creo que ese sí es un problema que tiene Ángel Valencia. Yo espero que, en su exposición ante el Senado, se le consulte respecto de eso y él pueda dar sus explicaciones. Pero efectivamente ese es un problema.

Ahora bien, muchos abogados que han ejercido libremente su profesión durante mucho tiempo van a tener siempre algún grado de problemas o conflictos de intereses respecto de situaciones que puedan cruzarse al momento de postular a estos cargos. Eso es una realidad. 

Pero sin duda que el pasado y las relaciones pueden jugarle en contra a Ángel Valencia respecto de la valoración de su independencia. 

“Para ocupar el cargo de Fiscal Nacional hay que ser un fiscal de carrera”

– ¿Cuál es su impresión más personal del nombramiento de Ángel Valencia? 

Creo que es un abogado de larga trayectoria en el ejercicio libre de la profesión. Él fue fiscal algunos años, por lo tanto, es una persona que conoce la institución. Además, ha trabajado en materia penal, sabe como funciona el sistema, es académico y profesor. Tiene un currículum que lo respalda.

Más allá de que como asociación hemos tenido una postura de prescindencia, hablo de manera personal: Valencia cumple con las exigencias para ocupar un cargo como este.

– ¿Cuánto pesa el hecho de que podría convertirse en el primer Fiscal Nacional externo a la institución? 

Nosotros, como Asociación de Fiscales, no tenemos una postura de si es bueno o malo ser de adentro o de fuera. Lo que sí enfatizamos es que fuera una persona que tuviera conocimientos del sistema, y en ese sentido, Valencia cumple con los requisitos. 

– ¿Da lo mismo ser de afuera que de adentro?

A mí me parece que los fiscales nacionales tienen que ser fiscales de carrera. Pero esa es una opinión personal. 

 – ¿Y por qué? Hay expertos que critican que hay una suerte de «endogamia» al interior del Ministerio Público… 

Yo conozco esa crítica que hacen Mauricio Duce y Cristián Riego básicamente, que tienen una postura crítica del corporativismo o la «endogamia» de la Fiscalía. Esa es la misma crítica que en el fondo se le hace al Poder Judicial cuando se habla que debería estar abierto a otras miradas. 

Yo entiendo esa postura, pero creo que es mucho mejor que un ministro de la Corte Suprema sea un juez de carrera que haya pasado por todas las instancias. Lo mismo el Fiscal Nacional, porque requiere un conocimiento del ejercicio de la persecución penal, de las investigaciones y de la litigación. 

– ¿Qué implica eso?

A mí me cuesta entender que un Fiscal Nacional no haya ido nunca a una audiencia de control de detención, que no sepa lo que es un juicio oral o la constitución en el sitio del suceso. Yo creo que una autoridad que no haya tenido esa experiencia previa, no puede dictar políticas de persecución penal. 

Para mí, eso es inconcebible.

Creo que hay que mejorar los controles externos, involucrar a más personas y miradas del mundo académico, pero para ocupar el cargo de Fiscal Nacional, mi opinión es que tiene que ser un fiscal de carrera.

– ¿Valencia cumple con ese criterio?

Yo creo que es una mixtura. No cumple que sea un fiscal que lleva 20 años, como Morales. Pero creo que Valencia puede sacarle partido a esa mixtura, en esas dos dimensiones: Conoce la interna, pero también tiene la mirada del otro lado del mesón. 

“Yo creo que el escenario de hoy es distinto al 2015”

– ¿Cómo han visto desde la Fiscalía esta llamada «guerra sucia» que hay para definir el cargo, especialmente en el Senado, donde ya se han caído dos candidaturas?

Lo hemos vivido con un poco de amargura. En el caso de José Morales y Marta Herrera hubo una serie de descalificaciones y noticias, algunas reales, otras no tanto. También en el Senado se les sometió a un interrogatorio. Yo no estoy en contra de eso, está muy bien que a los candidatos se les pida explicaciones y se les pregunte, pero yo creo que muchas veces hubo interpelaciones injustas.

