La dentención de Dago Pérez despertó gran solidaridad a través de las redes sociales, con gestos de apoyo desde el mundo cannábico, social y artístico, incluyendo un concierto online realizado el día martes 2 de marzo, con los artistas Mauricio Redolés, Lalo Meneses y Tata Barahona.
Quienes lo apoyan se han pronunciado en contra de la Ley 20.000, alegando que en la práctica no persigue el narcotráfico, sino a cultivadores y usuarios. También sostienen que los practicantes de la cultura rastafari han sido discriminados y perseguidos.
15 mil firmas para llevar la cannabis a la Constitución
En el actual proceso Constituyente que se lleva a cabo en Chile para la redacción de una nueva Constitución, la iniciativa popular de norma “Cannabis a la Constitución ahora”, logró las 15 mil firmas necesarias para discutirse, en menos de 24 horas, dando cuenta de una preocupación e interés que va más allá de los rastafaris.
Nicolás Pozo, sociólogo y autor del libro sobre La cultura RastafarI y su desarrollo en Chile aclara que los dreadlocks y la alimentación son aspectos característicos y tradicionales de esta cultura. “Un país laico como Chile no debiera negar o perseguir las formas de espiritualidad, sino que velar por el respeto a sus diversas expresiones. No solo la religión católica traída por los españoles, que tiene a sus representantes constantemente opinando en televisión. El respeto debe ser también para los rastafari, también para la espiritualidad mapuche y el desarrollo espiritual de todos los distintos pueblos que habitamos el territorio”, señala.
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Dago Pérez es hijo de Lumi Videla y Sergio Perez, ambos militantes del MIR, asesinados por la dictadura cívico militar. Ha sido un activista por la justicia y un importante referente para la difusión y expansión de la cultura rastafari y del género musical reggae en Chile y Latinoamérica, como músico y productor.
Sanando a través de las plantas
Pablo Villar, defensor penal público, es parte del equipo que se encargó de demostrar a Fiscalía que Pérez es sacerdote rastafari y a la vez naturópata. “Es una persona que se dedica a la sanación a través de plantas medicinales y aceites, acreditado por el Ministerio de Salud en su ejercicio”, explica el abogado.
La actividad de la defensa se concentró en aportar datos para que la Fiscalía tomara conocimiento del culto rastafari, su relación con la cannabis como la planta principal en sus ritos, y asimismo acreditar todo lo que tuviera que ver con su faceta de naturópata. “Aportamos fotografías del templo, del cáliz con que se fuma cannabis en los ritos, declararon testigos que participan de la fe rastafari y conocen a Dago como sacerdote, se acreditó que es sacerdote a través de las certificaciones correspondientes. Además por otra parte, se acompañó su tesis, su título de naturópata, el reconocimiento que tiene del Ministerio de Salud también, como parte de los elementos”, dice el defensor. Con todo esto, lograron que el activista de la cultura rastafari pueda cumplir con arresto domiciliario en espera de un juicio o un cierre del proceso, generando además un precedente en la libertad de culto y una esperanza para quienes consumen o cultivan cannabis.