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El viaje clandestino del Negro Matapacos: famoso perro encabeza carnaval antifestivalero en el puerto

Por: El Desconcierto | Publicado: 21.02.2020
El viaje clandestino del Negro Matapacos: famoso perro encabeza carnaval antifestivalero en el puerto | Fotos / Matías Salazar
El famoso perro que detesta a los policías y se ha transformado un ícono del estallido social, viajó en secreto a Valparaíso a protagonizar una alfombra negra, evento que parodia al glamoroso evento viñamarino, en el marco del Carnaval de la Dignidad organizado por diversas agrupaciones culturales del puerto. Esta es la historia de su viaje clandestino y la amistosa bienvenida que le brindaron.

Se reunieron con uno de los cuidadores del Negro Matapacos y luego se dirigieron al lugar secreto donde estaba fondeada la mascota más querida del estallido social. Tres vehículos partieron -uno de ellos un furgón con la escultura sobre ella- rumbo a Valparaíso, a eso de las 11 de la noche de ayer.

“Piensa que entre Santiago y Valparaíso hay, a lo sumo, una hora y media de viaje; pero nosotros nos demoramos seis”, cuenta uno de los encargados del transporte del afamado can. Los vehículos transitaron por calles secundarias o cualquiera que fuera alternativa a las carreteras concesionadas o avenidas con mucho tránsito. Siempre a una velocidad que no superaba los 50 kilómetros por hora.

­-Pasamos por hartos barrios y, aunque llevábamos la escultura del Negro tapada, era evidente qué era lo que estábamos llevando. Los niños que aún estaban en la calle y que nos vieron pasar, se les iluminaba la cara y les decían eufóricos a sus papás ‘mira, el Negro Matapacos’. Alcanzamos a ver esos rostros de emoción y nos pareció súper bonito, en medio de la permanente adrenalina que implicó el viaje- explica otro de los transportistas.

Cada cruce, virada, y metro avanzado tenía al equipo tenso, sobre todo por eventuales ataques que pudieran sufrir cuando el semáforo estuviera en rojo. “Es que no sabemos cómo están realmente los ánimo de ‘la contra’”, completa otro de los involucrados.

Uno de los momentos de mayor tensión fue entrando a Renca, cuando se toparon con una patrulla policial que estaba haciendo un procedimiento a un auto. “Pasamos  por su campo visual, pero no nos pescaron. Al rato lo hicimos por una comisaría en la que había un paco hablando por teléfono. Nos siguieron con la vista sin saber qué hacer. Nosotros nos cagamos de la risa, pero a la vez nos pusimos nerviosos”, relata uno de los escoltas. La tensión recién empezó a bajar, aseguran, cuando ingresaron a la cuesta La Dormida.

Si bien no hubo mayores sobresaltos en el viaje, lo más difícil para la caravana fue soportar un trayecto tan largo. Recién a las cinco de la mañana la comitiva secreta pudo ingresar al camino La Pólvora. Hacía frío y el asfalto mojado se mezclaba con una neblina espesa y cerrada, obligándolos a avanzar a casi 5 kilómetros por hora.

En los cerros de Montedónico quisieron parar y dormir, pero era mucho el frío y la neblina, así que decidieron llegar directo al auditorio Guillermo Bravo del Cerro Cordillera, el destino final. “Haber traído al Negro Matapacos me genera muchas emociones. Me emociona el entusiasmo y la conciencia de los niños ante lo que representa su figura, porque entienden qué es lo que pasa en Chile. Es también un cambio de energía y esperamos que hoy disfrutemos porque han sido cuatro meses de lucha intensa”, dice uno de los organizadores.

Lo más estresante del viaje, sostiene Jaime Torres, uno de los creadores del negro Matapacos, era que “la policía nos detuviera y tuviéramos que explicar  para dónde íbamos y que íbamos a hacer con el perro”. Pero todo el miedo se desvaneció, asegura, cuando comenzó a avanzar por las calles. Era primera vez que el Negro Matapacos abandonaba Santiago. Y su figura no pasó inadvertida.

«Cuando llegamos a Valparaíso una chica nos dijo ‘qué bueno que haya venido el negrito de Santiago, porque en Valparaíso no tenemos nada”, recuerda. Jaime dice que sintió la necesidad de explicarle por qué el perro es tan querido. “A todos nos han golpeado y nos han vulnerado nuestros derechos”, le dijo. “El Negro es de todos porque nos representa a cada uno, por ser mestizos”, agregó. Antes de despedirse soltó sonriendo: “Todos somos quiltros”.

Alfombra negra

En el cerro Cordillera la figura del perro negro con un pañuelo rojo en el cuello, a medida que avanzaba la tarde, comenzó a atraer a niños, adultos y ancianos

que buscaban fotografiarse con él. Todo el mundo tejía historias y fabulaba al pie de la escultura. Incluso, al borde de la cancha de tierra, se instaló un improvisado merchandising de poleras, parches y calcomanías del Negro Matapacos, esperando a algún interesado, mientras en el escenario un cantante de boleros terminaba su interpretación de algunas canciones de Jorge Farías.

La banda punk “Piure” fue uno de los platos fuertes de la tarde. A continuación saltaron a la cancha una veintena de encapuchados para dar vida a una insólita pichanga con los miembros de “Capucha Fútbol Club” y arbitrada por el famoso Mimo Tuga. El Negro Matapacos se mantuvo inalterable en el centro del campo.

El festival contracultural siguió con bandas de rap, a la espera de la aparición del grupo de bailarinas “Baila, Capucha, Baila” y la presentación de los “Avengers chilenos” que desfilarán, parodiando al glamoroso festival viñamarino, por una enlutada alfombra negra, junto a la Primera Línea porteña cargando sus enormes escudos. Al cierre de esta edición, aún faltaba por presentarse la Sonora Barón, el crédito cumbianchero local.

Mañana el Negro Matapacos protagonizará el Carnaval por la Dignidad, el evento de cierre de las actividades, y luego emprenderá rumbo de vuelta a Santiago. Al menos podrá decir que respiró aire puro y pudo conocer el mar.

 

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