Chofer de carroza que entró al Monumental denuncia que “al guardia no le quedó otra que abrir”

A cuatro días del vergonzoso incidente donde integrantes de la Garra Blanca ingresaron al Estadio Monumental con un cortejo fúnebre, llevando el ataúd hasta la galería, el chofer del vehículo entregó su versión de los hechos.

Cabe recordar que este suceso es investigado tanto por Colo Colo como por Carabineros, debido a que podría traerle serios castigos al ya sancionado reducto de Macul.

“Nosotros estamos acostumbrados a lidiar con estos funerales de alto riesgo. No es el primero que hacemos. Llevamos muchos que, por casos fortuitos, nos aparecen. Cuando nos dirigíamos al estadio, todo iba tranquilo. Obviamente, como todo funeral, tocaban las bocinas«, comenzó el chofer Ítalo Santelices en entrevista con Las Ultimas Noticias.

“Los hinchas no forzaron la puerta del estadio. Recién había entrado un auto y el guardia abrió nomás, lo que es lógico porque estaba resguardando su integridad física. Yo escuché que ellos iban a abrir el portón igual, sí o sí. El guardia estaba solo y, frente a tanta gente, no le quedó otra que abrir”, añadió, exculpando a la persona que estaba resguardando la seguridad del Estadio Monumental.

Además, el conductor acusó que «a nosotros no nos habían obligado a nada, hasta que llegamos arriba. Los hinchas, no la familia, quisieron abrir el vehículo. Yo subí los vidrios y puse los seguros para que no sacaran la urna, pero uno de los jóvenes me abrió la puerta y tuvimos que bajar de la carroza para que ellos retiraran la urna. En esos momentos, hablé con la familia para que se hicieran responsables«.

“Estuvieron entre 25 a 28 minutos cantando. Al salir estaba Carabineros, que aplicó el protocolo de alto riesgo. Comenzaron a sacar los vehículos de a uno. Nosotros pasamos como en tercer lugar y nos revisaron la carroza, me pidieron los documentos y luego me escoltaron hasta el domicilio del fallecido”, continuó su relato.

Para cerrar, Santelices dejó en claro que “no tuve miedo, porque nunca nos intimidaron con arma blanca o pistolas, aunque estaban alterados. Solo sentí nerviosismo y adrenalina. Con mi compañero no estábamos para esto, porque nadie nos avisó que se trataba de un funeral de este tipo”.