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Gerardo Varela: Tus palabras alientan la organización

Por: El Desconcierto | Publicado: 25.07.2018
Gerardo Varela: Tus palabras alientan la organización Gerardo Varela. Agencia Uno | / agenciaUno.
«Si somos capaces de organizar un bingo… ¿Cómo no organizar un sindicato?», se pregunta la Federación Nacional de Trabajadores de la Educación.

Quizás para nadie resultó indiferente el discurso dado por el Ministro de Educación Gerardo Varela hace unos días donde proponía que se hicieran bingos para resolver las necesidades de infraestructura que existen en  escuelas, liceos y colegios. Varios análisis y comentarios nutren la mirada en torno a que la crítica a lo expresado no es solo una cuestión de forma (igualmente cuestionable), sino al fondo de sus concepciones.

De todo lo leído, me quedo y apoyo la crítica central que muy bien sintetiza mi querida compañera Valeria Águila, Dirigenta Comunal del COPROCHI Puerto Montt, al decir que- cito textual- “tras su nueva ‘frase para el bronce’ se esconde una concepción ideológica brutal: el estado debe desatender las necesidades y derechos básicos de las personas, entre ellos la Educación, con el fin de debilitar la calidad de «lo público» para así instalar en el inconsciente colectivo la necesidad de privatizarlo todo”. Sus palabras develan lo medular del problema: el abandono del rol del Estado en la garantía de derechos elementales. Agregar más al respecto sería redundar.

Enfatizo que comparto enérgicamente el repudio a los dichos y ninguneos del ministro pues de ninguna manera quiero que mis palabras sean malinterpretadas, sino más bien, con estas líneas pretendo girar un poco la tómbola, problematizar y aportar desde otra mirada.

En parte, quisiera dar las gracias a las palabras dichas por Varela, ¡Sí! Las gracias ministro pues nos has dado la razón…

¡Cuántas movilizaciones o tomas de establecimientos educacionales han comenzado con la visibilización de sus deplorables condiciones materiales!; ¡Cuántas de nuestras luchas sindicales buscan la mejora de cuestiones básicas en los establecimientos!; ¡Cuántos sentimos a diario el abandono en el que nos tienen!

Sabemos perfectamente que el desprecio por estas demandas es parte del plan mayor; sabemos que,  de toda la casta gobernante, que por décadas ha puesto por delante los intereses privados y del mercado, jamás vendrán las soluciones; porque a pesar de que nada esperamos de ustedes, igualmente logran decepcionarnos; sabemos de dónde saldrá la solución, ¡Sí, de quienes somos expertos en organizar bingos!; a pesar de que han hecho todo y cuanto más para atomizarnos, tenemos una capacidad innata para armar comunidad.

El bingo y la completada es parte de nuestra cultura; y si bien, indigna profundamente, que sean los derechos básicos de las personas los que tengan que ser cubiertos por estas acciones, quiero reivindicar lo que hay detrás ¡una enorme y profunda solidaridad de clase y compromiso por la labor que realizamos a diario!

No es mi intención avalar ni naturalizar el bingo subsidiario de derechos sociales ¡Debemos cambiar este sistema!, mi intención es relevar lo que muchas veces nos cuesta ver: el potencial organizativo que tenemos como clase; potencial que asusta a quienes hoy están en el poder.

Si somos capaces de organizar un bingo… ¿Cómo no organizar un sindicato?

Si somos capaces de comprometer a las y los compañeros de trabajo en esta acción… ¿cómo no fortalecer la organización con objetivos comunes?

Si somos capaces de involucrar a nuestras familias comprando cartones o donando premios… ¿Cómo no vamos a conquistar más corazones para cambiar lo que nos indigna?

Te agradezco Gerardo Varela pues paradójicamente nos das la razón: quienes tenemos la fuerza para no tapar la gotera (problema x) sino cambiar el techo completo (sistema) somos nosotros/as: trabajadores /as y pueblo organizado.

¿Qué tal si tomamos tu emplazamiento (a que las comunidades educativas se hagan cargo de lo que les aqueja) y nos empoderamos como sindicatos/gremios, centros de padres, centros de estudiantes, en una articulación capaz construir de una verdadera cultura democrática y participativa, dentro y fuera de la escuela?

¿Y si con el mismo ahínco que organizamos el bingo comenzamos a discutir y organizarnos, profundizamos la crítica y la acción; buscamos mejores y mayores estrategias que convoquen a más a la causa; y construimos en conjunto las formas de transformar de raíz este sistema?

¿Qué tal si como callampas brotan los bingos y completadas que preparen las finanzas de organizaciones sindicales/gremiales/comunitarias que nos permitan enfrentar una gran huelga general que haga temblar al poder económico y político?

¡Qué lindo sería! ¡A ver si nos mandan a hacer bingos nuevamente!

Quizás suena una locura ahora, pero dejo la idea boteando, pues si el ministro nos provoca con estos dichos, aprovechemos la efervescencia para discutir y profundizar un poco más con nuestros/as colegas, nuestras familias; pues de la indignación siempre se puede fortalecer la organización.

El 8 de agosto es la movilización del magisterio por la nula respuesta a las demandas del profesorado. ¡Tenemos la oportunidad de convertir en acción concreta nuestro malestar, y demostrar que, quienes debemos girar la tómbola, somos nosotros, somos nosotras!

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