Año 1996. Con ya varias elecciones vividas tras el retorno a la democracia, para nadie fue raro que la teleserie del primer semestre de TVN comenzara con la campaña electoral de Federico Valdivieso Montt, un empresario que le prometía a su comuna la construcción de un cementerio.
Valdivieso mostraba un perfil conservador y neoliberal en lo público, pero actuaba de acuerdo a todas las patrañas de un hijo ilustre del patriarcado en lo privado: mantenía tres relaciones sentimentales ocultas y distintas con las hermanas Lineros, Dora, Luisa y Regina –personajes que interpretaban Anita Klesky, Coca Guazzini y Patricia Rivadeneira–, además del flirteo constante con Mariana Montero (Delfina Guzmán), su rival político y amor imposible, cuyas escenas eran musicalizadas con el popular bolero ‘Inolvidable’ (original del compositor cubano Julio Gutierrez). Lo más probable es que Valdivieso haya sido un alcalde independiente, pero de derecha (con segura filiación a la entonces Alianza por Chile).
Demagogo, bribón y sin escrúpulos en el terreno político (la corrupción no era un tema ético que le afectara), Valdivieso tuvo que enfrentar una extraña epidemia “de rápido contagio, cuya característica principal es la irritación de la piel” en Sucupira, motivos por el cual la autoridad sanitaria decretó rápidamente cuarentena para la comuna.
Por su perfil de mujeriego y sinvergüenza, de personalidad dominante, machista y con aires de superioridad, entre sus canciones favoritas sin duda estaría ‘A modo mío’, original del italiano Claudio Baglioni (quien estuvo en el Festival de Viña como jurado en 1994); ‘El rey’, el clásico de Vicente Fernández; y ‘Yo soy aquel’ de Raphael. Frank Sinatra, Elvis Presley y Paul Anka aparecerían dentro de sus gustos anglos, mientras que de artistas chilenos, obviamente en su playlist se asoman nombres como Los Bric a Brac, Luis Jara y Los Huasos Quincheros. Su selección no podía finalizar con otra que no fuera ‘L’ombelico del mondo’ de Jovanotti, tema principal del personaje en la teleserie.