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Opinión

Los socialistas y el poder

Por: Ernesto Benado | Publicado: 13.05.2018
Los socialistas y el poder socios |
En el Chile de hoy, con un gobierno con presencia predominante de empresarios y con una gran tendencia socio económica de derecha, hay que replantear un programa de izquierda que agrupe desde los sectores orientados por la socialdemocracia, hasta las nuevas fuerzas juveniles del Frente Amplio.

Desde la Comuna de Paris en 1870 para el socialismo el primer paso para el cambio social ha sido la conquista del poder, desplazando a la burguesía y entregándole el poder a la clase trabajadora.

Ha habido numerosos ejemplos históricos en que se ha conquistado el poder, pero no se ha podido construir una nueva sociedad. La búsqueda de ese camino es el que ha obsesionado al socialismo durante casi 150 años.

Se ha comprobado que, así como el capitalismo como nueva forma de organización social tomó 300 o más años en desarrollarse, así es posible que una nueva forma de organización social tome un periodo similar para consolidarse. Pero también en circunstancias especiales dado el desarrollo extraordinario de las formas de producción, que ese periodo sea más corto.

El verdadero problema se ha desplazado, desde el debate de principios del siglo XX sobre la forma de capturar el poder, entre socialdemócratas y bolcheviques, a qué tipo de sociedad debe construirse y con qué seres humanos se podrá tener éxito.

En los países escandinavos en los que el modelo socialdemócrata se ha implantado con más éxito, el problema del cambio social, planteado como una forma nueva de producir los bienes y servicios, mejorar la igualdad social y la igualdad de oportunidades, se ha postergado más bien indefinidamente.

Lo mismo sucede en la Gran Bretaña, donde la nueva directiva laborista de Jeremy Corbyn, plantea reivindicaciones en el papel del estado, pero no llega a proponer un cambio social. Su éxito en las elecciones se debe al cansancio con gobiernos conservadores que han aplicado políticas de austeridad y reducción del gasto social, durante los años que van desde la gran crisis financiera de los 2008-9 hasta el presente.

Es entonces evidente que lo que está en la orden del día, no es como en los años pasados, la conquista del poder, con todas sus variantes, sino como transformar la actual sociedad capitalista y hacia dónde dirigir esos cambios, con que ritmo y hacia que etapas.

Desde el punto de vista del desarrollo productivo la experiencia de la inmensamente grande China Popular, y de la de su vecino Vietnam, es que hay que combinar el desarrollo productivo en ciertas áreas geográficas y/o en ciertas ramas productivas a la libre inversión capitalista y reservar ciertas áreas estratégicas a la propiedad estatal. El debate que se está llevando en la pequeña Cuba, parece estar orientado a mantener el sistema actual, o abrirse a las experiencias China y de Vietnam.

¿Por qué las dudas sobre la evolución de esos sistemas?

Lo dijo el dirigente chino Deng hace ya 40 años: “No importa el color del gato con tal que cace ratones.”

Y eso es lo que ha predominado en esos países hasta ahora.

La pregunta es si esas sociedades manejadas por un poderoso partido comunista, podrán evolucionar hacia la construcción de una sociedad socialista en que las diferencias de clase se vayan disminuyendo. O bien como en el caso de la desaparecida Unión Soviética, una gran burocracia estatal captura el gobierno y empieza a orientar los cambios en su propio beneficio.

En el Chile de hoy, con un gobierno con presencia predominante de empresarios y con una gran tendencia socio económica de derecha, hay que replantear un programa de izquierda que agrupe desde los sectores orientados por la socialdemocracia, hasta las nuevas fuerzas juveniles del Frente Amplio. Esa alianza debe impulsar cambios económicos que lleven a Chile al pleno desarrollo económico y aseguren a la mayoría de la población niveles más igualitarios de ingresos y satisfacción social

Ernesto Benado