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Opinión

Iván Fuentes en la encrucijada

Por: Fernando Balcells | Publicado: 14.07.2016
Iván Fuentes en la encrucijada |
Iván Fuentes tiene en sus manos el camino futuro de la democracia y de la representación política en Chile. Si no hace nada, se sumará a la larga lista de los parlamentarios que juegan a la mosca muerta mientras pasa el chaparrón y luego vuelven a sacar la voz como si su autoridad y su honorabilidad se hubieran regenerado solas.

Es un drama que un dirigente emblemático de las movilizaciones de Aysén haya caído en los juegos de ocultamiento de la política tradicional. Es lamentable que un dirigente respetado y que ha sido una inspiración de entrega y de integridad, para los movimientos sociales en todo el país, haya ‘preferido no saber’ de dónde venían las platas para su campaña.

Por ahora, es preciso pedir a Iván Fuentes que haga más de lo que debe.

Lo que se le pide a Iván Fuentes es que asuma su liderazgo social y político y que él mismo ayude a convocar a una consulta vinculante sobre la continuidad de su mandato. Esta es la única manera de devolver la legitimidad al mandato del diputado. Iván Fuentes tiene la oportunidad de mostrar la diferencia entre un político tradicional -que ha capturado la inmunidad y se ha apropiado de la soberanía de los electores- y un representante social que no ha roto sus vínculos ni sus promesas y que está dispuesto a someterse, justamente en el momento en que falla, al veredicto de su gente.

Iván Fuentes tiene en sus manos el camino futuro de la democracia y de la representación política en Chile. Si no hace nada, se sumará a la larga lista de los parlamentarios que juegan a la mosca muerta mientras pasa el chaparrón y luego vuelven a sacar la voz como si su autoridad y su honorabilidad se hubieran regenerado solas.

Fuentes no debe seguir el camino de tantos otros, que escabullen o desperfilan sus responsabilidades. Ese camino confirma la impunidad y la falta de salida a la corrupción política en el país. No podemos resignarnos a la corrupción y a las prácticas dudosas de la política. No es para eso que recuperamos la democracia.

Hemos propuesto que en la próxima Constitución la ciudadanía tenga iniciativa legal plebiscitaria y que tenga, en determinados casos, derecho a revocar a sus representantes. Esta es la ocasión de demostrar que esa práctica, incluso como prueba voluntaria, es capaz de fortalecer tanto a los movimientos sociales como al sistema democrático representativo.

Iván Fuentes puede perfectamente ayudar a organizar su propio referendo revocatorio, recurriendo a las organizaciones sociales prestigiadas de la Región, a los medios de comunicación, al obispado, los municipios y los sindicatos. Basta un mes de preparación. Se votaría con el RUT y la firma y se puede contrastar a los votantes con el padrón electoral oficial. Técnicamente no hay dificultades. Políticamente, todo depende de la voluntad del diputado Iván Fuentes.

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El voto de revocación debe manifestar una voluntad popular inequívoca y urgente. Para evitar que cualquier parlamentario de la minoría pueda ser impugnado por la mayoría, para mantenerse en el cargo, bastará un número de rechazos a la revocación (votos favorables al impugnado) igual a una mayoría simple (50% + 1) de los participantes o al 66% de los votos con que fue elegido; lo que sea más favorable al parlamentario. Se votará por la renuncia o la mantención del parlamentario en el cargo.

El mecanismo es excepcional. El plebiscito no puede transformarse en un expediente manipulable por los imputados o por las mayorías circunstanciales. Solo puede producirse en espera de la creación de una institución adecuada al refuerzo de la democracia. Si esa institución se atrasara, esta consulta sería el estándar para dirimir entre responsabilidades jurídicas inexigibles y responsabilidades éticas evidentes pero sin consecuencias.

Es importante que aquellos que se sienten defraudados obtengan explicaciones y juzguen si quieren seguir siendo representados por el diputado.

Una consulta revocatoria devolverá una soberanía y una responsabilidad efectiva a la ciudadanía sobre la política. Dejará claro que las autoridades están puestas por él y que deben responderle, personalmente. Que la gente como ciudadana tiene derecho a perdonar, a dar segundas oportunidades y a pasar por alto las fallas. Esto pone presión y controles eficientes y legítimos sobre las prácticas de financiamiento de la política.

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Con Iván Fuentes hemos llegado al fondo del saco y al reinicio de una esperanza de limpieza. No solo está comprometido el último de los dirigentes sociales. Un hombre firme, sensato y amable. Además, está comprometido el senador Walker que jugó un papel importante en la aprobación de las leyes de probidad.

¿Qué hacer? Resignarse a la generalidad de la corrupción. Empezar a hablar de ella como si se tratara de malas prácticas sin importancia. Aceptar la afirmación de Hernán Larraín y declararlos a todos inocentes. Quizá debamos confiar en que todo esto quedó en el pasado con la aprobación de las leyes de probidad.

¿Pero cómo lo vamos a sobrellevar? ¿Cómo una renuncia a la política? ¿Cómo la marca de una cobardía que no pudimos enfrentar? Esto es lo que nos pide el sistema; que nos conformemos con la indignación y los dejemos a cargo de la política.

Inocencia o culpabilidad, condenas y disculpas al voleo no hacen más que dejar intacto el sistema. El tiempo es el gran adversario de la justicia, no solo por el olvido de la falta, sino porque el sistema permanece mientras renueva las caras de los irresponsables. Basta el anuncio de aceptación de la consulta revocatoria que pedimos para que el sistema político tenga la oportunidad de redimirse y reencontrarse con la gente.

Fernando Balcells