43 estudiantes normalistas se mantienen desaparecidos en México

Todo comenzó con una manifestación estudiantil. El pasado 26 de septiembre, los estudiantiles normalistas se encontraban en los buses que los habían transportado hasta Iguala, ciudad de Guerrero donde se firmó de manera oficial la independencia de México.

Los jóvenes protestaban por más fondos para sus estudios y manutención cuando la policía decidió abrir fuego contra ellos, asesinando a tres estudiantes en el acto. Los ataques de los uniformados continuaron y sumaron a otras tres víctimas. En tanto, 57 estudiantes fueron detenidos sin ser registrados en alguna comisaría, de los cuales 43 se mantendrían desaparecidos.

Las críticas apuntan a las dudosas alianzas entre policías, autoridades municipales y los narcos de la zona, mientras que algunos acusan la existencia de terrorismo de Estado.

Desde el pasado miércoles, el paradero del alcalde de Iguala, José Luis Abarca, es desconocido aunque se le ordenó presentarse a declarar. En tanto, dos miembros de un grupo criminal confesaron haber asesinado a 17 de los 43 estudiantes desaparecidos y los medios aseguran que 28 cadáveres fueron recuperados de una fosa clandestina en las afueras de la ciudad.

El fiscal ya anunció que la policía de Iguala se encuentra vinculada al cartel de narcos Guerreros Unidos. A la noche siguiente de los hechos, 22 uniformados fueron detenidos en calidad de sospechosos de homicidio, desaparecidos y vínculos con el crimen organizado.

Hasta el momento, solo se sabe que el reconocimiento de los cadáveres tardará unas dos semanas, debido a que se encontraban totalmente calcinados. Los 43 estudiantes desaparecidos eran miembros de una escuela docente con reconocido activismo de izquierda. Desde el lunes, se han realizado diversas manifestaciones en Guerrero para denunciar lo ocurrido y exigir información sobre su paradero.

La ONU y la Corte Interamericana de Derechos Humanos ya se pronunciaron, exigiendo la búsqueda de los estudiantes y que el gobierno mexicano «implemente las medidas necesarias para localizar a los normalistas y proteger sus derechos a la vida y a la integridad personal».

Guerrero es una de las regiones más pobres e impactadas por el crimen organizado en México. La escandalosa noticia del hallazgo de fosas clandestinas y la desaparición forzada de 43 estudiantes podría adelantar la peor crisis para el presidente Enrique Peña Nieto. El mandatario, sin embargo, se ha desvinculado de los hechos y ha apuntado a la responsabilidad del gobierno local.