Un incendio sin culpables
El día 27 de diciembre del 2019 el cine Centro Arte Alameda se quemó por completo, en el contexto de la revuelta social que se había iniciado poco antes en el país.
Los escombros siguen ahí al igual que la pregunta ¿quién quemó el Centro Arte Alameda? El abogado Juan Pablo Hermosilla, encargado del caso, sigue trabajando para contestar la interrogante que dejó al centro sin un espacio.
Fue entonces que la la directora del espacio cultural, Roser Fort, recibió una llamada de la ministra de Cultura Consuelo Valdés para ofrecerle las instalaciones del Centro de Extensión del Instituto Nacional (CEINA), un lugar que había sido subutilizado desde su creación el 2017.
Rápidamente comenzó el traslado. Alcanzaron dar solo una película llamada Monos en febrero del 2020, pero luego la pandemia provocó la postergación en la reapertura del cine.
Al igual que todas las salas del país, debieron cerrar y comenzar con un formato online, contando cada jueves con un nuevo estreno. Con su centro quemado y una pandemia en curso no era mucho lo que se podía hacer.
Año nuevo, vida nueva
En diciembre del año pasado lograron mostrar al aire libre la película Distancia social, siendo su última función hasta hoy jueves, cuando por fin podrán abrir puertas en su nuevo espacio. Para conocerlo, me dirigí a Arturo Prat 33 donde me recibió Denisse Leigthon, periodista y curadora del Centro Arte Alameda. “Bienvenido” me dijo iniciando un recorrido por el CEINA.
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Me hizo pasar por la entrada de los artistas, ya que la puerta principal estaba cerrada. Comenzamos caminando por un recinto enorme y frío, teniendo en consideración que afuera hacían 27 grados.
Nunca había tenido la oportunidad de entrar al Instituto Nacional y me pareció genial unir este lugar con el Centro Arte Alameda, ambos cargados con una potente historia política.
Mientras caminábamos, Denisse me mostraba las nuevas instalaciones, totalmente diferentes del centro original. “Aquí tenemos hasta guardarropía”, reía.
Para llegar a la sala de cine debíamos pasar por un pasillo con alfombra roja. Literalmente me sentí como una estrella, solo faltaban las cámaras y un periodista que me entrevistara.
La entrada triunfal
Bajamos un par de escalones para llegar a la gran sala de espera, luminosa y con flechas de color rojo y verde en el piso, señalando el camino hacia la sala de cine.
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Unos cuadros quemados llamaron mi atención y supe que se trataba de restos del Centro Arte. Pertenecían a la exposición Anomia: el fin de la desintegración social del artista Vicente Irarrazabal y hablan del cansancio de una sociedad, algo parecido a lo sucedido el 2019. Lo curioso es que estas obras fueron creadas el 2015. Denisse relata que conocía la exposición y en el contexto de revuelta social decidió llevarlos al centro, pero terminaron quemados.
Me sorprendía que las instalaciones no hubiesen sido ocupadas antes con fines artísticos o cualquier otro, considerando que desde el 2017 estaba listo.
Incluso visitamos los baños para ver lo sofisticados que eran en comparación con el Centro Arte Alameda, sin desmerecer el espacio anterior con una personalidad más contracultural. Finalmente, llegamos a la sala de cine donde estaban proyectando una de las tres películas que estarán en cartelera. En la sala encontramos al proyeccionista, Gustavo Tapia y el programador cinematográfico, Martín Castillo.
1, 2, 3 Probando
A excepción mía, el resto se encontraba probando los últimos detalles para este día tan esperado. Me senté con Denisse en la última fila y le pregunté. “Demasiado –dijo–. Hemos estado mucho tiempo sin proyectar nada y este es como la primera vez que lo haremos así, real, en dos años. Estoy feliz porque ahora una disfruta todo mucho más y venir al cine será lo mismo”.
Cuando ya estaba claro que la película se escucharía bien, fuimos a las oficinas. En el centro trabajan alrededor de 15 personas, a cargo de todas las tareas para hacer funcionar una sala de cine.
El tour terminó en la azotea del CEINA, que da al patio del Instituto y que probablemente será utilizado también para actividades culturales.
Las medidas
El lugar ha sido preparado especialmente para esta reapertura. La capacidad para 200 personas ha sido reducida a 100 por temas de aforo.
El centro estará ofreciendo tres películas: Blanco en blanco, Nomadland y El libro de Lila, esta última para los niños y niñas que se encuentran en vacaciones de invierno. Aun así, también seguirán con el formato online, ya que aumental posibilidades de mostrar cine.
Consideración que el excentro quemado sigue ahí con todos los escombros y que su reconstrucción tomara tiempo, es posible que Centro Arte Alameda se quede bastante tiempo en esta ubicación.