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Fuente-Alba llama «mitos» a todos los cargos en su contra y establece que «la familia militar no existe»

Por: El Desconcierto | Publicado: 15.09.2019
Fuente-Alba llama «mitos» a todos los cargos en su contra y establece que «la familia militar no existe» fuente-alba | Fotografía de Agencia Uno
En una conversación con La Tercera, el general (R) Juan Miguel Fuente-Alba negó todas las acusaciones en su contra, diciendo que la prensa es la culpable de haber inflado la información proporcionada por la investigación de la ministra en visita Romy Rutherford.

Juan Miguel Fuente-Alba fue el primer comandante en jefe del Ejército en ser procesado, nada más ni nada menos que por la malversación de 3.500 millones de pesos de los fondos reservados para esta rama de las Fuerzas Armadas. En la actualidad, el general (R) lleva 28 días arrestado en su casa de Chicureo, lugar desde donde decidió hablar sobre los cargos por los que está siendo investigado.

En una conversación con La Tercera, el militar sostiene que todas las acusaciones en su contra son «falsas», y que él ha colaborado desde el primer día con la justicia para que se esclarezca que su patrimonio no proviene de desfalcos a la Ley Reservada del Cobre.

«He sido tratado como si mi colaboración con la justicia no valiese la pena y que hubiese dado lo mismo ello a que desde un comienzo me hubiera opuesto al esclarecimiento de los hechos», dice el general en retiro, quien también aseguró que su defensa ha presentado numerosas pruebas de que lo que establece la ministra en visita Romy Rutherford no sería acertado.

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«Mi enjuiciamiento ha estado dominado por la profusión de dichos y rumores transformados ya en mitos acerca de mi patrimonio y de mi forma de vida», afirma Fuente-Alba, ante la pregunta del periodista sobre su lujoso estilo de vida, su casa y demás gastos que no se condicen con sus remuneraciones oficiales.

El ex militar sostiene que el vivía en la residencia que le fue otorgada por ser comandante en jefe, y que él no lo eligió, solo «seguía órdenes». También justifica la presencia de las 25 a 30 personas que lo asistían en su hogar, estableciendo que la mayoría estaban ahí por temas de «seguridad». Sobre los automóviles, los que según las investigaciones habría tenido más de 14 en un momento – Audi en su mayoría, lo que le valió el apodo de «señor de los anillos» – establece que no fueron simultáneos y que ha ido cambiándolos para «evitar la depreciación».

«Cualquier persona es susceptible de cometer errores o equivocarse, pero de ahí a actuar con dolo o malicia en actos propios de su ejercicio profesional es de una probabilidad muy remota, por no decir particularmente difícil», afirma, pero no responde al periodista cuáles fueron sus «errores».

Ante el cuestionamiento de si cree que el Ejército le dio la espalda, Fuente-Alba responde que no, pero cuando el reportero le pregunta si existe la «familia militar», el general en retiro responde que le parece «que con ese sentido nuclear de entidad corporativa de identidad única y de fines o ideales sociales o humanos fuertemente compartidos, como en general se hace referencia a ella, sinceramente creo que no».

«Lo que sí existe es una institución que pertenece a todos los chilenos», concluye.

Por último, el periodista pregunta si es que cree que esta pagando por no llevar una vida austera. «¿Cuál es la vida que un militar debe llevar y que usted llama austera? Pero, ¿a qué se denomina austero? ¿No tener vehículo? ¿No realizar inversiones? ¿No ahorrar? ¿No adquirir bienes? ¿No aspirar a tener una mejor calidad de vida? Pero, además, ¿significa que un militar debe abstenerse de tener la interacción social que quiera y una administración de sus bienes conforme sus metas e inversiones algo más allá que una libreta de ahorro?», responde Fuente-Alba desviando la atención de los lujos y gastos desproporcionados que realizó.

El procesado termina la entrevista diciendo que los costosos regalos para sus subordinados y sus cónyuges, las «mesadas» que recibían, y los 800 mil pesos mensuales que se gastaban en flores para su casa, eran protocolos del Ejército y que él no tiene nada que ver con eso. Serían más «mitos», como repite varias veces durante la conversación.

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