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Carabineros expulsa al Negro Matapacos antes de llegar a la Quinta Vergara

Por: Diego Alonso Bravo C. | Publicado: 23.02.2020
Carabineros expulsa al Negro Matapacos antes de llegar a la Quinta Vergara |
Por primera vez el querido perro, emblema del estallido social chileno, salió de los límites de Santiago y arribó a Valparaíso. Aquí contamos lo que ocurrió en su espontánea ruta, marcada por el espectáculo, la protesta, el cariño y su inusual expulsión poco antes de llegar a la Quinta Vergara.

El famoso ícono del movimiento social que llegó el viernes a Valparaíso en un viaje clandestino que duró más de seis horas, acaba de ser expulsado por carabineros poco antes de arribar a la Quinta Vergara. El can encabezaba una caravana,  que busca funar el festival por la carga simbólica que éste representa y que atribuyen a un exceso de banalización en tiempos de crisis social.

– El Festival de Viña representa una banalidad exacerbada y una negación a todo lo importante que está ocurriendo en el país a nivel social, político y cultural- explica uno de los organizadores.

El Negro Matapacos debió regresar a Valparaíso y hoy mismo emprenderá su retorno a Santiago. Pero no  lo hará precisamente con la cola entre las piernas, pues son muchas las aventuras del irreverente can en la Quinta Región. A un día de su arribo al Puerto (viernes), el Negro Matapacos inició su histórico recorrido por Valparaíso poco antes del mediodía de ayer. Desde el cerro Cordillera pasaron al Playa Ancha (el más grande de la ciudad), bajando a la playa Las Torpederas, donde fue recibido con cariño por los cientos de bañistas sorprendidos con la llegada del popular caniche.

Acompañados de aplausos, bocinazos y expresiones de alegre bienvenida, la comitiva enfiló por la avenida Altamirano hacia la plaza Echaurren, lugar en el que iba a ocurrir uno –de los tantos– momentos de encuentro con los porteños. «Consideramos que era un lugar emblemático de la estética del puerto y así fue que al momento de parar nos encontramos con diferentes artistas, músicos y payasos, con quienes armamos algunas presentaciones que se gestaron allí mismo, varias de ellas dedicadas al perro», cuenta Marcel Solá (43).

Solá no es sólo licenciado en Artes de la Universidad de Chile, en Estética en Universidad Católica y Magíster en Museología de la Universidad de Valladolid, sino también el creador del primer modelo del Negro Matapacos. «Al perro lo empecé a pensar hace al menos cuatro años y, como buen museólogo, recopilé información y documentos referidos a su figura. Me llamó la atención el significado y notoriedad como emblema de lucha que iba tomando», cuenta el artista.

A eso de las seis de la tarde, el aguerrido quiltro hizo su entrada a la explanada de la Plaza Sotomayor, recibiendo el cariño de más de cinco mil personas que se encontraban en el lugar celebrando el Carnaval de la Dignidad. Allí se encontraron con parte del elenco que la noche anterior había dado vida a la Alfombra Negra: los «Avengers chilenos», el elenco femenino «Baila, Capucha, Baila», el Mimo Tuga y la «Primera Línea» de Valparaíso.

Fue a la altura de la plaza Aníbal Pinto donde hubo mayor concentración de público, conformado por familias y transeúntes ocasionales del céntrico enclave, quienes continuaron hacia la Plaza Victoria, lugar donde tuvieron que realizar una parada obligada. «Dada la alta presencia de familias en la marcha y la posibilidad de que al acercarnos al Congreso se nos viniera la represión, decidimos tomar la ruta de regreso. Teníamos que cuidar al perro y a las personas del eventual choque con los piquetes de Fuerzas Especiales que pudieran estar organizados», asegura Marcel Solá.

Durante el camino de vuelta, el Negro Matapacos pasó nuevamente por la plaza Sotomayor, momento en que la caravana se topó con otra protesta: en el monumento en honor a Arturo Prat, algunos manifestantes entraron a la zona resguardada por oficiales de la Armada. “Estábamos pasando por ahí, vimos una barricada ínfima y me consta que algunos de los manifestantes, que oficiaron de escuderos, protegieron a los marinos que custodiaban al monumento de los peñascazos que algunos lanzaron”, afirma el escultor.

«Los porteños me dieron a entender que era muy necesario un acto de esta naturaleza, para descriminalizar la manifestación en los espacios públicos. El perro, en el fondo, proyectó una sensación de seguridad a las personas que habían empezado a temer integrarse a las marchas, porque se nota que en Valparaíso hay un temor a marchar», agrega Solá.

Muchas personas de distintas partes de la región acudieron especialmente a Valparaíso para ver el desfile encabezado por el irreverente animal: «Es que el Negro Matapacos no es un ser violento –añade el artista- si no que genera un sentido de pertenencia único. Además siempre quisimos que la marcha fuese pacífica».

El Negro Matapacos retorna hoy a la capital, pero su recorrido parece aún no terminar. Según Marcel Solá, es probable que el can visite otras ciudades. «Pretendemos ir a Petorca el próximo 22 de marzo, lugar emblemático de la brutal crisis hídrica y el abuso que se ha hecho con el agua de parte de grandes empresarios agrícolas», concluye.

El tour del Negro Matapacos recién comienza.

 

 

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