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Opinión

“Alterando los procesos democráticos” – Gonzalo Blumel feat. Diego Schalper

Por: Sebastián Reyes | Publicado: 21.07.2020
En el marco de la discusión parlamentaria del proyecto del retiro del 10% de las AFP, la gente se manifestó con cacerolazos y barricadas el día anterior a la votación de la iniciativa en la Cámara, lo que el gobierno rápidamente salió a rechazar, con un ministro del Interior que acusó al pueblo de «amedrentar y alterar nuestro proceso democrático». Curioso, pues eso es justamente lo que se ha dedicado a hacer el Ejecutivo desde que se comenzó a hablar del retiro de fondos previsionales, medida que evolucionó hasta convertirse en una amenaza para la elite y los cimientos del modelo neoliberal chileno.

El miércoles 15 de julio, y horas antes de que en la Cámara de Diputadas y Diputados comenzara la importante discusión y votación del proyecto del retiro del 10% de los fondos de las AFP, el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, se refería a las manifestaciones ocurridas durante la noche anterior y la madrugada, tanto en la capital como en regiones, donde hubo cacerolazos, barricadas y manifestaciones pacíficas y violentas, de parte de un pueblo que hace años ya grita “NO + AFP”.

El secretario de Estado condenó, como ya es tendencia, tajantemente los hechos, sosteniendo que “lo de anoche es solo delincuencia, pero no es únicamente delincuencia. Lo de anoche, lo que vimos, es un intento de amedrentar y alterar nuestro proceso democrático”.

¿Alterar procesos democráticos? Me suena. ¿Dónde he escuchado esto antes?

Podría ser cuando el Presidente Piñera solicitó crear una comisión conformada por un grupo de ex parlamentarios, académicos y expertos, para determinar la admisibilidad o inadmisibilidad de las mociones y proyectos presentados en el Congreso. Todo, bajo la excusa de proteger al país de peligrosas iniciativas inconstitucionales. Obvio, como el proyecto que busca suspender el corte de servicios básicos durante la pandemia. Oh no, veto presidencial mejor a ese potencial peligro para la humanidad.

O también podría ser cuando desde el gobierno vieron con miedo cómo los diputados y diputadas aprobaban la idea de legislar el retiro de fondos previsionales, quitándole los ahorros de los trabajadores a las preciadas AFP que han defendido durante décadas. Imaginen todo ese trabajo a la basura. No, independiente de que los propios parlamentarios del oficialismo apoyaran una moción más que razonable y exigida por la ciudadanía -ante las deficientes soluciones parche del Ejecutivo para enfrentar la crisis sanitaria y económica actual-, La Moneda sacó su última carta: el bono de $500 mil, un préstamo del Estado y la adjudicación de un proyecto de Michelle Bachelet como si fuera la gran idea de esta gestión.

El mismo gobierno reconoce que estas medidas, planteadas un día antes de la votación del retiro del 10%, son para evitar que sus parlamentarios apoyen el proyecto. No porque la gente se esté cagando de hambre, no porque vieron que sus políticas eran mediocres e insuficientes, no porque tuvieran una autocrítica, no porque tuvieran buenas intenciones. Sus buenas intenciones llegaban hasta las cajas de alimentos, ¿o se olvida con este bono la Ley de Protección al Empleo, que tiene suspendidos a miles de trabajadores financiándose con sus ahorros durante la pandemia? ¿O los famosos créditos para las Pymes a los que estas nunca pudieron acceder? ¿O el Ingreso Familiar de Emergencia que dejó fuera a la mayoría de las familias de clase media?

No. Aquel proyecto de salvataje del Ejecutivo no es nada más que eso, lo mismo que critica y atribuye al pueblo el ministro de Interior: un intento por alterar un proceso democrático. Por lo mismo, cabe preguntarse si, de no ser por el proyecto del retiro y su avance en el parlamento, el bono de $500 mil del gobierno y su préstamo habrían existido, o no serían más que la tercera entrega de cajas de mercadería.

Finalmente, no se puede dejar pasar la acusación del diputado Celis, quien aseguró que su compañero de partido, Diego Schalper, hizo de intermediario entre ministros y parlamentarios del oficialismo, a quienes habría extorsionado para que no apoyaran el retiro de fondos de las AFP, ofreciéndoles a cambio cargos públicos en el gobierno y otros beneficios. ¿Qué es esto sino la máxima alteración y amedrentamiento a un proceso democrático? Pregunta para el señor Blumel, que tanto se llena la boca hablando de violencia en las calles, pero se mantiene en silencio ante la violencia ejercida desde las instituciones y representantes hacia el pueblo.

Lo del pasado miércoles no es únicamente elocuencia. Lo de aquella mañana, lo que vimos hacer al ministro Blumel y lo que ha hecho el gobierno con el proyecto del retiro de fondos, es un intento de amedrentar y alterar nuestro proceso democrático.

Sebastián Reyes