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A un año de los “Tiempos Mejores”: Los pendientes y las contrareformas que marcan la gestión de Piñera

Por: Natalia Figueroa | Publicado: 14.03.2019
El mal manejo del asesinato del comunero mapuche Camilo Catrillanca, el oportunismo por la huelga feminista, el aumento de la cesantía y los malos chistes del ministro de Educación con el “y ¿por qué no hacen un bingo?”. A un año de los “Tiempos Mejores”, analistas políticos y presidentes de partido comentaron con El Desconcierto su balance de la gestión del Gobierno y las discusiones fuertes que proyectan para este año y que califican de contrareformas.

El primer año de los “Tiempos Mejores” de Sebastián Piñera llegó al mismo tiempo que su peor evaluación: un 37% de aprobación ciudadana, según la última encuesta Cadem. El mandatario inició la semana haciendo un llamado a reforzar la unidad del bloque oficialista para enfrentar las próximas elecciones de gobernadores y alcaldes fijadas para el 2020, después de un balance del ministro del Interior, Andrés Chadwick, que estuvo casi exento de críticas. “He tenido un año duro, difícil y exigente”, se le escuchó decir al mandatario.

Y es que fueron varios los episodios que complicaron a La Moneda el año pasado y que quedaron al margen del discurso del crecimiento económico que buscó realzar Piñera en su recuento anual.

Una seguidilla de traspiés de sus ministros llevó a hablar de la falta de asesoría comunicacional en varias carteras. Las salidas de libreto del ministro de Educación, Eduardo Varela, quien anotó varias frases desafortunadas –“y ¿por qué no hacen un bingo?”, por las platas para mejorar infraestructura de colegios públicos– terminaron por coronar su salida. En agosto asumió la ministra Marcela Cubillos, quien por estos días enfrenta duros cuestionamientos por la gira que hizo para promocionar el proyecto de Admisión Justa, que ha sido altamente cuestionado por la reincorporación de la selección por mérito en los liceos.

La cartera de Cultura también enfrentó problemas con la salida de la ex ministra Alejandra Pérez y luego de Mauricio Rojas, tras conocerse que califico de “montaje” al Museo de la Memoria en una antigua publicación que había escrito. Sin olvidar los episodios críticos por las emergencias sanitarias que enfrentó la zona de sacrificio Quintero-Puchuncaví y que impactó en la cartera liderada por Emilio Santelices, quien tiempo después vinculó el aumento del VIH con el aumento de la migración.

El discurso de Piñera en economía fue que había logrado “rescatar al país” de la caída que venía mostrando, una frase que justificó en el 4% de crecimiento que se registró y que se proyectaría para este año entre un 3,5% y 3,8%, según estimó el Banco Central.

Sin embargo, el Doctor en Estudios de Desarrollo de la Universidad de Cambridge, José Miguel Ahumada afirmó a El Desconcierto que no se aprobó ninguna política importante respecto a la agenda pro-crecimiento y desarrollo que maneja el gobierno.

“Efectivamente las inversiones aumentaron, pero, en una perspectiva de largo plazo, siguen bajo el umbral de inversiones necesario para un crecimiento sostenido que es alrededor del 25% del PIB, pero en el país es de alrededor de 21%, y eso viene desde el último trimestre de 2017. Es decir, seguimos invirtiendo poco para lo que debería ser en una perspectiva a largo plazo y seguimos estancados en términos productivos desde 1998”, explicó.

Se habla de hacer crecer más la economía, apuntó, pero es necesario preguntarse qué es lo que está creciendo. Y planteó algunos datos: según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los empleos informales siguen concentrando cerca del 40% del mercado laboral del país y la diversificación exportadora todavía es muy débil. Por otro lado, se ha observado el impacto de la desindustrialización de la matriz productiva, por ejemplo, el caso de la industria del calzado con el cierre de Guante y otras tantas empresas que ya habían cerrado meses atrás. “Esto se explica porque Piñera mantiene una matriz ideológica que considera que estas cosas no son tan importantes”, sostuvo.

