Avisos Legales
Opinión

Yo quiero otro Chile

Por: Jaime Coloma | Publicado: 03.02.2018
Yo quiero otro Chile mega |
Mucho Gusto, matinal de Mega debate en el panel con un profundo análisis sobre si es o no correcto lo hecho por el tenista Ríos y si es atribuible a toda la prensa lo ocurrido ahí, cuando, en realidad, según las propias palabras del lolo “Karol Dance”, su mala relación con los periodistas es culpa de la farándula, Muy Buenos Días se debate en torno a cómo salvarse de la magia negra y cuáles son sus señales, Chilevisión revive un programa llamado espías del amor con Eva Gómez y, honestamente, canal 13 ni siquiera recuerdo que contenidos llevaba.

Se termina Miss Reef y algunas mujeres y muchos hombres lo ven como una restricción a las libertades individuales, el ex tenista e “ídolo” nacional Marcelo “Chino” Ríos manda a los periodistas a “chuparlo”, una niña  de poco más de un año muere después de haber sido violada, quemada y torturada por sus padres, el noticiario central de canal 13 hace un reportaje sobre la importancia de la publicidad y los millones que se gastan en ella al alero del super bowl en U.S.A., la portada de un diario nos muestra a una socialité complicada porque a raíz de la falta de vacunas para la fiebre amarilla se dificulta su viaje de vacaciones a Sudáfrica, otro diario en una columna de opinión, como ésta, relata el horror de escuchar a mujeres (SI, mujeres) jóvenes y bonitas hablando a garabatos (hacen alusión a la rutina de humor de “Chiqui” Aguayo en el alicaído festival de Viña del Mar, que tanto ha dado que hablar por el procaz lenguaje ocupado por la actriz y humorista siendo mujer!!!), Mucho Gusto, matinal de Mega debate en el panel con un profundo análisis sobre si es o no correcto lo hecho por el tenista Ríos y si es atribuible a toda la prensa lo ocurrido ahí, cuando, en realidad, según las propias palabras del lolo “Karol Dance”, su mala relación con los periodistas es culpa de la farándula, Muy Buenos Días se debate en torno a cómo salvarse de la magia negra y cuáles son sus señales, Chilevisión revive un programa llamado espías del amor con Eva Gómez y, honestamente, canal 13 ni siquiera recuerdo que contenidos llevaba.

Poco a poco y sin ánimo de dictar cátedra, observo como los relatos mediáticos  van construyendo y conformando un sistema social acorde a los discursos que ellos elaboran y luego de manera extraña critican, poniendo mucho cuidado en que se naturalicen las miradas propuestas generando una opinión pública contradictoria y poco coherente a la hora de pensarse y verse en sus reales dimensiones.

No es menor el rol social de un medio de comunicación de masas tradicional (radio, televisión, ciertos periódicos), ni tampoco es menor la responsabilidad que éste tiene en la construcción de una sociedad acorde a los requerimientos propios de una buena evolución de la misma.

Vamos por parte:

Miss Reef: Que un porcentaje de personas rasguen vestiduras por el término del famoso concurso donde se elegía al mejor poto del verano, puedo llegar a entenderlo. El consumo de la mujer como objeto parcial (su poto) o total (su cuerpo entero y su cara) no es para nada novedoso en nuestro país o incluso en el mundo y ha sido históricamente, y sigue siéndolo, además de un buen negocio, parte importante del contenido mediático y del discurso habitual de muchos comunicadores y rostros faranduleros. El físico femenino vende, vende tanto que incluso hay estudios que plantean que las portadas con mujeres venden más que las portadas con hombres. Lo que extraña es escuchar voces que sugieren que se coarta la libertad de las mujeres que si quieren exhibir su trasero públicamente a un enardecido grupo de congéneres que, por supuesto imagino ven a esas féminas con profundo respeto y jamás las pondría al mismo nivel de un pedazo de carne. Al parecer para algunos el que se deje de dar cabida a claras muestras de objetualización de la mujer es en sí un descriterio asociado a un equívoco concepto feminista y el observar un bien formado culo como una parcialidad no tendría nada de grave ni ofensivo, ni tampoco establecería una mirada errada respecto a otras mujeres que por muy atractivas que sean o se sientan pueden no querer que un “caballero” las vea como una presa que debe ser cazada y/o consumida.

Chúpenlo: Extraño resulto ver a Marcelo “Chino” Ríos sugiriéndole a un grupo de periodistas especializados en deporte que se lo chuparan a alguien, porque seamos claros, no les pidió que le hicieran un felatio a él, los mando a hacerle una felación a alguien, estableciendo de manera clara que no tenía intención alguna de relacionarse con ellos. Entiendo que una persona no quiera ser parte de los medios y, muchas veces no entiendo la insistencia en seguir potenciando a quienes dan claras muestras de no tener interés en ser parte del devenir mediático, pero si es así, porque generar un momento que evidentemente va a nutrir a quienes críticas y te va a conformar como un personaje odioso pero atractivo que sigue llamando la atención. De verdad creo que a nuestro número uno le encanta aparecer en medios, provocar, salir en revistas, ser parte de la farándula y que se hable de él. Puro impacto estético que se terminaría si es que se deja de ir a las pautas donde el señor Ríos esta o si él deja simplemente de aparecer en los medios por voluntad propia.

La ley Sophia: Saber de esto como papá fue desgarrador, observar a mis hijos, sobrinos y niños cercanos y pensar que un ser así de indefenso tuvo que experimentar una corta vida de horror y torturas simplemente me dificultan la capacidad de razonar. Sin embargo creo importante poner ideas y no sólo emociones en éste punto. Vivimos en un país con una educación nefasta, donde, justamente los medios educan con los ejemplos desarrollados anteriormente, donde se híper erotiza, se objetualiza a  otro ser humano y se le cree de su posesión, donde la valoración de la mala educación es constante y se premia y donde no se entiende realmente el valor y necesidad de protección de la infancia y la adolescencia. Lo terrible de la historia de Sophia es que la hemos construido todos, sus padres la perpetraron, pero todos, de alguna manera somos cómplices por omisión, por miopía o por completa y brutal indiferencia y creo que quizás de una manera más inconsciente eso duele mucho porque nos hace pensar hasta donde se puede llegar.

En lo concreto leo y releo esto y sólo me queda insistir: yo quiero otro Chile

Jaime Coloma