Aunque no fue citado y está condenado por violaciones a los DDHH: Cristián Labbé se ofreció como apoyo al Ejército

Según información publicada por Radio Bío Bío, el exalcalde de Providencia, Cristián Labbé, envió una carta al Comandante en Jefe del Ejército, Ricardo Martínez, para ponerse a su disposición en caso de ser requerido.

Cabe recordar, que Labbé fue recientemente condenado a 3 años de presidio por apremios ilegítimos «en su carácter de lesa humanidad», ya que fue autor de torturas en contra de Harry Cohen en noviembre de 1973, en su calidad de coronel del Ejército.

A pesar de dicha condena, Labbé envió una carta con fecha 22 de octubre, al Comandante en Jefe del Ejército, expresando que “ante los gravísimos acontecimientos y convulsión social que vive nuestra patria y las delicadas funciones que nuestro Ejército, quedamos a disposición de la institución donde sea necesario para colaborar con el mayor de los compromisos».

Si bien entre las exigencias para presentarse como reservista del Ejército no existe explícitamente una que excluya a los condenados por crímenes de violaciones a los derechos humanos, el sentido común dicta que las personas que han llevado a cabo este tipo de prácticas, no puedan volver a estar en posiciones de poder que los habiliten para repetirlas.

En ese sentido, el ofrecimiento de Labbé cayó mal al Presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, el RD Jorge Brito, quien sostuvo que si Labbé quiere colaborar con Chile, es mejor que vuelva a la cárcel.

«Si quiere colaborar con Chile entonces que vuelva a la cárcel que es donde siempre ha debido estar. Que diga la verdad en torno a los crímenes que cometió a los cuales tiene conocimiento. Yo dudo que la institución quiera tener en sus filas a lo peor del siglo XX», sostuvo Brito.

Una postura similar expresó el propio ministro de Defensa, Alberto Espina, quien al ser consultado por el tema afirmó que «no debería ni puede ser«.

En tanto, desde la UDI, el senador y miembro de la Comisión de Defensa, Víctor Pérez, descartó algún tipo de conflictos entre su condena y su ofrecimiento, afirmando que simplemente se trata de «la carta de un particular, y no tiene más significación que eso».