Crece el clamor de los colombianos pidiendo la liberación del padre de Luis Díaz

El clamor de los colombianos por la libertad del padre del futbolista Luis Díaz, delantero del Liverpool, se incrementó este fin de semana, tras oficializarse que su secuestro fue perpetrado por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), con la que el gobierno tiene una negociación de paz.

Las peticiones exigiendo la liberación de Luis Manuel Díaz se hicieron sentir en varios escenarios al cumplirse una semana del secuestro en Barrancas, localidad del departamento de La Guajira y fronteriza con Venezuela, junto con su esposa, Cilenis Marulanda, que fue liberada el mismo sábado de la semana pasada, horas después de materializada la operación.

El presidente colombiano, Gustavo Petro, aseguró desde Washington que este secuestro por el ELN es «un acto que va en contra del mismo proceso de paz».

«Tengo que expresar mi más profundo rechazo, no solamente por haber secuestrado al papá de Luis, sino porque en el desarrollo de los acontecimientos, (el ELN) no ha sido capaz de liberarlo», dijo en declaraciones a periodistas en Washington, en donde participó en la cumbre de la Alianza para la Prosperidad Económica en las Américas (APEP), junto a líderes de Estados Unidos, Canadá y 10 países latinoamericanos.

El jefe de la delegación del gobierno en los diálogos de paz con el ELN, Otty Patiño, dijo que el secuestro fue perpetrado «por una unidad perteneciente al ELN», que desde hace un año negocia un acuerdo de paz con el Gobierno, con el que además hoy hace tres meses comenzó un cese el fuego bilateral de 180 días.

«El ELN hoy es el responsable de la vida del papá de Luis Díaz, ha hecho un acto que va contra del mismo proceso de paz», afirmó Petro al tiempo que lamentó que «las horas pasan y en la medida en que el tiempo pase se tornan muy peligrosas las circunstancias en las que está el señor Díaz».

Voces por la libertad  

A las voces que abogan por la libertad del padre del delantero del club inglés se unieron el ministro de Defensa, Iván Velásquez, y la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC).

«Lo que necesitamos ahora es que sea pronta esta liberación voluntaria de parte de la organización que lo tiene secuestrado», manifestó el ministro a periodistas en Bogotá.

Velásquez expresó además el «absoluto rechazo del gobierno a esta acción del Ejército de Liberación Nacional», agregando que «actos de esta naturaleza ponen en riesgo un proceso en el que la generación de confianza entre las partes es un elemento fundamental, y esperamos la muy pronta liberación del señor Díaz».

«Se han propiciado todas las circunstancias, las posibilidades para que esa liberación se dé (…) Sin embargo ya llevamos (varios) días con este secuestro repudiable y todavía no encontramos esa respuesta del ELN», agregó.

Por su parte, la Conferencia Episcopal pidió la liberación «inmediata» del padre de Díaz. «Nos unimos al clamor de la nación para que sea liberado el señor Luis Manuel Díaz y pueda retornar a su hogar en condiciones de seguridad. Esperamos que la pronta liberación anunciada por el delegado del ELN para que el diálogo de paz con el gobierno, acontezca de forma inmediata».

«Tengo vergüenza con el mundo»

Mientras tanto en Barrancas, el pueblo de la familia Díaz, sus 35.000 habitantes esperan la liberación cuanto antes.

«Ojalá liberen pronto al profe Mane. Barrancas nunca ha sido un pueblo inseguro y eso nos está dañando la imagen a todos», dijo a EFE César Medina, un habitante de este pueblo del departamento de La Guajira.

Para Barrancas, un pueblo apenas conocido por la mayoría de los colombianos por sus yacimientos de carbón y otros minerales, por la violencia de la guerrilla y paramilitares en el pasado, la figura de Luis Díaz es todo un símbolo de todo lo bueno que puede dar esta tierra.

«Yo tengo vergüenza con el mundo. Colombia queda como un país inseguro y el pobre Lucho allá (en Inglaterra) debe estar muy preocupado por saber de la suerte de su papá», dijo por su parte Carmen, una vecina de la familia que dice estar a la espera de que liberen a «Mane», como es conocido el padre del goleador, para darle la bienvenida.