También se ha hecho un enjuiciamiento a la Fiscalía como tal. Han habido expresiones o afirmaciones que son derechamente falsas, como por ejemplo, cuando un senador dice que a los fiscales se les paga un incentivo por cerrar causas. Eso es mentira.

Cuando se hacen esas afirmaciones, ya no se trata solo de una interpelación a los candidatos, sino que disparar a la bandada. A mí personalmente eso me ha molestado mucho, ha ensuciado el proceso y la propia imagen de la Fiscalía, lo que afecta a más de 4 mil funcionarios que trabajamos con el mayor compromiso para la institución. 

– ¿Le incomoda la actitud del Senado?

Ellos han dicho que no son un buzón. Si el Presidente les manda un nombre, ellos no tienen la obligación de aprobar, pueden decir que un candidato no les satisface. Pero las razones que dieron los senadores para no aprobar, a José Morales primero y a Marta Herrera después, no tienen nada que ver con el proceso de elección de un Fiscal Nacional. 

Además, se vuelve a poner en cuestión el mecanismo de elección del Fiscal Nacional. Es algo que hemos venido diciendo hace mucho tiempo, siempre hemos dicho que el Poder Judicial no debería intervenir.

– En la última votación, el senador Núñez deslizó que el Senado estaba buscando un candidato a Fiscal Nacional que les diera garantías de impunidad a ciertos sectores políticos. ¿Cree que es así?

El senador Núñez tendrá sus razones. Yo no estoy en condiciones de suscribir a esa expresión, no tengo los elementos para decir que los senadores están buscando un acomodo. 

Ahora bien, yo creo que el escenario de hoy es distinto al 2015. Ahí la elección era muy compleja, estaba atravesada con que el mundo político en general estaba siendo investigado. La elección del fiscal Abbott fue muy complicada por eso, hubo razones para decir: «Mire, la verdad es que a este caballero lo eligieron porque había un compromiso para que las cosas se investiguen hasta por ahí nomás».

Yo creo que la elección del 2023 es distinta. Afortunadamente no está cruzada por causas de corrupción. Puede que haya ciertas cuestiones puntuales respecto del Senado y el mundo de la política, pero no es el escenario del 2015.

“La idea es que la autoridad que sea electa tenga toda la legitimidad democrática”

– ¿Qué le parece la idea de que el Fiscal Nacional sea electo por votación popular? 

Para serte franco, yo lo planteé como una idea para debatir. No es que yo mismo tenga la convicción de que sea el mejor mecanismo, porque muchos dicen que podría provocar una tremenda politización. Eso puede ser cierto, pero también es cierto que es muy difícil que una persona haga lobby a 15 millones de personas, que son las que votan. 

Las posibilidades de los poderes fácticos se diluyen cuando tienes 15 millones de personas que, en un voto secreto e informado, sufragan para elegir a una autoridad. 

Yo creo que ese argumento de la politización es fácilmente rebatible, la politización en el sentido partisano, porque este es un cargo que también tiene una connotación política. El Fiscal Nacional fija la política de persecución penal, y eso es una definición política. 

– ¿Es un mecanismo idóneo entonces?

El mejor mecanismo es uno que nos garantice publicidad, transparencia, probidad, participación ciudadana y más miradas. ¿Qué menos «endogámico» que la ciudadanía elija? Es una cuestión que hay que debatir sin prejuicios y sin dogmas. 

Y si hay otro mecanismo, estupendo. 

Se puede mejorar el mecanismo que existe, sacando al Poder Judicial, bajando el quórum del Senado o incluyendo al Congreso pleno, pero no por dos tercios. La idea es que la autoridad que sea electa tenga toda la legitimidad democrática y le permita a esa persona actuar con la máxima independencia. 

– ¿Es un tema que deberá abordar este segundo proceso constitucional?

Esto va a ser un tema obligatorio. Nosotros participamos activamente del primer proceso, hablamos con 100 convencionales y planteamos nuestro proyecto que fue votado por las bases. Ahora tendremos que refrendar lo acordado o modificarlo.

Pero a propósito de esta elección, va a quedar el eco de todo el ruido que se está generando ahora. Sin duda que se va a plantear un cambio de mecanismo.     

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