Más allá del discurso que puso en primer plano el escenario económico del primer año, otros asuntos coparon la agenda del Gobierno de los que salieron mal parados, como el manejo por el asesinato del comunero mapuche Camilo Catrillanca, por parte del carabinero Carlos Alarcón del Comando Jungla, en noviembre pasado. En una salida desesperada del gobierno por destensionar la situación que llegó hasta plantear una acusación constitucional en contra del ministro Andrés Chadwick, se vieron obligados a presentar el proyecto de Aula Segura y así descomprimir la situación.

Las contrareformas para este año

Con un desayuno en La Moneda, este miércoles el presidente Piñera se reunió con los representantes de las pequeñas y medianas empresas en su cruzada por sacar adelante la reforma tributaria en el Congreso. Desde la oposición se ha puesto en duda su aprobación en general para iniciar la tramitación.

Se proyecta que esta iniciativa, junto a la reforma de pensiones, sean los dos proyectos fuertes en el debate legislativo para este año. Sin embargo, la minoría del oficialismo en ambas cámaras podría frenar los plazos que maneja el gobierno.

La economista Claudia Sanhueza asegura que la reforma tributaria es una de las propuestas de mayor “corte ideológico” en la agenda de Piñera.

“Plantean una contrareforma cuando el país necesita una mayor carga fiscal y progresiva, pero ellos son contrarios a eso y plantean una rebaja el gasto público y la disminución de los impuestos. Lo que se necesita es mayor inversión pública en innovación y desarrollo y en capital humano, algo que los privados no están haciendo”, señaló.

En cuanto a pensiones, la economista apuntó que el gobierno presentó un proyecto de ley que profundiza el sistema de capitalización e incorpora más empresas privadas para la organización de los fondos.

Será en estos proyectos en que se medirán las fuerzas de la oposición que no ha logrado posicionarse como una coalición sólida.

“Se ha visto que la oposición está en un punto muerto y si aquí no se ve acuerdo, entonces, es el sistema político el que está en ese punto muerto y eso es muy problemático”, apuntó José Miguel Ahumada.

«Oportunismo y mal manejo político»

La coordinación de la huelga del 8M se hizo con tres meses de anticipación. Una semana antes de la fecha, la ministra de la Mujer, Isabel Plá, salió a rechazar el llamado a la paralización, pero horas después de la multitudinaria marcha salió celebró la convocatoria por redes sociales. Una salida que desde las organizaciones y los partidos de oposición tildaron de oportunismo y como “otra vuelta de carnero” más del gobierno.

Así lo afirmó la presidenta de Revolución Democrática, Catalina Pérez: “No han sabido leer la demanda feminista y ponerse a la altura de lo que exigimos”, comentó a El Desconcierto.

También desde el Frente Amplio, la presidenta del Partido Humanista, Catalina Valenzuela, afirmó que ha quedado demostrado “el ataque sistemático a los Derechos Humanos, se ha trastocado el protocolo para ley de aborto de tres causales, se han conmutado penas a criminales de lesa humanidad”.

Desde la ex Nueva Mayoría plantearon que este gobierno pretende revertir muchos de los logros en el ámbito social que se aprobaron durante el gobierno de Bachelet. Así lo mencionó el presidente del Partido Socialista, Álvaro Elizalde, quien catalogó de soberbia la actitud de Chadwick al decir que durante este primer año se había avanzado más que en los anteriores cuando se han planteado de plano contrareformas.

A propósito de los dichos del ministro, desde el PPD, su presidente Heraldo Muñoz, recordó la frase que Piñera ya había mencionado en su primer periodo: “en 20 días habrían hecho lo que no se había realizado en 20 años”. El ex canciller también hizo una autocrítica a la coalición opositora por su falta de unidad. “La gente merece una respuesta por nuestra falta de coordinación”, reconoció.

En tanto, el presidente de la Democracia Cristiana, Fuad Chaín, puso sobre la mesa la posición del gobierno de restarse de firmar el Acuerdo de Escazú sobre materias ambientales, después de siete años de negociaciones de las que Chile se había hecho parte, al igual que el Pacto Internacional sobre Migración que fue adoptado por 164 naciones después de la conferencia en Marrakech, Marruecos. En este caso, Chile se restó siguiendo la línea de Estados Unidos. “Es una renuncia al multilateralismo”, aseguró el ex parlamentario.

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