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Los nueve oros son tanto más de ustedes que del Chile que los celebra

Por: Richard Sandoval | Publicado: 09.08.2019
Los nueve oros son tanto más de ustedes que del Chile que los celebra jose |
Gracias y felicitaciones, porque el triunfo es tanto más de ustedes que del Chile que hoy celebra, ese Chile que el año pasado recortó en 100 millones de pesos el presupuesto para deportistas de alto rendimiento, como acusó en su momento Rodrigo Quintanilla, jefe técnico del hockey patín; rebaja defendida por Pauline Kantor como parte del plan de austeridad del gobierno de Piñera.

Las lágrimas se hacen eternas en la Lima de este invierno. Todos los oros que han caído, todos los bronces que con el último suspiro se han logrado han estado marcados de llanto. Hoy Chile ha logrado la mejor presentación panamericana en la historia de nuestro deporte. Y la emoción no se puede contener. Porque detrás de esta gesta histórica hay puro sacrificio en solitario, en amargura, rogando plata en federaciones, en reuniones fracasadas con sponsors que no llegan. La emoción se desborda en Pepa Moya, porque cuesta estar dos años retirada para dedicarse a ser madre, volver a entrenar seis meses antes del más importante torneo de América, y triunfar. La emoción se explica porque el triunfo llega luego de dos meses de Pepa alejada de su hija, de Juliette, que al crecer comprenderá de qué fuerza está hecha su madre, la madre que patina hacia la gloria pensando en la mirada inocente de un bebé mientras las zancadas doradas se clavan sobre una pista celeste que se confunde con el cielo.

Hay emoción porque sólo Antonia y Melita, las doradas mellizas del remo, entienden en complicidad los bajones, frustraciones que amenazan la alegría. Así es tantas veces el deporte en Chile, una proeza de familia. Por eso al llorar Antonia y Melita se dicen que se admiran, que aprenden de ellas mismas para ser mejores, para hacer más fuerte la alianza de hermanas que, rompiendo aguas extrañas con la tenacidad de delicados brazos, ya se ha vuelto impenetrable, indestructible como la verdad de compartir la lucha contra el agua desde la placenta.

Lo mismo Cabrera y Peñaloza en el ciclismo, quebrados en la alegría, recordando mañanas frías en la rutera Curicó, piezas rotas de bicicletas millonarias que se tardan en recomponer, viento y lluvia golpeando ojos en entrenamientos que nadie aplaude, que son desafíos para el fuero interno, montados en caballos de carbono movidos por la porfía de piernas que no paran de moverse como un remolino. “Lloramos porque nos ha costado tanto”. “Lo único que queremos es dejar a Chile en alto”.

Hay emoción en Tomás González, dorado por fin, en la etapa posterior de su carrera, una que se pudo haber estancado si no aparecía la ayuda de Farkas llenando el vacío que el Estado que hoy celebra, que hoy se sube al carro de la victoria, dejó en los deseos de un Tomás que creció con la ambición máxima en sus movimientos de niño saltarín, niño cálido, tan educado, el mejor del continente.

Vean que no hay solo fútbol. No se olviden de nosotros cuando este carnaval se apague, pedía Francisca Rivas, con la voz quebrada, tras perder ante Argentina en los cuartos de final del voley playa. “No hay cultura deportiva en el país, nadie imagina por lo que pasamos”. Es lo que comunican sus lágrimas, lo que reclama su voz orgullosa, hidalga, ignorante de derrota.

El Chile de hoy es el mejor de la historia panamericana. No se había logrado nueve oros en un siglo. Solo queda rendirnos a los pies de todos y todas las que contra el olvido, la despreocupación, la precariedad, el frío, el maltrato, la pobreza, han cantando el himno como un homenaje al esfuerzo de sí mismos; de padres endeudados, de barrios comprometidos; un himno que detrás de manos en el pecho, miradas altivas y gotas corriendo en mejillas triunfantes, canta al recuerdo vivo del momento más crítico de un deportista, ese de aquel día en que casi te rendiste, solo, sola, en un entrenamiento que nadie de los que hoy saca pecho y que comparten la bandera apoyó.

Gracias y felicitaciones, porque el triunfo es tanto más de ustedes que del Chile que hoy celebra, ese Chile que el año pasado recortó en 100 millones de pesos el presupuesto para deportistas de alto rendimiento, como acusó en su momento Rodrigo Quintanilla, jefe técnico del hockey patín; rebaja defendida por Pauline Kantor como parte del plan de austeridad del gobierno de Piñera. Este triunfo es tanto más de ustedes que del Chile que quiere tener cuatro millones de deportistas y que invierte 3.500 pesos por persona en deporte, según el propio Quintanilla. El Chile que hoy saca las banderas mientras saca también de la cobertura obligatoria, en parte de la enseñanza media, la asignatura de educación física.

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