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Opinión

La patria somos todes

Por: Juan Pablo Sanhueza Tortella | Publicado: 21.09.2019
La patria somos todes patria | Foto: Agencia Uno
La construcción de nuestra identidad patria se hizo desde arriba, fue la elite criolla que necesitaba construir un relato común y hacer parte al pueblo del proceso de nuestra independencia, que sintieran los valores republicanos y asimilaran las ideas emancipatorias con que la revolución francesa, prioritariamente, influyó en nuestra desvinculación de la corona española. En ese sentido, el carnaval y la fiesta tuvieron un rol central y fueron con creces más efectivo que cualquier clase de educación cívica o acceso a la literatura de la ilustración y el enciclopedismo.

Etimológicamente el concepto patrio viene de la raíz latina pater, en referencia a la tierra del padre, al origen. En términos formales podríamos decir que, al igual que nación, se asocia a aquellos vínculos jurídicos, históricos y afectivos que tenemos en común las personas. Para el intelectual cubano Eusebio Leal Spengler “La patria es la poesía, es un sueño, es la tradición, es la lucha, es la sangre derramada por las añoranzas, es todo lo que forma en el hombre una identidad”. Por tanto, cuando hablamos de patria, lo hacemos desde la razón y la emoción, desde la nostalgia y la reivindicación, en definitiva, hablar de patria es pasado, presente y futuro.  

La construcción de nuestra identidad patria se hizo desde arriba, fue la elite criolla que necesitaba construir un relato común y hacer parte al pueblo del proceso de nuestra independencia, que sintieran los valores republicanos y asimilaran las ideas emancipatorias con que la revolución francesa, prioritariamente, influyó en nuestra desvinculación de la corona española. En ese sentido, el carnaval y la fiesta tuvieron un rol central y fueron con creces más efectivo que cualquier clase de educación cívica o acceso a la literatura de la ilustración y el enciclopedismo. Como cuenta la historiadora chilena Paulina Peralta en su libro “¡Chile tiene fiesta! El origen del 18 de septiembre”, las fiestas (chinganas principalmente) tenían la particularidad de contar con la participación del llamado bajo pueblo y se constituían como expresión popular y rebelde ante el orden impuesto, lo que explica el por qué fueron resistidas, rechazadas y prohibidas por la elite en diversos momentos de nuestra historia. No obstante, también fueron promovidas y se les intentó normar por cuanto era la oportunidad para que aquellos sectores no ilustrados se empaparan del sentimiento nacional, se educaran cívicamente y fuesen asimilándose los valores republicanos que buscaban divulgarse para crear la nación.

Así, la construcción de la chilenidad ha sido una constante en nuestra historia, que ha tenido imposiciones, asimilaciones y subversiones, todas ellas en virtud del relato nacional. Tener conciencia de ese proceso de construcción de la nación es fundamental para comprender las posibilidades que se nos presentan en la actualidad cuando reivindiquemos la patria como aquella de la independencia y la libertad. Libertad en su sentido positivo, en su acepción emancipatoria y colectiva.

Todo lo contrario a ese intento torcido de unos pocos que quieren hacer pasar como “patriota”  el ejercicio neurótico de la exclusión y buscan imponer una homogeneidad imposible. Al respecto, Freud decía que la neurosis es siempre anacrónica porque está apresada en una repetición que impide reconocer la realidad actual. En esa línea, existen grupos que están atravesados por juicios, construcciones y narrativas que no tienen nada que ver con lo que está sucediendo. Lejos de las adhesiones automáticas y naturales hoy le damos un sentido colectivo, dinámico y popular a la patria. Patria es la gran familia reunida, el Chile diverso, la cueca cola y la cueca sola, las arepas en la fonda y el himno en creole.

La patria somos todes,  no  se puede ganar un país sin reivindicar el concepto de patria.

Juan Pablo Sanhueza Tortella